CHILPANCINGO, Gro. (proceso.com.mx).- Al menos siete hombres ejecutados y con huellas de tortura fueron localizados esta mañana en cinco fosas clandestinas ubicadas en la zona rural de Acapulco.
Con este hallazgo suman 13 los cuerpos encontrados durante esta semana en diferentes fosas clandestinas ubicadas en el principal destino turístico de la entidad, colapsado por la narcoviolencia.
Una llamada anónima alertó sobre un tiradero de cadáveres en un vivero ubicado sobre la carretera que conecta a Acapulco con la región de la Costa Chica a la altura del poblado de El Cayaco, indican reportes policiacos.
Los siete cadáveres fueron exhumados de cinco fosas clandestinas; todos son hombres y hasta el momento ninguno ha sido identificado, refieren los reportes oficiales.
Apenas este jueves 14 fueron encontrados seis cadáveres -cinco hombres y una mujer- en una fosa clandestina ubicada en las inmediaciones del poblado de El Salto, también en la zona rural de Acapulco.
La violencia en este puerto se agudizó en las últimas semanas luego de que el alcalde porteño, Luis Walton Aburto, se declaró incompetente para revertir los efectos de la impunidad y la violencia.
Por su parte, el gobierno estatal, a través del vocero oficial José Villanueva Manzanárez afirmó que la policía preventiva y vial de Acapulco se encuentra infiltrada por el narco.
Por ello, esta semana el comisionado nacional de Seguridad Pública, Manuel Mondragón y Kalb, designó al comisario de la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP), Alfredo Álvarez Valenzuela, como nuevo jefe de la policía porteña.
Álvarez Valenzuela, quien tiene en su contra denuncias por abuso de autoridad, es miembro de la cofradía policiaca denominada La Hermandad.
La siniestra agrupación enquistada durante este sexenio en la SSP, está conformada por expolicías del Estado de México y el Distrito Federal ligados por actos de corrupción, abusos, extorsiones y secuestros, indican documentos oficiales citados en el reportaje “En la Policía Federal, puerta abierta a delincuentes” del periodista Álvaro Delgado, publicado en junio por Proceso.
En 2011, el nuevo jefe de la policía porteña fue el encargado de la Operación Guerrero Seguro y participó en el desalojo violento de normalistas de Ayotzinapa que dejó un saldo de dos estudiantes asesinados a balazos.
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