miércoles, 21 de septiembre de 2011

La crisis recrudece la lucha de clases


ARTURO HUERTA GONZÁLEZ

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama el lunes 19 de septiembre, presentó al Congreso de su país un plan para reducir el déficit público, que incluye un nuevo impuesto mínimo para los millonarios, para asegurar que estos paguen las mismas tasas federales que la clase media. Resulta que los salarios en dicho país se gravan a una tasa de entre 10 y 35 por ciento, mientras los beneficios de inversiones están sujetos a una tasa fija del 15 por ciento, lo que provoca que los más ricos paguen generalmente una proporción menor de sus ingresos en impuestos federales que los de clase media.

El nuevo impuesto mínimo está dirigido a aquellos que ganan más de un millón de dólares al año y que se enriquecen fundamentalmente a raíz de dividendos y ganancias de capital. Ello afectará únicamente a alrededor de 450 mil estadounidenses, que conforman 0,3 por ciento de contribuyentes con mayores fortunas del país. La tasa para el nuevo impuesto mínimo, sería calculada por el Congreso. Los analistas ya adelantan que la propuesta será rechazada por los Republicanos, quienes dominan la Cámara Baja, ya que éstos han convertido en una de sus máximas la inamovilidad de los recortes de impuestos a los ricos. De hecho, el líder Republicano en el Senado, Mitch McConnell, denunció que “alzar los impuestos a los ricos dañará la economía, en particular a los propietarios de pequeñas empresas que presentan declaraciones de la renta individuales y no corporativas”. Otro congresista de dicho partido que es presidente del comité de Presupuesto de la Cámara Baja, señaló que “si seguimos gravando las inversiones en creación de empleo, éstos disminuirán”. Y añadió que el plan de Obama “no es muy buena señal, porque parece que el presidente” quiere llevar al país “por el camino de la lucha de clases”.

Los Republicanos insisten en un discurso que la realidad ha constatado una y otra vez, que ello no acontece. Los bajos impuestos a los ricos no se traducen en más inversión, ni en más empleo. Sus ganancias se canalizan a la esfera financiera–especulativa, y ello no contribuye al crecimiento económico, ni a la generación de empleos, sino por el contrario, en crisis financieras recurrentes.

Las posiciones de los ricos son las que están llevando a recrudecer la lucha de clases. Los capitalistas, que no quieren ver reducida su dinámica de acumulación, recurren a disminuir prestaciones y salarios a sus trabajadores, y a aumentar la intensidad del trabajo, y la reacción de éstos es la protesta. Por su parte los gobiernos, con sus políticas de austeridad, de recortes de gasto público, e incremento al impuesto al consumo (IVA), están contrayendo demanda y poder adquisitivo, y por lo tanto la producción y la generación de empleo. Los excluidos, y afectados están saliendo a las calles en protesta a las políticas predominantes. De ahí que los gobiernos se aprestan, tanto en Estados Unidos, como en varios países europeos, a aplicar impuestos a las grandes fortunas para allegarse de recursos para paliar en alguna medida los problemas que enfrenta la mayoría de la población. Es decir, tratan de redistribuir el costo de la política de ajuste, por lo que surge la oposición del gran capital.

Habría que preguntarse, en que medida esos impuestos a los ricos contrarrestaría los problemas existentes. De que los ricos deben pagar más impuestos, de que se debe evitar la elusión y evasión fiscal, de que hay que incluir sectores informales al pago de impuestos, para reducir el tamaño de la cúpula empresarial, y para capturar un mayor porcentaje de recursos y del producto nacional a favor del gobierno, para incrementar su tamaño, sus gastos, y participación en la economía, para satisfacer la demandas de las grandes mayorías, todo ello es necesario, más no suficiente para resolver los problemas existentes. Éstos son generados por la política económica predominante, que tiene que ser replanteada totalmente, lo que recrudecerá más la lucha de clases. Si los beneficiados de ésta política protestan porque no quieren pagar más impuestos, mucho más protestarán cuando se intente modificar la política económica que los ha favorecido, me refiero en nuestro caso a las reformas estructurales, a la autonomía del banco central. a la disciplina fiscal que les ha ampliado su esfera de influencia, como a los bajos salarios que pagan, al contexto de liberalización y desregulación del sector financiero, y del sector externo, que les permite especular y obtener grandes ganancias, así como las altas tasa de interés, y el proceso de privatización de la economía.

Desgraciadamente en nuestro país, ni siquiera se plantea exigir al gran capital que pague los impuestos que le corresponden, mucho menos pasa por la mente de quienes gobiernan, incrementarles los impuestos a dicho sector. Éste por siempre ha eludido y evadido el pago de impuestos, y no por nada se ha incrementado su poder económico y político, y se ha reducido el del Estado, en todos los órdenes, lo que crea caldo de cultivo para el recrudecimiento del clima de violencia presente en el país, ante la falta de conciencia política para que la población se de cuenta que es un problema de lucha de clases.

Fuente: La Jornada de Oriente

No hay comentarios: