Orizaba, Ver.- La estabilidad social del país depende del éxito de las reformas estructurales y si por el contrario agravan la crisis económica de la nación se arriesga incluso la lealtad de las fuerzas armadas, no obstante la desorganización de los movimientos sociales que protestan en las calles, frena un estallido social de mayores magnitudes, advirtió el historiador Agustín García Márquez.
Señaló que el escenario nacional se puede complicar si las reformas estructurales no cumplen el objetivo de generar el crecimiento económico del país, “y por el contrario provocan problemas, máxime si el gobierno no tiene dinero para pagar la nómina de las fuerzas armadas, entonces sí se complicaría el escenario”.
El camino que toma el país, dijo, “es difícil porque se continúa con un estado débil, con poco margen de maniobra. Ahora les urge obtener más fondos económicos para poder mantener el andar de la maquinaria nacional”. Un ejemplo de la parálisis económica, dijo, “lo tenemos en Veracruz, la bursatilización de hace cuatro años provocó que ahora los ayuntamientos no tengan dinero, están endeudados, despidiendo gente, gente que ahora se suma a las movilizaciones sociales”.
Asimismo señaló que en el balance las tres primeras reformas aprobadas por el Congreso de la Unión, – laboral, educativa y hacendaria– “no impactan de entrada, pero realmente se acumula una serie de cosas. Eso es lo que está alimentando la movilización social”.
Las reformas, “afectan a todos, hay grandes líneas de problemas que se generarán que afectarán a todos incluido a los empresarios”, no obstante hay un atenuante que imposibilita que crezcan las protestas sociales: no hay organización social, “los cañeros no han sido capaces de voltear a ver a los maestros, los maestros no ven hacia otros grupos sociales que ya estén inconformes. Todo eso evita que haya una verdadera movilización social de mayores magnitudes”.
“Los movimientos sociales deben tener claro qué es lo que está pasando y en donde están sentados como parte de un grupo de reformas neoliberales, por eso muchos se concentran sólo en la lucha contra Enrique Peña Nieto, pero él no es el único que está detrás de todo esto”, subrayó.
Un ejemplo de esa desarticulación social que envuelve a todos los movimientos sociales que se tienen en el país, “es el del magisterio aun cuando hay antecedentes de movilizaciones magisteriales importantes hace años pero ahora no logran organizarse”.
Hay otros movimientos que desde el magisterio se realizaron y que incluso no salieron a las calles, pero lograron objetivos, “en 1992 la descentralización educativa en el 2011 la articulación para la educación básica. Esos movimientos no salieron a las calles pero revolucionaron la forma en la que se hace la educación en Veracruz”.
Finalmente manifestó que hace falta la articulación de esas movilizaciones sociales, “para entonces sí poder hablar de acciones más concretas”.
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