Las agencias Nacional de Seguridad (NSA) estadunidense y de inteligencia británica (GCHQ) vigilaron de modo encubierto y buscaron modos de levantar acusaciones contra Wikileaks y más grupos de activistas, revelan los documentos secretos (“top secret”) filtrados por Edward Snowden.
La vigilancia no se circunscribe a las organizaciones como tales. Abarca lo que la NSA llama “la red humana que apoya a Wikileaks”. Por ejemplo, la GCHQ monitoreó las visitas que recibe el sitio de Wikileaks y recolectó las direcciones de IP de los visitantes en tiempo real.
Los documentos, dados a conocer por The Intercept, el nuevo proyecto periodístico creado por Glenn Greenwald, Laura Poitras y Jeremy Scahill, revelan que la NSA consideró utilizar su sistema de vigilancia contra Pirate Bay, el sitio de descargas, y aprobó supervisar a grupos de hacktivistas como Anonymous.
Esta sería la primera vez que hay evidencia de que la comunidad de inteligencia estadunidense y británica intenta espiar a Wikileaks.
En uno de los documentos, fechado en julio de 2011, hay un resumen de un intercambio entre dos funcionarios de la NSA que discuten la posibilidad de que el portal de filtraciones sea clasificado como “un ‘actor extranjero malicioso’, para que pueda ser un blanco” de amplia vigilancia electrónica, sin tener que excluir a estadunidenses de los registros, informa The Intercept.
Otro documento, de agosto de 2010, explica cómo la administración de Obama le pidió a sus aliados extranjeros levantar cargos contra Julian Assange, fundador de Wikileaks, por la publicación de los registros de guerra de Afganistán.
Otro escrito muestra que desde 2010 Assange fue incluido en una lista de “hombres buscados” de la NSA.
El editor de Wikileaks publicó una declaración respecto a estas revelaciones, en la cual dice: “Conminamos a que la administración de Obama nombre un Fiscal Especial para investigar qué tanto abarca la actividad criminal de la NSA contra los medios, incluyendo a Wikileaks y su red”.
Assange informa que le pidieron a su abogado general, Baltasar Garzón, que prepare una respuesta. “Que quede claro: aquellos responsables tendrán que rendir cuentas y serán llevados ante la justicia”.
The Intercept explica que si bien la administración de Barack Obama ha insistido en que los ciudadanos estadunidenses no están en la red de vigilancia masiva de la NSA, cualquier comunicación con un grupo clasificado como “actor extranjero malicioso” sería posible blanco de espionaje.
Julian Assange está refugiado en la embajada de Ecuador en Londres desde junio de 2012 para evitar su extradición a Suecia, donde dos mujeres le acusan de agresión sexual. El australiano teme que desde Suecia le extraditen a Estados Unidos y le condenen por espionaje por las revelaciones de WikiLeaks.
Por su parte, Snowden es un exanalista de la NSA que está refugiado en Rusia tras haber sustraído miles de documentos de la agencia, que han servido para conocer detalles comprometedores sobre sus actividades, como el espionaje masivo a ciudadanos inocentes y a líderes aliados de Estados Unidos.
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