martes, 19 de mayo de 2009

Y ahora reaparece Zedillo; propone aprobar reformas estructurales




Y ahora reaparece Zedillo; propone aprobar reformas estructurales

CARLOS ACOSTA CóRDOVA

MÉXICO, D.F., 18 de mayo (apro).- Las medidas de política económica que se han tomado desde mediados de los años 80, y que le han permitido al país contar con finanzas públicas relativamente sanas y mayor fortaleza macroeconómica, han sido correctas, pero insuficientes, advirtió hoy el expresidente Ernesto Zedillo, por lo que urgió a aprobar las reformas estructurales.

         Durante su participación en la XIX Convención Nacional de Aseguradores, el exmandatario dijo que las medidas económicas de los últimos años han permitido a la economía mexicana no salir "devastada" por la actual crisis económica internacional, con todo y que ésta ya está significando un alto costo social, por la caída en la producción y el empleo.

         Ese costo, dijo, habría sido "mucho mayor, inmenso", si no se contara con finanzas públicas relativamente sanas, sin un tipo de cambio flexible, sin un sistema bancario sólido y un Banco de México más independiente, con la responsabilidad primaria de combatir la inflación.

         La economía nacional, agregó, hubiese sido "postrada gravemente ante el primer embate del desarreglo financiero internacional".

         Sin embargo, aunque todo ello "ha valido la pena", no es suficiente ahora "para compensar los efectos recesivos que implican la reducción de la demanda y en los precios de nuestras exportaciones, el colapso del crédito y la inversión internacionales, las menores remesas de nuestros trabajadores migratorios y muchos otros factores adversos ajenos a nuestro control".

         El expresidente Zedillo explicó que además de la débil demanda externa, exacerbada por presiones proteccionistas –sobre todo de los países industrializados--, el peor choque externo que sufrirán México y el resto de los países de la región, será la contracción del crédito internacional.

         Lo dijo así: "Con el tiempo, la contracción e incluso la reversión, de los flujos de capital hacia nuestros países pudiese convertirse en una perturbación más dañina para nosotros que la recesión en el comercio internacional".

         Según él son tres factores los que afectan el flujo de capitales a México y toda América Latina: una mayor aversión al riesgo, la contracción de la intermediación financiera en las economías avanzadas (que podría extenderse hasta el mediano plazo) y la sobrerregulación de los mercados financieros, que podría reprimir la innovación y el crecimiento de la intermediación financiera.

Por esas razones, dijo, los flujos internacionales de capital –sobre todo con destino a las economías emergentes, como México-- se han reducido dramáticamente: de 929 mil millones de dólares en 2007, a 165 mil millones en 2009, según cálculos del Instituto de Finanzas Internacionales.

         De hecho, explicó, en México ya se está padeciendo esta circunstancia de menor crédito externo. "La razón por la que nuestro país no puede tener políticas anticíclicas de gran envergadura es este momento es simplemente porque no vamos a tener acceso a recursos adicionales significativos a los que generamos nosotros con nuestro propio esfuerzo."

Sentenció: "No hay y no habrá en este año y posiblemente por algunos años, recursos externos adicionales para nuestro país".

Por todo ello, el expresidente Ernesto Zedillo urgió hoy a todos los actores políticos del país –gobierno federal, Congreso, empresarios, gobiernos y legislaturas estatales-- a llegar a los acuerdos y consensos necesarios para sacar adelante las reformas estructurales –sobre todo, la fiscal, la laboral y la de competencia económica-- que permitan al país "reducir significativamente la aguda y riesgosa dependencia que tienen las finanzas públicas de los ingresos petroleros y, en cierta medida, del financiamiento externo".

Recomendó apostar a una reforma fiscal "definitiva", "que le dé solidez financiera al Estado mexicano"; eliminar las barreras que dificultan la creación de nuevas empresas e inhiben la competencia económica, que sigue muy restringida en el país; establecer leyes laborales que, sin desproteger los derechos básicos de los trabajadores, no constituyan un desaliento a la contratación de trabajadores en los sectores modernos de nuestra economía.

Reconoció que esas reformas estructurales, que deberán asumir todos los actores con un sentido de urgencia, implicarán "decisiones difíciles e impopulares, pero es lo que el país requiere".

Confió Zedillo –que llegó y se retiró con el aplauso más prolongado de los asistentes a la convención de los aseguradores--  en que "a más tardar en la próxima Legislatura del Congreso de la Unión" se empiecen a dar pasos sólidos respecto de esas reformas.

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