Fuente: La Jornada de Veracruz
Orizaba, Ver.- El Ejército nacional, al menos en esta región, ha dejado de montar retenes de revisión y patrullajes oficiales. Ahora sus operativos lo hacen encubiertos en vehículos particulares y vestidos de civiles; “con ello sin duda se incrementarán las violaciones a los derechos humanos”, según argumenta Jairo Guarneros Sosa, dirigente de “La Otra Campaña”, quien además critica “la sumisión de Nohemí Quirasco ante las fuerzas castrenses al pedir que no salgan de las calles del Estado”.
Pero si esto pasa en la zona urbana, advierte, en la sierra las condiciones son peores; “allá en la sierra, se ha montado una red de espías o informadores que se infiltran entre las organizaciones sociales para que después se inicien acciones represivas”. De hecho, critica, la actuación del Ejército debido a que se argumenta “una lucha contra el narcotráfico, pero hasta el momento al menos en la zona de Orizaba no han dado un golpe contra la venta de drogas. No sabemos de que se haya dado un golpe efectivo al narcotráfico, solamente se han violentado los derechos de los civiles”.
Ejemplos hay casos claros: “El de los trabajadores sexuales que fueron agredidos por soldados uniformados y que desde hace unas semanas son acosados por personas con corte militar, pero que hacen uso de vehículos particulares”. Otro más reciente es el de los comerciantes que fueron agredidos a tiros, detenidos y posteriormente liberados al no tener delito que perseguir.
Se conoció que los militares realizan sus operativos en vehículos particulares, el más reconocido es en un Tusuru color azul con vidrios polarizados sin placas. Este vehículo, se suma a otros más, pero son situados cerca de las unidades Mercedes Benz que son utilizados para el traslado de los militares.
Guarneros Sosa arremete contra la presidenta de los Derechos Humanos en el Estado, Nohemí Quirasco: “no puede ser tan contradictoria, hace unas semanas leíamos que pedía acertadamente, que salieran los soldados de las calles y ahora se retracta y dice que no deben salir”, denunció.
La presencia militar es un anticipo de lo que pudiera pasar en el resto del año; “pero sobre todo en 2010 que es cuando los veracruzanos elegimos a los alcaldes, diputados y gobernador. Sin duda esta movilización pudiera agravarse en las elecciones del año siguiente”, explicó.
Jairo Guarneros no descarta la posibilidad de un estallido social; “la sola presencia militar sin resultados efectivos ha enrarecido el ambiente estatal. Hay malestar de la gente, no estamos a gusto con la presencia del ejército y ahora con la forma en la que trabajan, se agrava el ánimo y puede haber un estallido social”, concluyó.
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