Por Anabel Hernández tomado de reporte Índigo.
En Bosque de Antequera No. 60, Fraccionamiento La Herradura, en la Ciudad de México, la Presidencia de la República mantiene una lujosa residencia de 5,363 metros cuadrados de construcción en un terreno de 5 hectáreas de bosques y jardines. El lugar, suntuoso por dentro y por fuera, parece un palacio. De hecho, es muy similar al Petit Trianon de Versalles, que era el castillo privado de la reina María
Antonieta.
De la existencia de esta mansión y su costo para el erario, los contribuyentes poco o nada saben. Se ha mantenido casi en secreto. Y aunque es patrimonio de la
nación, son muy pocos los invitados que han tenido acceso a ella. El gobierno federal lleva 20 años manteniendo la residencia con recursos públicos sin rendir cuentas a nadie. Debe ser usada únicamente como residencia para jefes de Estado en visitas oficiales, pero en los gobiernos de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, ha sido empleada de manera discrecional para eventos privados.
Según testimonios recabados por Reporte Índigo, la llamada Residencia Ávila Camacho (oficialmente denominada Residencia Soledad Orozco, La Herradura) ha sido aprovechada
para reuniones sociales del gabinete, eventos de recaudación de fondos para el Centro Fox, así como fiestas y reuniones organizadas por miembros del equipo del presidente Felipe Calderón. Todo a costa de los recursos públicos. Hace un año, Reporte Índigo inició una investigación sobre este palacio, su costo y el uso real que se le da.
La Presidencia se niega a informar sobre lo que gasta en la residencia, la partida presupuestal a la que se carga dicha erogación, el inventario de las obras de arte que había o hay en ella y los nombres de los usuarios de la Residencia Ávila Camacho.
Reporte Índigo obtuvo los recibos de consumo de energía eléctrica de los últimos dos años. La variación en los montos revela el intenso uso nocturno que tiene el lugar durante algunos periodos. Según la Presidencia de la República, el único mandatario extranjero que ha utilizado la casa en los últimos nueve años es Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, quien se hospedó ahí en junio de 2007. Pero esto no coincide con los gastos en servicios. Tan sólo en mayo de 2008, la
Presidencia pagó 83 mil 327 pesos por el consumo de 10,000 kilowatts de electricidad, que es equivalente a un consumo industrial. En febrero de ese mismo año, erogó 14 mil 763 pesos, 5.6 veces menos, por el mismo concepto.
La Policía Federal es testigo de lo que ocurre día y noche en la Residencia Ávila Camacho. A diferencia del resto de las instalaciones de la Presidencia de la República, que son custodiadas por el Estado Mayor Presidencial, en este caso es la Policía Federal, cuyo jefe es el inamovible secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, la responsable de vigilar el inmueble. En tiempos de crisis económica, cuando el gobierno pretende crear impuestos para combatir la pobreza y hace reiteradas promesas de austeridad, ésta es la historia de El Palacio Presidencial, una investigación especial de Reporte Índigo.
sábado, 19 de septiembre de 2009
El palacio de los excesos
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