San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 19 de octubre de 2013
A los medios de comunicación nacionales e internacionales.
A la CNTE, y demás sindicatos en lucha.
A los organismos defensores de los derechos humanos.
A la opinión pública.
A través de este pronunciamiento solicitamos atentamente el derecho a réplica a los medios de comunicación escritos y digitales que hayan circulado o publicado las opiniones del señor Pablo Hiriart en su artículo del 16 del octubre titulado “Chiapas, vuelven el EZLN y el EPR con la CNTE”, y a todos le medios que opten por la pluralidad en la libertad de expresión.
En torno al movimiento magisterial, popular, estudiantil, manifestamos lo siguiente:
La lucha de clases en nuestro país ha cobrado notoriedad ante la imposición de las reformas neoliberales, que muestra una variada correlación de fuerzas en cada entidad federativa, producto de las condiciones propias del magisterio y del pueblo organizado. La presente etapa está marcada por la cerrazón del gobierno federal a escuchar a millones de mexicanos que expresamos nuestro descontento en cada una de las movilizaciones que participamos.
Lo que existe en Chiapas son síntomas de hartazgo social, el repudio de un gobierno antipopular, pro oligárquico y represivo, expresadas en movilizaciones de masas multisectoriales, que van más allá de la participación del sector magisterial. Éstas tienen sus causas en la iniquidad que genera el capitalismo, por la que los gobernantes en turno, de diferentes partidos políticos electoreros han optado y auspiciado durante décadas en nuestro país, en la contradicción irresuelta de la propiedad privada de los medios de producción y las relaciones sociales.
El hartazgo social hacia un régimen neoliberal, fue desencadenado por la imposición de las reformas neoliberales, hecha por el legislativo, los partidos políticos electoreros en el llamado Pacto por México y sostenido por los cuerpos represivos. En cada una de las movilizaciones lleva implícita la carga política que cada sector padece, con salarios miserables, encarecimiento de la vida, feminicidios, asesinatos extrajudiciales, demandas agrarias irresueltas, todas y cada una de las demandas más sentidas del pueblo que los gobiernos en turno se han empecinado en ocultar y no resolver.
Llamar a ello un “movimiento violento” es ejemplo de la satanización y estigmatización de las movilizaciones, que parten de la criminalización de la protesta, pobreza y movilización popular. En Chiapas hay un movimiento magisterial-estudiantil-popular. Todas y cada una de las tomas de presidencia, bloqueos volanteos carreteros, brigadeos, marchas, plantones, no se explican sin la participación de diferentes sectores organizados, que se encuentran descontentos ante la realidad lacerante que impera en México.
Negamos categóricamente las imputaciones que hacen de nuestro movimiento al vincularnos y mencionar que tenemos acuerdos tácitos con movimientos armados como el EZLN y el EPR, ya que no desarrollamos esa forma de lucha y de la que respetamos, por lo que se convierte en un señalamiento policiaco de quienes dirigen sus plumas, para justificar futuras acciones represivas en contra nuestra y de los que han participado en las diferentes movilizaciones.
Mención especial merece la comunidad de Venustiano Carranza, ya que en cada oportunidad que tienen para vincularlos con movimientos armados lo hacen, como se delinea en esta ocasión, al expresar con plena seguridad que ellos forman parte de alguno; por ello, denunciamos que se está preparando otra ofensiva en contra de la comunidad, por haber resistido la represión de los meses de mayo-junio y seguir apoyando al movimiento magisterial. Contra ellos se yergue un plan represivo, como venganza política al continuar con la organización de manera independiente.
La misma situación padecen los compañeros estudiantes y profesores de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNACH, y de los esfuerzos políticos que en ella concurren, al ser criminalizados, estigmatizados, achacándoles los motes de “revoltosos, grilleros, vándalos, delincuentes, violentos”, situación que abona al clima del linchamiento y señalamientos para justificar la represión hacia ellos y del movimiento estudiantil en general.
Coincidimos con Pablo Hiriart cuando señala que lo que pasa en Chiapas no “tiene resonancia en medios de comunicación nacional”… “del que poco se ha informado”…, ya que algunas editoriales obedecen al plan del linchamiento mediático que a la pluralidad de la libertad de expresión, por lo que solicitamos de la manera más atenta y respetuosa publiquen el presente texto con todas sus líneas.
La represión se ha dado en nuestra entidad hasta el momento de manera selectiva, con el asesinato de dos compañeros maestros que fueron ejecutados en Tuxtla Gutiérrez, táctica macabra del gobierno estatal de Manuel Velasco Coello para generar terror entre nuestros compañeros que se encuentran en el plantón indefinido en la capital chiapaneca. De los constantes hostigamientos, intimidación, persecución de los distintos actores que se han sumado a la lucha a lo largo de nuestro país, responde al actuar criminal por parte del Estado Mexicano hacia el movimiento magisterial-estudiantil-popular.
Por lo que, responsabilizamos al gobierno de Enrique Peña Nieto, Manuel Velasco Coello de los cobardes asesinatos de nuestros dos compañeros, así como de la integridad física y psicológica de todos los que participamos en este movimiento del pueblo.
Exigimos la reinstalación de la mesa nacional con carácter resolutivo por la derogación de la Ley General de Educación y el Servicio Profesional Docente, y la solución de las demandas de los sectores y organizaciones populares en lucha.
Atentamente:
Comité Ejecutivo Seccional de la Sección 7 del SNTE-CNTE
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS)
Movimiento Popular Magisterial (MOPOMA)
Núcleo Estudiantil en Resistencia y Rebeldía (NUERR)
Colectivo Tsoblej FNLS
Sindicato de Salud.
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Dignidad, Justicia, Libertad
Red de Defensa de los Derechos Humanos
REDDH
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