miércoles, 25 de mayo de 2011

Habitantes de Temacapulín exigen la última mesa de diálogo con bloqueo a Federalismo


Raúl Iglesias firma el pliego de exigencias en el que se fija el 1 de junio como fecha límite para la reunión

JORGE COVARRUBIAS

Ante la falta de respuesta de las autoridades de la Secretaría de Gobernación (Segob) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para realizar la última de las mesas de diálogo, los habitantes de Temacapulín, una de las tres poblaciones que podrían quedar bajo el agua con la construcción de la presa El Zapotillo, bloquearon ayer la avenida Federalismo –en los carriles que van de norte a sur– a su cruce con Ángulo, justo a la altura de donde se encuentra el edificio de Conagua.

El plazo para que se llevara a cabo dicha reunión venció el 20 de mayo sin que los afectados recibieran un informe oficial de los motivos de su retraso. Fue a través de un boletín de prensa desplegado en varios medios de comunicación que se enteraron que la mesa no se ha podido concretar por la incompatibilidad de la agenda del titular de Conagua, José Luis Luege Tamargo, y del subsecretario de la Segob, Juan Marcos Gutiérrez, cuya presencia demandan los pobladores. El cierre de la arteria dividió a los automovilistas, entre los que despotricaron contra los manifestantes con mentadas de madre y toda clase de insultos, y los que con su claxon aplaudieron la resistencia que mantienen desde que se anunció la inundación de los poblados.

Al edificio arribaron alrededor de 100 personas con lonas y pancartas con leyendas de reproche a los funcionarios por su falta de compromiso. El padre Gabriel Espinosa Íñiguez, vocero del movimiento, cargó hasta con una escultura del nuevo beato de la Iglesia Católica, el papa Juan Pablo II, la cual situó en la caja de una camioneta para que los automovilistas que circulaban por esa arteria pudieran observar la manta que le amarraron en las manos.

“Desde el cielo salvemos Temaca. No a la presa de El Zapotillo”, parecía decir el papa.
Dieron lectura a un pronunciamiento de la Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los Pueblos (AMAP) enviado al presidente de la república, Felipe Calderón Hinojosa.

“Nos preocupa que hasta la fecha no existan acciones legales de desistimiento de las denuncias penales iniciadas en contra de integrantes de diferentes organizaciones sociales opositoras a la construcción de la presa El Zapotillo”.

Pasaron casi tres horas para que las autoridades del organismo permitieran el ingreso de una comitiva que quería dialogar con el director de la Cuenca Lerma-Santiago Pacífico, Raúl Antonio Iglesias Benítez. Los dejaron entrar cuando los inconformes y miembros de otras organizaciones civiles bloquearon la avenida cerca de las 14:15 horas. Pedían que el funcionario les firmara un pliego de exigencias en el que por decisión de los pobladores se fijó un ultimátum a las autoridades para llevar a cabo la asamblea pendiente el próximo primero de junio en un auditorio que facilitará la Universidad de Guadalajara. María Félix y Emma Juárez, ambas pobladoras de Temaca, encararon a Iglesias y le soltaron un “¡Ya déjennos en paz, busquen otro sitio para hacer la presa!”.

Iglesias ni se inmutó con los comentarios, sólo escuchaba y se frotaba la barbilla con las manos, cruzaba las piernas, las estiraba, luego las volvía a cruzar, volteaba la cabeza, y observaba sus celulares. En principio se negó a firmar el pliego, pues le pareció muy ruda la exigencia de los afectados. María Félix le dijo que su firma no valía nada y este comentario despertó la animadversión del funcionario. Les dijo que no era necesaria su firma y que podían entregar su petición en la Oficialía de Partes. Se quejó de que en varias ocasiones han hecho declaraciones irónicas hacia su persona, sin el menor respeto.

Además de las mujeres, entraron el padre Gabriel Espinosa Íñiguez, el representante legal de los habitantes, Guadalupe Espinosa y María González, miembro del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (Imdec), quien hizo notar la falta de coordinación entre la Segob y la Conagua para convocar a la última reunión. Emma Juárez y el padre Gabriel pidieron a Iglesias reconsiderar su puesto y dejarlo a otro que sí escuche.

“Pues en realidad el pueblo es el que está pagando el sueldo de ustedes y en realidad si ustedes no se sienten competentes para solucionar los problemas de una manera integral, pues igual, dejar el puesto a otra persona Raúl (Iglesias)”, le soltó el sacerdote, y agregó que los pobladores continuarán defendiéndose hasta sus últimas consecuencias.

Casi una hora después Iglesias se mantenía en su postura de no firmar el documento que le llevaron, y finalmente estampó su rúbrica, cuando los afectados reconocieron que entre ambas partes ha habido comentarios despectivos. El funcionario aún guardaba animosidades por comentarios que a su juicio lo han denostado.

“Ustedes tienen sentimientos, también nosotros tenemos sentimientos, y si yo quiero que me respeten lo primero que debo de dar es respeto, así tan sencillo como eso”.

Fuente: La Jornada de Jalisco

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