La reforma energética le abre la puerta grande a grandes empresas extranjeras que, por sus altos recursos, se convertirán en poderes fácticos, con injerencia en los asuntos nacionales, asegura el historiador Lorenzo Meyer, de El Colegio de México (Colmex).
“Los más grandes poderes fácticos son los grandes obstáculos y son actores mexicanos, imagínate que llegue uno de los actores y ponga dinero”, dice en entrevista con Aristegui-CNN, con motivo de su nuevo libro Nuestra tragedia persistente la democracia autoritaria en México.
En la obra editada por Random House Mondadori, el académico revisa las posibilidades de transformarse que nuestro país ha desperdiciado desde el siglo XIX, cuando consolidó su independencia.
“Es un vistazo a la historia de México, a cuántas veces México ha tenido posibilidades de cambio y cuantas veces se ha frustrado”, detalla sobre la obra.
Además, revisa el proceso histórico que devino en el regreso del Revolucionario Institucional a la Presidencia. Lo que a juicio de Meyer es un retroceso “que no es lo que queríamos en el 2000”.
Como ocurre actualmente, con la discusión de la reforma petrolera.
“Antes de 1938, los actores petroleros eran internacionales, luego fueron sólo mexicanos. Una vez que abra la puerta la reforma energética da la impresión de unos actores chiquitos abriendo una puerta chiquita, los actores van a quedar rebasados”, reitera.
Es muy preocupante, alerta el académico. “México ya vio esa lucha, y ahora México volvió a revivirla”.
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