Las muertes y daños a viviendas e infraestructura ocurridos por los deslaves de las últimas semanas no puede achacarse a la naturaleza, sino que fueron provocados por la corrupción de empresas y los tres niveles de gobierno, que desde el inicio diseñaron obras de mala calidad, se permitieron asentamientos en lugares donde no se debía o simplemente no se hicieron las obras adicionales para garantizar la seguridad, mencionó el investigador e integrante del grupo ambientalista La Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (Lavida), Guillermo Rodríguez.
“Lamentablemente vemos que los grandes beneficiarios de los desastres no naturales son la empresas de la construcción y los tres niveles de gobierno. No miran a la naturaleza ni a los hombres de manera humanitaria, han aprendido a medrar con la desgracia, porque se han convertido en empresas asesinas”, expresó.
Señaló que no se puede culpar a la naturaleza de destrozar o matar gente, cuando no se cumplieron con las medidas mínimas de seguridad y calidad en la edificación de puentes, carretera o casas.
De igual modo, criticó que gobiernos municipales, estatales y federales por años se han lavado las manos sobre los asentamientos irregulares y, al contrario, los llegan a legalizar, con lo cual avalan que las personas vivan en sitios de alto riesgo.
“La naturaleza no destroza ni mata, matan las obras del hombre. Eso está comprobado científicamente, hay una multitud de libros sobre desastres no naturales, porque son provocados por la intervención del hombre”, agregó.
Guillermo Rodríguez precisó que las constructoras saben muy bien de los riesgos que contrae al momento de rebanar un cerro e igualmente saben las obras de amortiguamiento para ello, pero prefieren no hacerlas para ahorrarse ese dinero, y para que después les vuelvan a pagar por hacerlas.
“Es un negocio redondo porque les pagan para hacer carreteras, después el mantenimiento porque saben que se va a deslavar y sólo meter maquinaria y mover tierra es una cantidad enorme de dinero, y lo mismo ocurre con los puentes”, añadió.
El activista comentó que las empresas constructoras en Veracruz son homicidas y ecocidas, pues saben de los riesgos que van a provocar y a pesar de ello, le apuestan a que haya fenómenos meteorológicos y haya mayor número de deslaves para que los vuelvan a contratar.
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