Cuautla, 4 de abril de 1812.
Señor español:
El que muere por la verdadera religión y por su patria, no muere infausta sino gloriosamente. Usted, que quiere morir por la de Napoleón acabará del modo que señala a otros.
Ud. no es el que ha de señalar el momento fatal de este ejército, sino Dios, quien ha determinado el castigo de los europeos y que los americanos recobren sus derechos.
Yo soy católico, y por lo mismo le digo a Ud. que tome su camino para su tierra, pues según las circunstancias de la guerra perecerá entre nuestras manos el día que Dios decrete ese futuro posible.
Por lo demás, no hay que apurarse, pues aunque acabe este ejército conmigo y las demás divisiones que señala, queda aún toda la América, que ha conocido todos sus derechos y está resuelta a acabar con los pocos españoles que han quedado.
Ud. sin duda está creyendo la venida del rey don Sebastián en su caballo blanco a ayudarle a vencer la guerra, pero los americanos saben lo que necesitan y ya no podrán ustedes embobarlos con sus gacetas y papeles mentirosos.
Supongo que al señor Calleja le habrá venido otra generación de calzones para exterminar esta valiente división, pues la que trae de enaguas no ha podido entrar en este arrabal; y si así fuere, que vengan el día que quieran, y mientras yo trabajo en las oficinas haga Ud. que me tiren unas bombitas porque estoy triste sin ellas.
Es de Ud. su servidor, el fiel americano Morelos.
P.D. El capitán Larios después de muerto, como Ud. me dice, cogió la valija que contenía esta cubierta.
Cuautla, sobre el campamento de Calleja, 4 de abril de 1812.
Fuente:
Ernesto Lemoine Villicaña. Morelos, su vida revolucionaria a través de sus escritos y de otros testimonios de la época. Universidad Nacional Autónoma de México. Primera edición. México, 1965. p. 200-201.
Nota de Ernesto Lemoine Villicaña: Carlos María de Bustamante, Cuadro histórico de la revolución mexicana, op. cit., t. I, pp. 379-80. Al transcribir esta carta, comenta el autor: “Morelos no se hacía menos temible a sus enemigos por sus fuegos que por el tono amenazador y enérgico con que les hablaba. El 6 de abril mandó Calleja a Venegas un papel original que recibió de Morelos con cubierta de la secretaría del virreinato, que sin duda era del correo de 24 de febrero” interceptado por las avanzadas del caudillo al mando de un capitán de apellido Larios, a quien Calleja suponía muerto por sus soldados.
Publicado por La Jornada de Morelos
Difusión: Soberanía Popular
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