Comuneros estiman que cerca de 5 mil personas de la comunidad perdieron su trabajo
Francia, España, Inglaterra, Italia y Argentina apoyan económicamente a su movimiento
VIRIDIANA LÓPEZ (Enviada)
Cherán, 6 de agosto.- En las barricadas de entrada a Cherán las reglas de acceso son claras: “no alcohol ni drogas. No armas, no partidos políticos”. Desde el 15 de abril pasado, cuando inició el movimiento por la paz, la justicia y en defensa del bosque, la comunidad cheranense tomó una decisión: dejar fuera de su entorno vicios y partidos políticos. Ahora presumen que es la localidad más segura del estado, pero sobre todo aseguran que las familias comenzaron a reencontrarse, “se convive sanamente sin alcohol y sin drogas”.
En la localidad con más de 18 mil habitantes, los comuneros reconocen que la lucha emprendida ha sido complicada, no sólo por las demandas, sino por lo que ha implicado en sus vidas. “La primera semana fue difícil”, relata uno de ellos, porque la presión fue tal que el alcohol y las drogas fueron una forma para liberar tensión; sin embargo, la comunidad prohibió su consumo y ahora existe un reglamento que puede llevar a los reincidentes a anexos de rehabilitación.
Los relatos recogidos en el marco del concierto de rock, electrónica, hip-hop y otros géneros que se realizó ayer en apoyo a esta comunidad, resaltan que tanto los partidos políticos como el consumo de alcohol y drogas en la comunidad, aunado a la inseguridad que se palpa en todo el país, habían convertido a Cherán “en un lugar de anarquía”.
La lucha constante por apoyar a partidos políticos dividió familias y confrontó a vecinos. Los comuneros sostienen que al establecer nuevas reglas de convivencia se puede encontrar un lugar “de más armonía y tranquilidad”, porque la gente se reúne en las fogatas que se encuentran por todo el pueblo, en la iglesia y la calle misma; “dimos un giro de 180 grados”, asegura uno de ellos, “nos cambió todo”.
Anclado en la Meseta Purépecha, los cheranenses buscan hoy una nueva forma de organizarse políticamente, por lo que insisten en que no participarán en los comicios del 13 de noviembre porque “no hay condiciones”. Y es que entre los comentarios vertidos por miembros de la comunidad, los partidos políticos también solaparon la entrada de grupos delictivos –en referencia principalmente a los talamontes–, que hoy día se han convertido en el principal enemigo del pueblo, y a quienes temen por las represalias que puedan tener en su contra, sobre todo cuando hasta este sábado reportaban ocho hombres jefes de familia muertos, cinco desaparecidos y tres familias desplazadas.
Los cheranenses se preguntan por qué el Ejército Mexicano entra a otras regiones del estado para detener criminales y no pasa lo mismo en Cherán, donde –aseguran– continúan circulando camiones con madera y los elementos de seguridad estatales y federales no reaccionan ante ello.
Los comuneros explican que hay temor de salir de la localidad porque en los caminos para ir a otros pueblos se encuentran los grupos criminales.
“Los sacrificados de este movimiento son los bosques”, destacó uno de los comuneros al asegurar que el problema de la tala inmoderada e ilegal continúa en la zona, y las autoridades no cumplen con el acuerdo minutado de ofrecer seguridad. Por eso resaltan que “si nosotros no nos damos seguridad, ¿quién nos la va a dar?”.
Efectivamente, son los comuneros quienes se organizan para ofrecerla, controlan el acceso y la salida del pueblo, y se pide a los habitantes que después de la media noche no anden en la calle.
Con estas medidas, aseguran miembros de la comunidad, se sienten más tranquilos, aunque reconocen que existe estrés no sólo en los adultos, sino también en los jóvenes y niños, quienes ayer se mostraban ansiosos por ser parte del concierto que ofrecieron Pachamama Crew, de España; Moyenei, de Chile; Roco, vocalista de Maldita Vecindad; Ojitos Rojos y Sólo por Hoy, de la propia comunidad, además de otras bandas mexicanas y de origen indígena.
Los problemas que enfrentan los cheranenes no son pocos, se estima que son cerca de 5 mil personas las que se han quedado sin trabajo y sólo 200 han podido acceder a empleos eventuales de los programas para la conservación de los bosques.
El comercio apenas se reactiva, pero las condiciones económicas de las familias de Cherán son carentes, porque las personas que salían a trabajar a las ciudades cercanas ahora temen hacerlo y prefieren quedarse en la localidad, por considerar que es el lugar más seguro para estar y porque hay una lucha que dar.
Ayer precisamente, en apoyo a esta comunidad, se llevó a cabo un concierto en la plaza principal de Cherán, que ha servido como plataforma para difundir lo que ocurre en ese municipio y a la fecha han logrado recibir apoyos económicos de países como Francia, España, Inglaterra, Italia y Argentina; pero también de los familiares que viven y trabajan en Estados Unidos.
De acuerdo con cifras de la Comisión de Comuneros, diariamente se invierten 17 mil pesos en alimentos, mismos que llegan a las fogatas y son repartidos junto con los recursos económicos que obtienen de fuera, entre las familias. Un importante número de personas utiliza el dinero que llega para la compra de medicamentos, pues afirman que desde que inició el conflicto hay escasez, misma que afectó el estado de salud de algunos de sus habitantes.
Fuente: La Jornada de Michoacán
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