LENIN TORRES ANTONIO - MIÉRCOLES, JUNIO 22, 2011
La sociedad debe estar al tanto de la política internacional, y de lo que de ésta se deriva, porque finalmente hacia ella nos dirigimos.
El capitalismo y la cultura occidental han muerto, toda vez que su edad histórica ha fenecido, el contexto social presente demanda una nueva edad histórica, y con ello un nuevo sistema público mundial y una nueva cultura.
Esta actual cultura occidental sólo opera de una forma fosilizada y, en nuestro caso, de forma simulada, ya que nosotros participamos en un índice muy bajo de la cultura occidental, porque no nuestra participación dentro del capitalismo es de proveedor del capital, “consumistas”, tampoco participamos directamente como Europa de la cultura occidental (griega).
El sistema mundial realmente vivo es el socialismo, pero éste no ha logrado alcanzar las elevadas bases de su propio desarrollo y perfeccionamiento evolutivo que necesita, lo que sume al mundo en una orfandad propiciada por el sistema original público que no responde a las nuevas configuraciones espirituales y materiales de lo humano.
Hay que destacar que la humanidad cuenta y se desenvuelve en orden administrativo, “sistema republicano”, que opera en todo el mundo; ésta es una prueba de que el orden social no opera al azar, sino bajo un orden que debe ser permanentemente perfeccionado para adaptarlos hacia estos tiempos y circunstancias actuales.
La misión de las nuevas generaciones es hacer operante mundialmente al republicanismo municipal, en contraparte de la globalización y los sistemas abstractos dominantes, para que de esta forma puedan establecerse las bases de la misma sociabilización mundial.
La sociedad es reflejo del individuo, y de manera inversa, el individuo es un reflejo de lo social, por lo tanto se puede individualizar a una sociedad, siempre y cuando ésta se haya realizado en plenitud, si se puede, por lo que será más fácil romper el esquema socialista que predica la pluralidad socializante política, por encima de la individualidad social y económica. Esto es, el socialismo político ha invadido la esfera de la individualidad social, pretendiendo hacer de una gigantesca sociedad nacional una sola individualidad colectiva cuando esta misma no cumple con los requisitos y mecanismos de la individualidad colectiva y personal, por la heterogeneidad de su desenvolvimiento social. Entonces, los socialistas difieren en una individualidad social a la que fundamentan sólo desde el ángulo político; por lo que estos modelos de sociedades son débiles y complejos, y obsoletos, emulan los sistemas globalizantes que enajenan lo individual; necesitamos dirigirnos a la socialización de lo público, a la recuperación de las partes como esenciales para el todo, incluso para que el todo pueda justificarse necesitamos recuperar lo primordial de la República que son sus municipios y no sus estados.
Las bases de la sociedad mundial tendrán que sujetarse a un revisionismo exhaustivo para determinar su mal funcionamiento, y esto tendrá que ser un autoexamen y valorización social que sólo compete responsablemente a la misma sociedad, porque quiéranlo o no ya somos partícipes de un mediano desarrollo republicano municipal que debemos aprovechar.
Las sociedades a través de su Orden Republicano Municipal podrán llevar a cabo esta valorización y revisión. Es una ventaja de la humanidad estar en posición del sistema republicano municipal que domina las esferas de la vida humana: cultural, social y económica.
Tenemos la obligación de crear una nueva cultura y conciencia social, y no conformarnos con ejercitar y vivir esa antigua-actual cultura fosilizada, como la occidental.
Debemos darnos cuenta que nos conducimos como la antigua clase aristócrata griega, como la clase alta norteamericana europea involutivas.
La cultura occidental es un sistema que pertenece al pasado, es decir tuvo su cauce en la transvaloración socrática-griega hace muchos siglos, y hace mucho tiempo también ha muerto.
Continuamos rumiando el pasado.
Fuente: La Jornada de Veracruz
No hay comentarios:
Publicar un comentario