El colaborador de la Escuela de Meteorología de Belgrado, ingeniero en meteorología Milan Starcevic, dijo en entrevista a esta radio emisora que la causa de la ola de frió que ha azotado a Serbia y Europa es una tormenta solar, la cual se produjo debido a una explosión en el sol. Con el ha conversado Jelica Tapuskovic.
Las explosiones en el sol son fenómenos habituales, sin las cuales no podría subsistir el mundo viviente en nuestro planeta. Todas estas erupciones, por destructivas que sean, tiene sus efectos positivos, y dependiendo de la fuerza de la erupción, varía la cantidad de las precipitaciones en la Tierra, la aparición de vientos, etc. Por otra parte, esas erupciones pueden provocar terremotos, tormentas, tornados y otros fenómenos naturales negativos. Según ha explicado el ingeniero de meteorología Milan Stravevic, la magnitud de la erupción influye en el clima, es decir, cuanto más grande es la erupción en el período invernal, el invierno es tanto más frió, o bien la temporada de verano tiene más lluvias.
“Hasta ahora, nos enseñaban que la lluvia se crea debido a la condensación. El agua se evapora, sube al cielo, donde se condensa y se transforma de nuevo en agua. Esa definición la dio Aristóteles en el siglo IV antes de la nueva era, pero, él no sabía en la lluvia no se genera en absoluto por medio de la condensación, sino al nivel atómico, por medio de la valencia electrónica. Las comunicaciones vía satélite y los satélites científicos lo muestran claramente. Cuando desde el sol llega una gran cantidad de oxígeno e hidrógeno, nosotros en la Tierra tenemos nubes y precipitaciones. Cuando esto no se produce, no hay precipitaciones. Esto se refiere también a los terremotos. Cuando hay erupciones de magnitudes extremas, siempre hay terremotos”, dijo Stevancevic.
Nuestro interlocutor, quien es el iniciador de la metodología solar en Serbia, dice que toda erupción en el sol provoca radiaciones protónicas, que al llegar a la atmósfera causan la ionización. En el período de las radiaciones ionizantes habría que evitar la estadía a cielo abierto, porque es nociva para la salud. Por ejemplo, la tormenta solar ocurrida a fines de enero, provocó una radiación ionizadora, que en el lapso de 15 minutos despidió una dosis de radiación de una fuerza equivalente a cinco radiografias de rayos roentgen. Esto es negativo porque el organismo humano debe recibir tal cantidad de radiación sólo una vez en todo un año calendarico, por lo cual habría que esperar malestares fisiológicos no sólo en los enfermos crónicos, sino también en la gente joven. Con todo, dice Starcevic, la llegada de la ola ionizadora puede preverse, y por consiguiente, evitar la ionización indeseada de la gente y de los seres vivientes en la Tierra. Él destaca, que es una suerte que encima de la Península Balcánica en el momento de la llegada de esta ola de radiación, el 28 de enero, había un gruesa capa de nubes, la cual absorbe gran cantidad de la energía que llega del Sol.
Starcevic recalcó que con las partículas protónicas que se aglutinaron y crearon precipitaciones de nieve, llego también una gran cantidad de elementos químicos – hierro, nitrógeno, magnesio, fósforo, que han fertilizado la tierra y cuyo efecto positivo se va a dejar sentir cuando la nieve se derrita.
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