Ángeles Cruz Martínez en APIAVirtual.
La pobreza en el país ha aumentado en lo que va del sexenio. Con un ingreso mensual de mil 900 pesos en el área urbana y de mil 282 pesos en la rural, la mitad de la población estuvo el año pasado imposibilitada para cubrir sus necesidades básicas (educación, salud, alimentación, transporte). El número de mexicanos en pobreza patrimonial pasó de 46.1 millones a 50.6 millones entre 2006 y 2008, reveló el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso).
Un análisis del Coneval, realizado con base en los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2008, presentados el pasado 16 de julio, destaca que si bien la pobreza tuvo una tendencia decreciente entre 1992 y 2006, al pasar de 53.1 a 42.6 por ciento de personas en pobreza patrimonial, para 2008 el porcentaje subió a 47.4 puntos.
Aunque los programas sociales han sido un paliativo y servido para mejorar el acceso a algunos servicios, resultan insuficientes para aumentar los ingresos de los mexicanos y dotarlos de los satisfactores mínimos.
Destaca la situación en las zonas rurales (poblaciones con menos de 15 mil habitantes), donde 60.8 por ciento de los individuos se encontraba en pobreza patrimonial. En las áreas urbanas, el problema afectaba a 39.8 por ciento.
Como explicación de estos indicadores, el Coneval planteó que reflejan el inicio de la situación económica adversa a nivel internacional y nacional, aunque también admite que la superación de la pobreza pasa por dirigir la atención a los aspectos estructurales que la originan, a la vez que se otorga prioridad a las condiciones de vida de los grupos de población más vulnerables ante el impacto negativo de los cambios en el entorno económico.
El reporte, difundido ayer, señala que en 2008 19.5 millones de los mexicanos (18.2 por ciento) estaban en pobreza alimentaria. Sus ingresos mensuales per cápita, menores a 949 pesos en el área urbana y de 707 en la rural, les impidieron adquirir una mínima canasta alimentaria, aún si destinaran todas sus entradas a ese fin.
De esos mexicanos, 7.2 millones estaban en zonas urbanas y 12.2 millones en las rurales. En estas últimas la pobreza alimentaria afectaba a 31.8 por ciento de los habitantes.
La desigualdad en el salario también aumentó en los pasados dos años. Mientras en 2006 10 por ciento de los mexicanos más marginados concentraron 1.6 por ciento de los ingresos corrientes totales, para 2008 el porcentaje de esas percepciones se ubicó en 1.4 puntos.
En tanto, 10 por ciento de las personas con mayores ingresos del país se mantuvo con 39.3 por ciento de las percepciones totales corrientes.
Al analizar la situación de la pobreza de patrimonio en el periodo de 1992 a 2008, el reporte de Coneval indica que si bien el porcentaje disminuyó de 53.1 a 47.4, por el crecimiento poblacional el número de personas se incrementó de 46.1 a 50.6 millones. Algo similar ocurrió con la pobreza alimentaria, que en el mismo lapso pasó de 18.6 millones a 19.5 millones de personas.
Sin seguridad social, 65%
Otro indicador que da cuenta del rezago es la falta de acceso a la seguridad social, el cual se ha mantenido en el mismo nivel durante los pasados 16 años.
En 1992, 64.1 por ciento de los trabajadores no eran derechohabientes de alguna institución de seguridad social, es decir, carecían de un empleo formal. En 2008, 65.2 por ciento de la población económicamente activa estaba en la misma situación.
No obstante, en el sector de la sociedad más pobre, más de 90 por ciento no pertenece a ninguna de las instituciones de seguridad social.
En cuanto al impacto de los programas sociales, el Coneval resalta el aumento de la cobertura de servicios básicos de educación, salud y vivienda, principalmente, entre los menos favorecidos. También subraya la disminución de hogares con piso de tierra, que pasó de 22.3 a 18.9 por ciento entre 2006 y 2008.
Afirma, respecto a la cobertura de los programas sociales, que mientras 69.3 por ciento de los hogares nada tenían en 1992, el porcentaje disminuyó a 50.1 en 2006 y a 44.1 en 2008.
El mayor beneficio ha sido para 20 por ciento de los más pobres, 70 por ciento de los cuales eran beneficiarios en 2008 de alguna de las acciones sociales del gobierno federal.
Como ejemplo de la mejoría en las condiciones de salud de los mexicanos, el Coneval señala el incremento en la esperanza de vida, de 71.7 años en 1992 a 75.1 en 2008, y la reducción de la mortalidad infantil, de 31.5 a 15.2 decesos por mil nacidos vivos en el mismo periodo.
En contraste, el análisis reconoce rezagos, ya que a pesar de que la tasa bajó de 89 a 55 muertes maternas por cien mil nacidos vivos entre 1990 y 2007, todavía está lejana la meta del milenio de 22 muertes por cada cien mil nacidos vivos que se debería cumplir para 2015.
miércoles, 22 de julio de 2009
Se disparan miseria y desigualdad en lo que va del sexenio: Sedeso
Etiquetas:
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