Unas 800 personas, entre guardias y civiles inermes, se dirigían a Cruz Grande a manifestarse
El objetivo era impedir que pasaran con armas y con el uniforme de su corporación, se difundió
HÉCTOR BRISEÑO ( Enviado)
Cruz Grande, 27 de agosto. Militares desarmaron con violencia a policías comunitarios e impidieron su paso a una manifestación en Cruz Grande, en la Costa Chica, para exigir la liberación de la dirigente de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (Crac) en Olinalá, Nestora Salgado García.
Los comunitarios marcharon desde mediodía por la carretera Ayutla-Cruz Grande, desde la casa de justicia de El Paraíso, municipio de Ayutla, donde formaron un contingente de unas 800 personas, mujeres indígenas, campesinos y pobladores de la cabecera, quienes viajaron en vehículos y a pie de manera pacífica, con machetes, palos y escopetas de bajo calibre.
Sin embargo, antes de llegar a Cruz Grande, los comunitarios se toparon con un grupo de unos 200 militares, quienes de forma intimidante bloquearon la carretera Ayutla-Cruz Grande con unos 25 vehículos artillados y blindados, para impedir el paso a los manifestantes, justo frente a la secundaria técnica 13 Benito Juárez.
En el lugar, los soldados formaron una valla humana, rodearon por ambos lados del camino a los manifestantes y de forma retadora dijeron a los comunitarios que no podían pasar con armas, ni uniformes de la Crac.
Mientras tanto, un helicóptero de las fuerzas armadas sobrevolaba la zona.
Los comunitarios y pobladores de Ayutla se enardecieron y dijeron a los efectivos del Ejército que así deberían tratar a los narcotraficantes.
Entre 3 y 4 de la tarde se vivieron los momentos de mayor tensión, pues los militares intentaron aprehender a dos comunitarios, a lo que éstos se opusieron, lo cual dio origen a golpes y jaloneos entre ambos bandos.
Los militares cortaron cartucho, golpearon a algunos comunitarios y desarmaron a varios, hasta que la calma volvió, y ambos grupos se formaron otra vez frente a frente en la carretera.
Prosiguió un diálogo entre un mando castrense que controlaba la operación y quienes encabezaban el contingente de guardias ciudadanos, que se convirtió en una lluvia de reproches a las fuerzas armadas y al gobierno:
–¡Ustedes no detienen a los delincuentes porque su gobierno los suelta! Reciben una lana y los sueltan, por eso no actúan. ¡Les debería dar vergüenza, compa! La Constitución dice que están para defender la nación, no para andar defendiendo delincuentes! –reprochó un comunitario.
–Deberían leer la Constitución –alcanzó a decir un soldado mientras hacía señas con sus manos como si leyera un libro.
Algunos campesinos cantaban el Himno Nacional.
Los militares intentaron dar botellas de agua a los indígenas y comunitarios, quienes indignados se negaron a recibirlas, mientras continuaban los reproches contra efectivos militares, quienes jalonearon de la camisola café de la policía comunitaria a Arturo Campos, dirigente de la Crac, quien encabezó la movilización; otros daban indicaciones en lengua nativa.
Al arribar al lugar el grueso de los militares a bordo de tres blindados, los pobladores de Ayutla les reclamaron: “¡Ora, ve, si ni que fuera la guerra! ¡Parece que vienen a una guerra contra nosotros!”.
Una mujer con un niño en brazos reclamó el trato que daban los militares a los indígenas, quienes en ese momento lanzaron consignas: “¡Liberen a Nestora! ¡Liberen a Nestora! ¡Viva El Paraíso, viva Nestora Salgado!”.
Alrededor de las 16:30 horas, los militares lograron replegar a los comunitarios, que habían comenzado a dispersarse. En la retirada, los soldados arrebataron por la fuerza varios rifles de bajo calibre a los guardias indígenas. Un comunitario resultó herido, mientras otro era pateado en el asfalto y una mujer indígena cayó al piso.
Un viejo policía de la Crac preguntó a un reportero si las armas que les quitaron los soldados las perderían para siempre o tendrían que solicitarlas de regreso mediante un escrito al gobernador, “pues nos ha costado mucho conseguirlas”.
Posteriormente, los manifestantes bloquearon la carretera Ayutla-Cruz Grande.
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