La Villa Panamericana necesita mayor superficie para minimizar el daño hídrico, concluyen en foro
MAURICIO FERRER
“Es injusto defender El Zapotillo con fiereza y no de igual manera a una de las zonas de recarga más importantes de la ciudad”, dijo ayer el investigador de la Universidad de Guadalajara José Arturo Gleason Espíndola durante un foro de análisis del impacto ambiental de la construcción de la Villa Panamericana en El Bajío, en Zapopan.
El especialista calificó como un “doble discurso” el de las autoridades que, por una parte lamentan la escasez de agua y justifican a ultranza la construcción de presas como El Zapotillo que inundará Temacapulín y, por otra parte, aprueban edificaciones como la Villa Panamericana, que amenazan el abasto metropolitano del líquido.
De acuerdo con Gleason, a la subcuenca de El Bajío, ubicada justo donde se erige la Villa Panamericana, llegarán casi mil 600 litros por segundo de agua que a largo plazo producirán inundaciones debido a la impermeabilización que se ha hecho en la zona para alzar el complejo habitacional que albergará a más de ocho mil atletas en octubre próximo.
“Mil 600 botellas de agua de un litro que te lleguen de inmediato ¿qué haces? Los escurrimientos no podrán ser infiltrados o si acaso lo harán a la voz del señor gobernador”, declaró el universitario.
Gleason Espíndola propuso la detención de toda urbanización que se defina como “sustentable”, un estudio de los daños en las zonas de recarga, una restauración de las mismas y un sistema de monitoreo para la calidad del agua subterránea.
La construcción de las viviendas en El Bajío –zona de transición entre el bosque La Primavera y la zona metropolitana– producirá una mayor densidad en la zona; hasta 400 mil habitantes vivirán en ese sitio, lo que tendrá un impacto ambiental e hídrico, de acuerdo con el Parlamento de Colonias.
Un video difundido por la organización civil durante el foro, mostró que entre los problemas que causará la Villa Panamericana está la pérdida de filtración de agua, grietas subterráneas y un perjuicio en las cuencas de Colomos y Atemajac, que surten del líquido a Zapopan y al poniente de la ciudad.
Alejandro Cárdenas, del Parlamento de Colonias, dijo que una mayor superficie (una donación de más hectáreas por parte de las autoridades) podría mitigar los impactos ambientales.
En ello coincidió José de Jesús Rodríguez, de Red Ciudadana. Y advirtió: “En caso de no concretar los cambios necesarios, le haríamos saber a las autoridades de la Odepa cómo en Jalisco, con el pretexto de los Juegos Panamericanos, se hacen barbaridades. No descartamos la posibilidad de manifestarnos en la inauguración (...) no estamos de acuerdo que nos digan boicoteadores, lo que no queremos es que haya impunidad, queremos que se respete la ley. Sí a los Juegos, pero siempre y cuando no se deterioren las áreas verdes de Jalisco”.
La diputada local perredista Olga Araceli Gómez Flores recordó que desde sus orígenes (la pretensión de edificarse en el Parque Morelos) el proyecto de la Villa Panamericana ha estado plagado de abusos de autoridad, daños al ecosistema y desacatos.
“La construcción de la Villa Panamericana eliminaría las áreas del acuífero, se modificarían y desviarían cauces, se desperdiciarían áreas de infiltración, se infiltraría el agua. La sismología de zona y tipo de suelo pueden devenir en la formación de grietas, riesgo a los habitantes y edificaciones. Una decisión errónea, la construcción del complejo en El Bajío”, declaró la presidenta de la comisión de Asuntos Metropolitanos en el Congreso del Estado.
Fuente: La Jornada de Jalisco
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