Por: Ollantay Itzamná
Con el retorno del ex Presidente José Manuel (Mel) Zelaya Rosales al país, luego de más de 18 meses de expatriación, producto del golpe de Estado político militar, del 28 de junio del 2009, se aceleran las esperanzas para la refundación real e integral de Honduras.
Con sólo casi dos años de existencia, el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), es el movimiento social más grande del país. No existe en la historia hondureña otro movimiento social similar. Sin embargo, en el marco de los tres objetivos del Frente (organizar, formar y movilizar), aún nos falta mucho para consolidarnos como un sólido sujeto político colectivo para impulsar la refundación del país.
¿Cuántos colectivos organizados y en funcionamiento permanente tenemos? ¿Cuántas estructuras participativas y asamblearias constituidos? ¿Con cuántas propuestas concretas, tanto para la convocatoria a la Asamblea Constituyente, como para los contenidos de la nueva Constitución Política contamos?
Si el objetivo intermedio es la construcción (que no es lo mismo que toma) del poder, ¿qué avances existen para alcanzar este objetivo, y con qué programa de gobierno se aspira acceder al poder?
Estas interrogantes de auto crítica nos desafían, ahora, con el retorno del Compañero Mel Zelaya al país.
¿Cuáles son los retos para la refundación?
Construir un plan estratégico para la refundación. Construir, de abajo hacia arriba, una metodología y un plan estratégico para impulsar el proceso refundacional, mediante una Asamblea Constituyente. En este momento no existe ningún plan a nivel nacional. Este plan debe contener elementos como: procesos de formación, organización, comunicación/sensibilización, autofinanciamiento, movilización, construcción del poder local.
Construir un instrumento político. Más de un siglo de historia de los dos partidos políticos mellizos demuestran que éstos no pueden refundar Honduras, por más que cambien de nombre. El FNRP debe definir y construir un nuevo instrumento político, de abajo hacia arriba, para dinamizar el proceso refundacional. Este instrumento político tiene que ser lo más amplio y participativo posible, pero a la vez lo más estricto posible para cernir a las y los oportunistas de sus estructuras. Es decir, el FNRP tiene que contar con un instrumento político, bajo su control, pero no convertir todo el FNRP en un instrumento político.
Construcción participativa de un programa de gobierno. El instrumento político del FNRP tiene que estar aglutinado alrededor de un programa de gobierno. Este programa tiene que ser construido desde los caseríos, aldeas y municipios, incorporando las agendas más postergadas, y considerando los nuevos planteamientos filosóficos para intentar un nuevo sistema. Ya no debemos elegir candidatos/as, debemos elegir programas de gobierno construidos de forma participativa. El FNRP tiene que decirle a Honduras, concretamente para qué quiere llegar al poder. Para qué y por qué impulsa la Asamblea Constituyente
Democratizar la estructura nacional del FNRP. El mal endémico de la representación irresponsable se está apoderando del Frente. En el interior del país se siente el malestar por la dictadura de Tegucigalpa. Urge transitar de la dinámica de la representación a la dinámica de la participación asamblearia. ¿Quién eligió a la coordinación nacional de los 41, o a la asamblea intermedia de los 150? ¿Alguien sabe cómo, quienes y por qué conforman las diferentes comisiones? Las y los representantes tienen que ser PORTAVOCES de los colectivos y dirigir obedeciendo a las asambleas.
Elaborar los contenidos para la nueva Constitución Política. Tenemos que implementar una metodología participativa e incluyente para construir propuestas para la nueva Constitución Política, de abajo hacia arriba. Sólo así se podrá construir la nueva Honduras entre todas y todos. En este momento existen algunas iniciativas, pero no necesariamente están articuladas entre sí. La refundación no se hace sólo con protestas, ante todo, se hace con propuestas consensuadas.
Lo que Mel no podrá hacer por nosotros/as
Nos entusiasma el retorno esperado del Coordinador Nacional de FNRP, y ¡qué bueno! Pero, ¿por qué será que no nos entusiasma tanto el comprometernos y perseverar en la apuesta diaria por la refundación?
Las y los hondureños todavía seguimos presos de la maldición del providencialismo. Nos educaron para esperar todo (del Estado, de los políticos, de Dios, etc.) sin mayor esfuerzo. Vivimos creyendo que somos incapaces de hacer las transformaciones por nosotros mismos. Por eso pasamos la vida creyendo que otros harán por nosotros lo que nosotros no estamos dispuestos a hacer por nosotros mismos. ¿Acaso no pensamos y actuamos automáticamente expresando que “Diosito lo hará todo por nosotros”?
Estos tiempos de la refundación nos exigen a gastar la vida, diariamente por organizarnos y formarnos paras las responsabilidades y tareas que nos exige este proceso. Los dirigentes y líderes, sin nuestra participación y vigilancia, jamás lo harán por nosotros.
Jamás habrá refundación si cada uno de nosotros no nos refundamos moral, espiritual e intelectualmente. Mel, por más que quisiera, no puede hacer este milagro. La refundación comienza cada mañana, y está contenida en los esfuerzos y sueño que anida en nosotros/as.
Fuente: TeleSur
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