viernes, 26 de abril de 2013

FUEGO AL FUEGO


EDITORIAL (La Jornada Guerrero, Abril 25, 2013)
FUEGO AL FUEGO

El gobernador Ángel Aguirre Rivero envió ayer un mensaje duro contra los maestros que, integrados en el Movimiento Popular Guerrerense y la Ceteg, causaron destrozos en cuatro sedes partidistas, la oficina del senador Sofío Ramírez Hernández y la contraloría interna de la Secretaría de Educación Guerrero.

Es la primera vez que el mandatario se lanza de manera tan directa: acusó a los profesores Minervino Morán y Gonzalo Juárez de ser los autores intelectuales del movimiento magisterial e informó que se giraron órdenes de aprehensión contra ellos.

Al mismo tiempo, la zona Diamante de Acapulco, donde hoy estará el presidente Enrique Peña Nieto, está prácticamente blindada por policías federales, militares y marinos, ante la perspectiva de que los maestros busquen desplazarse hasta allá para protestar.

En el fondo, el problema es la falta de diálogo nacional y que los docentes se sienten engañados por los diputados de todos los partidos, incluido el PRD, porque después de intensas negociaciones éstos terminaron rechazando todas sus propuestas.

Entonces, ¿para qué negociar? Maniobrar de esta manera sólo fue como arrojar gasolina para apagar el fuego.

El conflicto educativo en Guerrero tiene una alta complejidad, en la que se entrecruzan factores tan variados como la idiosincracia del guerrerense (rebelde, contestón, aguerrido), la pobreza en las comunidades, el abandono de las escuelas por el gobierno, la sumisión partidista a los poderes centrales, la ausencia del gobierno federal como interlocutor y la cerrazón de los diputados, que critican que los maestros pidan una ley a su modo, y ellos hacen la suya al modo propio, sin ceder un ápice.

En ese cóctel sólo ha faltado el ingrediente de la represión, que es en lo que se había contenido hasta ahora el gobierno del estado, si bien ya comenzará.

Por los maestros, puede entenderse los motivos de su lucha y se debe cuestionar la violencia cuando se ejerza contra ciudadanos ajenos al conflicto. Sin embargo, en las acciones de ayer, es necesario puntualizar, no hubo ningún lesionado.

Se diría que Guerrero es un polvorín, donde sólo hace falta un cerrillo.

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