Para el investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Puebla, Huberto Juárez Núñez, la reforma energética que presentó el presidente Enrique Peña Nieto no significará una debacle en el empleo, sino que su principal consecuencia negativa será la pérdida de la soberanía nacional.
En ese sentido, señaló que el capital extranjero que entrará con esa reforma no tiene patria sino intereses, por lo que busca apoderarse de la renta petrolera del país.
Tras un análisis al texto de la reforma energética del gobierno federal, el investigador señaló en una entrevista con La Jornada de Oriente que el gobierno de Peña Nieto está aplicando la “política de terror”, que fue comúnmente usada durante la administración de Felipe Calderón y una de sus expresiones fue la reforma laboral.
En ese gobierno se prometió que con la reforma laboral se crearían más de 400 mil empleos inmediatamente, pero lo cierto es que son los jóvenes entre19 y 32 años los que más padecen las consecuencias negativas de esa reforma, entre otras, por no están siendo contratados y los que sí padecen empleos de mala calidad, expuso el académico.
En ese sentido, la administración federal está prometiendo una serie de beneficios espectaculares con la reforma energética, y que de no aceptarse se acabará el petróleo, pero lo cierto, expuso Juárez Núñez, es que el país va a pagar un alto costo con las leyes secundarias que son las que en realidad permitirán la privatización del petróleo y el reparto de la renta por los productos de la venta del hidrocarburo.
“Y en las leyes secundarias es donde los mexicanos vamos a pagar los costos laborales, ambientales y sociales”, afirmó el investigador.
Agregó que el papel de la Secretaría de Hacienda, con Luis Videgaray al frente, y de otras dependencias, es crear la seguridad jurídica con la modificación de los artículos 27 y 28 de la Constitución, que necesitan las trasnacionales para invertir su dinero sin ningún problema, por lo que la única vía para que esta reforma energética no proceda es la protesta pacífica en la calle.
“Tenemos que salir a la calle todos los mexicanos, estar en la calle para defender el petróleo. Si mostramos decisión y valor, todo va a quedar en manos de las grandes corporaciones, con el aval de los políticos que usan frase de que nos vamos a quedar sin petróleo, que no tenemos tecnología y que todo el mundo lo hace”, subrayó.
Un aspecto fundamental de la reforma energética de Peña Nieto, afirmó el investigador universitario, es que no se plantea ningún combate a la corrupción dentro de Pemex, ni al despilfarro que han hecho sus directores y el líder del sindicato, Carlos Romero Deschamps.
Expuso que en los 12 años de los gobiernos panistas las rentas petroleras fueron extraordinarias pues tan sólo en la administración de Vicente Fox Quesada, éstas superaron los 70 mil millones de dólares pero los ingresos petroleros “se esfumaron en el gasto corriente”.
Esa cantidad de dinero pudo haber pagado la deuda interna del país, pero en el caso de Fox modificó varias veces la Constitución, a fin de crear leyes reglamentarias que permitieran la apertura del sector energético y petrolero nacional.
Lamentó que el gobierno de Peña Nieto haya utilizado el discurso e imagen de Lázaro Cárdenas para defender su reforma, pero recordó que fue el propio ex presidente Cárdenas quien en 1970 rechazó las reformas que, como hoy, permitían al Estado mexicano la entrega de contratos al capital privado.
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