Lo que sucedió anoche en La Casa de Todos, en el centro de Mérida, es casi seguro está pasando en muchas viviendas y negocios mexicanos y no se sabe, porque no se denuncia ante la desconfianza que se les tiene a las instituciones de derechos humanos; ni se publica, porque vende más la guerra antinarco.
Eran las 9 y media de la noche del martes 7 de septiembre, terminábamos la reunión de varias organizaciones civiles: maestros de la CNTE en Yucatán, miembros de la CND en Mérida y el Kolectivo El Rebelde, para organizar la conmemoración del bicentenario de la independencia; varios ya se habían retirado, cuando irrumpieron intempestiva, violenta y arbitrariamente 6 hombres armados con pistolas tipo escuadra, encapuchados con pasamontañas y chalecos antibalas y al grito de ¡esto es un operativo!, nos obligaron a sentarnos en un rincón y revisaron bolsos y mochilas.
Se les preguntó a que se debía el operativo y a qué cuerpo policíaco pertenecían, pero ellos con prepotencia, se negaron a responder. En ningún momento se identificaron ni mostraron orden de cateo alguna. Duró aproximadamente media hora. Dos subieron a la planta alta y los otros se dedicaron, más que a interrogar a Lorenzo Peraza, dueño y administrador del espacio, a “regañarlo” por el tipo de clientes que van; dada “su insistencia” en mantener el espacio tenía que atenerse a ese tipo de visitas. Es inaceptable que ciudadanos como nosotros, trabajadores, responsables y honestos fuéramos tratados como delincuentes.
Lo grave es que se meten a locales o viviendas grupos de individuos enmascarados y armados a revisar personas y bienes en una violación flagrante de las garantías constitucionales que amparan a todos los mexicanos. Nos colocan en estado de indefensión, en el que pueden hacer lo que ellos quieran, asustar, insultar, amedrentar, golpear, robar y si hay quejas, pueden hasta “sembrar” droga para escarmiento.
La Casa de Todos fue cateada por la policía federal el 22 de abril pasado, con las mismas características antes descritas: violencia innecesaria y no se mostró la orden de cateo, se hizo la revisión sin testigos de la parte afectada y “apareció la droga”. Hasta ahora Lorenzo Peraza sigue un injusto proceso penal para demostrar que la droga fue “sembrada”. Se puede apreciar la intención policiaca y gubernamental de dar un escarmiento a aquellos que se atreven a decir que las cosas no están bien y hay que cambiarlas. En aquella ocasión se robaron impunemente hasta ahora, cuanto artículo con valor encontraron.
La Casa de Todos es una Peña, un espacio político-cultural, libertario, antifascista, crítico de la injusta situación que se vive en el país y por ello el lugar donde confluyen organizaciones políticas, ciudadanas y grupos urbanos de jóvenes, muchos de ellos marginados, producto de la crisis económica y moral de esta sociedad; en todo caso víctimas y no delincuentes. Son los que según estos supuestos policías no deben llegar ni reunirse y por ello es que se están dando estas “visitas” anticonstitucionales de policías, actuando como delincuentes armados, que ni siquiera se toman el trabajo de presentarse con una credencial.
EXIGIMOS a las autoridades competentes del gobierno estatal y federal que cesen estas “visitas” de acoso, violatorias de elementales derechos ciudadanos, se aclare qué corporación fue y sean sancionados los responsables de este violento y arbitrario cateo.
A la sociedad civil del país, organizaciones y personas conscientes y solidarias les pedimos su apoyo, que denuncien y exijan que no se siga violando las leyes y que estén pendientes por si recibimos más ataques policiacos y gubernamentales.
Kolectivo El Rebelde
Fuente: Notas Rebeldes
Difusión: Soberanía Popular
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