JAIR GARCÍA
Jalcomulco, Ver.- Lo que hasta hace 20 años era un pequeño poblado de pescadores y productores de mango y cacahuate hoy se ha convertido en el municipio que mayor turismo de aventura capta en México, sin embargo, esta actividad y toda la economía del lugar se ve amenazada por la posibilidad de que en lo alto de la cuenca se construya una hidroeléctrica que mataría al río y a quienes viven del mismo.
Jalcomulco, hoy en día, es sinónimo de turismo de aventura y descenso en río, y todos los días llegan hasta este lugar turistas nacionales e internacionales, quienes ya tienen una referencia del rafting que puede practicarse.
Por ello, prestadores de servicios turísticos se han organizado para defender este ecosistema, aunque ello les ha significado amenazas, robos, secuestros, golpes, y temen que más adelante hasta la vida.
Aunque en Jalcomulco nadie duda en defender el río y oponerse a la hidroeléctrica, al momento de dar testimonio todos prefieren el anonimato, pues cada vez son más frecuentes los secuestros, donde hasta por dos semanas son retenidas personas en lugares desconocidos, y en los que se les amenaza con matarlos “si siguen haciendo su desmadrito”.
De esta forma, Jalcomulco no sólo se ve amenazado por la crecida del río en temporada de lluvias, sino que el mayor temor es la construcción de una presa, que secará y matará por completo este afluente y toda flora y fauna que depende de su agua para subsistir.
El descubrimiento
Los guías de descenso de río de este lugar cuentan que el origen del rafting en Jalcomulco tiene apenas 30 años, cuando un grupo de exploradores de Polonia visitó el lugar y se dio cuenta del potencial que tenía para el descenso en río, por lo que repitieron la misma aventura cada año, pero en mayor número y con gente que practica esta actividades en distintas partes del mundo.
De esta forma fue creciendo y poco a poco los habitantes de Jalcomulco fueron aprendiendo, hasta que hace 22 años surgió la primera empresa de ecoturismo que ofrece el descenso en ríos. Hoy en día suman ya 16, y existen peticiones para abrir otras más, pero se encuentran detenidas para garantizar la sustentabilidad y no saturar el mercado.
A partir de entonces, Jalcomulco cambió su vocación agrícola y ganadera para dedicarse al ecoturismo, lo cual ha sido más rentable, pues ha permitido que mucha gente que durante décadas había migrado a Estados Unidos haya retornado.
“Hoy quien se va de Jalcomulco a Estados Unidos es porque va de vacaciones o porque va a tomar un curso de rafting, porque ahora sí hay empleo para todos”, expresaron.
Los riesgos
Por años, el ecoturismo ha sido la principal actividad económica de Jalcomulco y se ha logrado desarrollar de manera sustentable con el medio ambiente, por lo que no representa un daño para el río.
Sin embargo, la posibilidad de la construcción de una planta hidroeléctrica podría acabar no sólo con el río, sino con el turismo, la pesca, la gastronomía, el comercio, la agricultura y con el mismo pueblo.
Aunque este proyecto, acusaron, intenta ser disfrazado como dotar de agua a Xalapa, señalaron que en realidad plantea una planta hidroeléctrica que sólo generará contaminación y secará al río.
“No estamos en contra de que se dote de agua a Xalapa, al contrario, si en eso consiste el proyecto, tenemos estudios de factibilidad para dotar de agua a la capital, pero la verdad es que están planeando algo mucho más grande”, declararon.
Indicaron que del sitio, donde se pretende construir la presa a la capital del estado, hay una diferencia de más de 700 metros sobre el nivel del mal, por lo que se tendría que bombearla, lo que elevaría el costo del suministro de agua en por lo menos un 300 por ciento, “eso no es negocio en ninguna parte del mundo, por lo que realmente se está ocultando el verdadero proyecto que se tiene”.
Las amenazas
Desde que trascendió el proyecto, los habitantes no sólo de Jalcomulco sino de todos los municipios que integran la cuenca La Antigua se han manifestado por las repercusiones que tendría para ellos, sin embargo muchos han sido silenciados en el mejor de los casos con mentiras o promesas pendientes de cumplir, algunos con dinero y otros con amenazas de muerte.
Muchos guías de rafting, restauranteros, taxistas y hasta cocineras han sido secuestradas en Jalcomulco para pedirles que ya no anden alborotando a la gente, pero lo mismo ocurre con pobladores de Cosautlán, Tlaltetela, Apazapan, Emiliano Zapata, La Antigua y otros municipios más por donde pasa este afluente.
Por ello, muchos han desistido de su lucha, incluso han tenido que suspender eventos, foros, tanto en Jalcomulco como en Xalapa, pues sin más, pueden llegar camionetas y secuestrar gente a la que liberan al paso de unos días o semanas, sin pedir dinero a cambio, si acaso 3 mil pesos, pues lo único que les piden es que “le bajen de huevos”.
Ahora la lucha por la defensa del río es en el anonimato y casi con el mismo ánimo, siempre teniendo de su lado los aspectos ambientales, técnicos, sociales y económicos.
Ni se ven, ni se oyen
A pesar de ser un tema polémico, no ha sido abordado por ninguno de los candidatos a la presidencia municipal de Jalcomulco, es más, ni siquiera por el actual alcalde, pues los pobladores aseguran que ya le llegaron al precio, lo mismo que a todos quienes compiten por ese cargo.
“Ningún pinche candidato dice estar en contra de la presa, pero todos piden el voto”, expresó una cocinera de un restaurante, por lo que muchos han pensado en no permitir que se lleve a cabo la elección, como medida de protesta, mientras que muchos han pedido ir a votar y anular el voto, confiando en que ningún candidato gane.
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