EDITORIAL (La Jornada Guerrero, Abril 25, 2013)
FUEGO AL FUEGO
El gobernador Ángel Aguirre Rivero envió ayer un mensaje
duro contra los maestros que, integrados en el Movimiento Popular Guerrerense y
la Ceteg, causaron destrozos en cuatro sedes partidistas, la oficina del
senador Sofío Ramírez Hernández y la contraloría interna de la Secretaría de
Educación Guerrero.
Es la primera vez que el mandatario se lanza de manera tan
directa: acusó a los profesores Minervino Morán y Gonzalo Juárez de ser los
autores intelectuales del movimiento magisterial e informó que se giraron
órdenes de aprehensión contra ellos.
Al mismo tiempo, la zona Diamante de Acapulco, donde hoy
estará el presidente Enrique Peña Nieto, está prácticamente blindada por
policías federales, militares y marinos, ante la perspectiva de que los
maestros busquen desplazarse hasta allá para protestar.
En el fondo, el problema es la falta de diálogo nacional y
que los docentes se sienten engañados por los diputados de todos los partidos,
incluido el PRD, porque después de intensas negociaciones éstos terminaron
rechazando todas sus propuestas.
Entonces, ¿para qué negociar? Maniobrar de esta manera sólo
fue como arrojar gasolina para apagar el fuego.
El conflicto educativo en Guerrero tiene una alta
complejidad, en la que se entrecruzan factores tan variados como la
idiosincracia del guerrerense (rebelde, contestón, aguerrido), la pobreza en
las comunidades, el abandono de las escuelas por el gobierno, la sumisión
partidista a los poderes centrales, la ausencia del gobierno federal como
interlocutor y la cerrazón de los diputados, que critican que los maestros
pidan una ley a su modo, y ellos hacen la suya al modo propio, sin ceder un
ápice.
En ese cóctel sólo ha faltado el ingrediente de la
represión, que es en lo que se había contenido hasta ahora el gobierno del
estado, si bien ya comenzará.
Por los maestros, puede entenderse los motivos de su lucha y
se debe cuestionar la violencia cuando se ejerza contra ciudadanos ajenos al
conflicto. Sin embargo, en las acciones de ayer, es necesario puntualizar, no
hubo ningún lesionado.
Se diría que Guerrero es un polvorín, donde sólo hace falta
un cerrillo.
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