miércoles, 24 de junio de 2009

El voto nulo





Jaime Cárdenas
El voto nulo

Sorprende que académicos y ciudadanos llamen al voto nulo y en blanco porque la responsabilidad de la transición fallida a la democracia en México no reside exclusivamente en los partidos políticos y en el sistema electoral. Los principales responsables de que la que la transición a la democracia en México no haya concluido son los poderes fácticos o, como dice Andrés Manuel López Obrador, la mafia política. Respecto a esos intereses, los promotores del voto nulo, no hacen ningún señalamiento. ¿Qué extraño y qué sospechoso?

El voto nulo, en blanco y por candidatos no registrados, beneficiará a los partidos mayoritarios que cuentan con grandes maquinarias electorales capaces de movilizar a su voto duro. El voto nulo o en blanco o por candidatos no registrados, implica lo siguiente: 1) Dejar que otros ciudadanos que sí van a votar decidan por los que anulan, votan en blanco u optan por candidatos no registrados; 2) Asumir que todos los partidos y candidatos son iguales; 3) Confundir la derecha con la izquierda; 4) Elevar al debate nacional, una cuestión que pretende opacar a otras, que son de igual o de mayor magnitud que la planteada, ojalá que también se promoviera un debate sobre la desigualdad entre los mexicanos, la ilegitimidad de origen y de ejercicio de Calderón o, que se discutiera sobre la ineficacia e ineficiencia de su gobierno en todos los órdenes; 5) Criticar al sistema de partidos y electoral sin presentar alternativas coherentes para construir otro tipo de sistema político, por ejemplo, uno más participativo, igualitario y deliberativo; 6) Hacer el caldo gordo a las grandes empresas de radio y televisión que alientan y difunden esta campaña porque pretenden desquitarse de la reforma electoral de 2007, que le cercenó al poder mediático una buena parte de sus privilegios; 7) Desconfiar de cualquier posibilidad para que a través del deficiente sistema institucional del país éste se reforme; 8) Desconocer la historia reciente del país, pues en el proceso electoral del 2006 se realizaron innumerables irregularidades y violaciones al orden jurídico para que la derecha conservara el poder, ahora con una estrategia diferente, se quiere que el ciudadano desperdicie su voto, para que la derecha siga conservando el poder; 9) Desmovilizar al ciudadano es el objetivo de la campaña, pues si se quisiera en verdad concienciarlo, ya se le estaría invitando a distintas movilizaciones públicas a efecto de proponer cambios concretos a la Constitución y a las leyes para enfrentar el papel de los poderes fácticos; y, 10) Elitizar la crítica ciudadana al sistema electoral y de partidos, porque no son movimientos populares los que están proponiendo y promoviendo está crítica.

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