miércoles, 15 de mayo de 2013

Saqueando al DF - Columna semanal de Sergio Aguayo


El gobierno capitalino participa activamente en el saqueo de una de las mayores riquezas del Distrito Federal: el uso del suelo. Y la pieza clave es la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi).

En los medios capitalinos se observa la multiplicación de los vecinos quejándose porque se talan árboles o se construye en áreas verdes y zonas protegidas; porque se rebasan la altura o la densidad de las construcciones; porque se autorizan restaurantes o casas de juego y porque el gobierno vende calles. También se organizan y recorren oficinas gubernamentales e invierten en abogados y en juicios interminables. En algunas ocasiones se alzan con la victoria, por lo general padecen tribulaciones y frustraciones. Sólo persisten por la claridad de sus convicciones cívicas.

Mientras una parte de la ciudad se embellece la otra se afea, lo que degrada la calidad de vida. La Seduvi es un ente opaco y hermético que para algunos es la "caja chica" del jefe de Gobierno (otros aseguran que los centavitos salen del Mercado de Abastos). Todos los entrevistados coinciden en que la Seduvi tiene gran responsabilidad en una realidad descrita, en 2010, por el entonces contralor general del GDF, Ricardo García Sainz, el uso del suelo en la capital es "un régimen de corrupción que no podemos negar, con venta de protección, pero, sobre todo, omisiones" de la autoridad. Miguel Ángel Mancera celebró su victoria en las urnas con una fiesta en el World Trade Center. Esa noche destacaban por su júbilo los principales "desarrolladores" e "inmobilarios" capitalinos. Deben seguir contentos porque Mancera eligió para dirigir la Seduvi a Simón Neumann Ladenzon, experimentado empresario inmobiliario con tres décadas construyendo en la capital. Cuando surgieron las críticas por las implicaciones de ese nombramiento, Mancera respondió diciendo que es un personaje de "honradez probada" sin "ningún conflicto de intereses".

En estos meses Neumann ha demostrado su determinación de guardar silencio. Él y la Seduvi han sido particularmente parcos a la hora de explicar las irregularidades en el ahora famoso edificio de la calle Céfiro en Coyoacán que sacó a la luz la corrupción del delegado de Coyoacán Mauricio Toledo. Tampoco respondió al pliego petitorio que le entregaron en marzo más de 10 mil habitantes de 800 colonias capitalinas. Me impresionó la energía y el conocimiento de la ciudad que tiene esta coalición horizontal de vecinos afectados por el urbanismo salvaje (los interesados pueden buscar en internet Suma Urbana). Ni Neumann ni la Asamblea Legislativa del DF ni las delegaciones ni el reciente Comité de Expertos del Consejo de Desarrollo Urbano Sustentable (Conduse) les han contestado.

La Seduvi es una reliquia autoritaria. Su titular lo nombra el jefe de Gobierno sin intervención de la Asamblea. Cuando los asambleístas opositores solicitaron la comparecencia de Neumann para que explicara irregularidades en el uso de suelo, la mayoría perredista en la ALDF se opuso de manera unánime, con sus excepciones que la distinguen. Los negocios, ya se sabe, son un ablandador de ideologías y biografías.

En torno a la Seduvi operan las inmobiliarias que han atesorado una enorme experiencia en métodos para aceitar a su favor la voluntad de autoridades del GDF y las delegaciones y que tienen una notable capacidad de influencia en los tribunales de primera instancia. Entre todos destrozan sistemáticamente la calidad de vida de amplias zonas de la capital.

El urbanismo salvaje y depredador es un patrimonio cultural de todo México. Uno de los motivos por los cuales me siento orgulloso de vivir en la capital es el vigor y la densidad del capital social que ha permitido el florecimiento de derechos ausentes en otras partes del país. Esa sociedad participativa tiene ahora una batalla que trasciende ideologías y clases sociales: frenar el saqueo de la capital, y para ello la prioridad es exigir modificaciones a la manera como funciona la Seduvi, una dependencia que por ahora sólo rinde cuentas al jefe de Gobierno y a las inmobiliarias.

LA MISCELÁNEA

Después de insistir, la Seduvi aceptó entregarme "para consulta" una lista tentativa de las 50 personas seleccionadas por ellos para integrar algo llamado el Comité de Expertos del Consejo de Desarrollo Urbano Sustentable (Conduse). No puedo por tanto difundir ese listado; pero sí puedo utilizar una versión previa que circula en internet. Me llamaron la atención cuatro nombres que aparecen en la lista oficial y en la encontrada en la red. En el Conduse participa el asambleísta Carlos Hernández Mirón que preside la Comisión de Desarrollo e Infraestructura Urbana de la ALDF (no son compatibles las funciones de vigilar y asesorar a la misma dependencia). También están personajes sin tacha. A Cuauhtémoc Cárdenas, Mario Molina y Alicia Ziccardi Contigiani solicito que convenzan a Neumann de publicar los nombres de los 50 expertos y que escuchen a la coalición agrupada en Suma Urbana.

Colaboró Paulina Arriaga Carrasco.

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