Las reforma educativa y las demás propuestas por el gobierno federal están tocando a las estructuras sociales, por eso producen una oposición en el sentido que son reformas que impactan en las condiciones de vida en los trabajadores, son muy agresivas y la respuesta son las movilizaciones y las contrapropuestas sociales, que precisamente son lo que construyen un movimiento social, señaló el investigador del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV), Martín Aguilar Sánchez.
En entrevista, el investigador señaló que ante el movimiento magisterial será muy interesante ver las futuras alianzas entre los distintos grupos de trabajadores, porque estas movilizaciones ocurren de una manera más intensa a partir de las reformas, “lo que puede provocar es alianza de diversos sectores de trabajadores y eso puede generar un proceso de democratización en los diversos ámbitos del estado, pero eso es una posibilidad en el escenario actual”.
Aguilar Sánchez, que estudia los movimientos sociales en Veracruz, dijo que con la protesta magisterial de la entidad “sí hay una creación de nuevas expectativas sobre el papel que debe tener el sindicalismo y sobre la relación que debe tener el estado con los maestros y con su representación”.
El movimiento magisterial se construye como tal al cuestionar una política nacional y al aglutinar ciertas demandas específicas un gran sector de maestros veracruzanos, “pero también al cuestionar un tipo de reforma educativa que impacta en lo laboral, después un tipo de ejercicio político y sindical, está cuestionando el sindicalismo tradicional”.
Por ello, refirió que el movimiento magisterial abre canales de un espacio no solo para debatir sino para construir un sindicalismo democrático. Igualmente impacta a la estructura tradicional del sistema político veracruzano, que se basa mucho en las estructuras corporativas de los sindicatos, como el Nacional de Trabajadores de la Educación.
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