Llegaron fortalecidos. Nuevamente, 50 mil maestros apoyados por estudiantes y algunos padres de familia provenientes de los distintos municipios del estado de Veracruz, unieron sus voces para manifestar su rechazo a la reforma educativa y para reprocharle al gobierno del estado el desalojo violento del que fueron objetos maestros el pasado 14 de septiembre en la plaza Lerdo.
Estudiantes de la Universidad Veracruzana, con una caricatura del “gobernador represor”, colocados en la calle Primo Verdad, frente a las oficinas de Política Regional y cerca de las oficinas administrativas de Seguridad Pública, llevaron a cabo su “grito mexicano”, mientras que miembros de la sociedad civil, con pancartas, exigieron la destitución del secretario de Gobierno, Érik Lagos y del secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita.
“¡Ni un paso atrás!”, “Sólo los cobardes atacan por la noche”, eran algunas de las consignas que coreaba el primer contingente de maestros que partieron de las oficinas del Instituto de Pensiones del Estado y caminaron por Arco Sur hasta llegar a la plaza Sebastián Lerdo de Tejada, ellos portaban la bandera mexicana con un moño negro, seguida por una manta que inscribía “Muera el mal gobierno”.
Después llegó el grupo que partió de las oficinas de la Secretaría de Educación de Veracruz para converger frente a palacio de gobierno, luego de recorrer 20 de Noviembre, y que, en su paso cerca de Santos Degollado, se unieron los estudiantes de la Universidad Veracruzana, quienes gritaron: “Se ve, se siente, un burro es el presidente”, en referencia a Enrique Peña Nieto, el responsable de “la reforma educativa que afecta los derechos de los maestros y la gratuidad de la educación”. También con ellos “llegaron los traidores”, las fotografías de los diputados veracruzanos que votaron a favor de la reforma educativa y de sus leyes secundarias.
El tercer contingente que partió de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana llegó también a la plaza Lerdo y ellos, al igual que los miles que ya se encontraban allí, lanzaron su rechazo a la reforma educativa; la Red Cívica Veracruzana que también marchó al lado de los normalistas fue más allá, pidieron la destitución de los funcionarios que ordenaron el desalojo violento de los maestros: el cese del secretario de Gobierno, Erik Lagos, y del Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, quienes “comandaron el desalojo”.
Ayudantía de gobierno, informadores políticos con grabadoras, cámaras fotográficas y de video no lograban registrar todos los rostros del magisterio, una multitud que acusa “Duarte es represor”, y los universitarios “Duarte, cobarde, el 14 nos golpeaste” y “Maldito el soldado que apunta su arma a su pueblo”, eran las expresiones que se repetían en una y otra calle, con voces femeninas, masculinas y juveniles.
Mientras, los del sur del estado manifestaban: “Veracruz ya despertó” y “Le decimos a la nación que esta lucha continúa contra las reformas estructurales y la soberanía del país, seremos los maestros y pueblo organizado los que defendamos a la nación, por más que busquen dividirnos ya no lo lograrán”.
También protestaban por sus dirigencias sindicales, una cartulina que portaba un maestro decía, con una fotografía de Juan Nicolás Callejas Roldán, dirigente actual de la sección 32 del SNTE: “¿Y mi diputación apá?”, ya que su padre, Juan Nicolás Callejas Arroyo, después de ser dirigente estatal del mismo sindicato, hoy es legislador local, anteriormente ya fue cuatro veces diputado por el PRI.
Una lona cuestionaba al dirigente de la sección 56: “Profesor Manuel Arellano, si no tiene el valor de defender los derechos de sus maestros, cuando menos tenga la honestidad de pagar las deudas del sindicato”, un recadito de Banquetes Rosy, a la cual el dirigente del SNTE 56 le debe desde hace dos años lo correspondiente a “17 eventos, comidas al magisterio que se llevaron a cabo en el Parque Colón y en el Salón de Usos Múltiples, fueron festejos del primero de mayo, comida de jubilados, de preescolar, día del empleado, primarias, telebachillerato”.
De estas deshonestidades de los líderes magisteriales, una maestra se da cuenta de las repuestas de la señora del banquete, se acerca y dice “a los maestros nos sacaba el dinero para festejos y son descarados, también vendían plazas, en eso está bien la reforma educativa, que esos maestros salgan del magisterio, los que tienen más de tres plazas, los que no estudiaron nada y dan clases, a eso no nos oponemos, nosotros luchamos por nuestros derechos laborales y sí queremos la evaluación pero regionalizada”.
También los jubilados de la sección 56 estuvieron presentes para apoyar al magisterio veracruzano y denunciar que podrían tener problemas si el gobierno estatal no le paga al IPE, le debe 3 mil millones y medio, lo que agravaría la situación de maestros jubilados y pensionados.
Luego entonaron el Himno Nacional: “Mexicanos al grito de guerra… “, “los maestros siguen en su lucha”, “De norte a sur, cueste lo que cueste, seguiremos nuestra lucha” y anuncian que la acción de este viernes será el ir a levantar las plumas de todas las casetas de peaje de las autopistas, dejarán circular a todos los automóviles del estado. La suspensión de clases continuará en varias escuelas de la entidad.
Un grito contra la represión
Los universitarios decidieron colocarse en la calle Leandro Valle, a un costado de palacio de gobierno, frente a las oficinas de Política Regional, en donde despacha su titular Julio Cerecedo, allí también se encuentran las oficinas de Estrategia Gubernamental. Los policías, ahora sin pasamontañas, los miraban, algunos de Seguridad Pública tomaron fotos para intimidar, otros llamaban a través de sus celulares, pero eso no inhibió la participación de los estudiantes de las distintas facultades de la Universidad Veracruzana.
Y así, llevaron a cabo su grito: “Viva México”, “Viva México”, “Muera el mal gobierno” y después de lo que denominaron el verdadero grito mexicano iniciaron las consignas: “El pueblo unido frente al poder, ni PRI, ni PAN, ni PRD”, “Gobierno farsante que reprimes estudiantes”.
Los policías caminaban de un lado a otro mientras escuchaban “Policía consciente protege a su gente”, “Policía traidor matas a la gente”.
Ahí le sacaron las cuentas al gobierno, memoria en boca: recordaron hechos violentos contra los normalistas de Michoacán, de Guerrero, las represiones contra el magisterio de Oaxaca, la represiones del Zócalo en el DF, la matanza de Acteal en Chiapas, y en Aguas Blancas, Guerrero, hoy padeciendo inundaciones igual que en Veracruz, por eso dijeron “No podemos permitir más violencia” y recordaron que ellos han salido a las calles en paz.
De este modo, no sólo une al sur las lluvias, inundaciones y desastres en comunidades rurales por los temporales que vienen del mar (océanos Pacífico y Atlántico), sino los olvidos y omisiones institucionales a los derechos de indígenas, campesinos y jóvenes, por la incontrolable inseguridad y la corrupción, que ahora los maestros suman su condición de agraviados, de clase trabajadora y desposeída.
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