México SA
La felicidad de Ruiz Mateos contrasta con la realidad de millones
Sexenio política y económicamente perdido
El IMSS se lava las manos
Carlos Fernández-Vega
Una semana antes de que el catarrito reventara (primeros días de octubre de 2008), el presunto secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, compareció ante comisiones en la Cámara de Diputados, para ofrecer una buena noticia en nombre del gobierno calderonista: “tomar medidas extraordinarias –ante la crisis– sería anticiparnos a algo que todavía no pasa; si se toman, será hasta ver cuál es el impacto del sistema financiero americano a los bolsillos” de los mexicanos. En síntesis, sería ocioso actuar. Mientras el amigo del amigo gozaba en la hamaca, los mexicanos sufrían las consecuencias de mentes brillantes como la referida: acelerada pérdida de empleo formal, cierre de empresas, desplome de la actividad económica, embate especulativo, naufragio del tipo de cambio, etcétera.
Pues bien, valga el recordatorio para contextualizar la validez que pueda otorgársele a este personaje del círculo íntimo de Los Pinos, quien ayer hizo públicas sus alegres proyecciones sobre lo que acontecería económicamente en el país a lo largo de 2010, las cuales, como sus sesudos comentarios en aquellos días previos al estallido formal de la crisis, sin duda alguna se apegan científicamente a la realidad nacional.
De acuerdo con el inefable Ruiz Mateos, en 2010 la economía nacional del país crecería 2.8 por ciento y se generarían 500 mil empleos formales, no sin mencionar que entre septiembre y noviembre se revirtió la pérdida de empleos de todo 2009, por mucho que la estadística oficial (IMSS-STPS) documenten una pérdida superior a 313 mil plazas formales entre noviembre de 2008 e igual mes del presente año, mientras el Inegi reconoce un incremento cercano a 80 por ciento en la tasa de desempleo abierto en el alegre calderonato.
Lo cierto es que la felicidad del amigo del amigo contrasta con el catastrofismo que muestran los especialistas en economía del sector privado, entre quienes, mes tras mes, el Banco de México levanta una encuesta para pulsar el panorama económico desde su óptica, la cual, sin ser exacta, es mucho más realista que el dorado panorama descrito desde Los Pinos. En este sentido, la correspondiente a diciembre de 2009 arroja los siguientes resultados: en el cuarto trimestre de 2009 se registrará una caída de 3.7 por ciento del PIB, para redondear un desplome anual de 7 por ciento; para 2010 su pronóstico es de un crecimiento de 3.1 por ciento, lo que, de concretarse, ni de lejos compensaría el hundimiento del presente año. De hecho, si su pronóstico para el próximo año es correcto, en el cuatrienio 2007-2010 la tasa anual promedio de avance sería de 0.15 por ciento.
En materia laboral, a contrapelo del carismático Ruiz Mateos, los citados especialistas estiman que en 2009 se presentará una contracción significativa del empleo formal, como resultado del deterioro de la actividad productiva estimada para el año. En particular, se espera que el número de trabajadores asegurados en el IMSS presente una reducción (pérdida de plazas laborales) al cierre del presente año (de diciembre de 2008 a diciembre de 2009) de 422 mil personas. En lo referente a 2010, los consultores señalaron que la recuperación de la actividad económica estaría acompañada de un incremento de 280 mil personas en el empleo formal, casi la mitad de los proyectados por el feliz funcionario de la hamaca.
Por el lado del ingreso, los especialistas estiman que el comportamiento de los salarios reales en 2009 será negativo. El 76 por ciento de los encuestados, precisa el Banco de México –en esta encuesta todavía a cargo de Guillermo Ortiz–, proyectó que en el primer semestre de 2010 los salarios reales caerán con respecto a sus niveles del segundo semestre de 2009, los cuales ya se habían reducido, y para el segundo semestre de 2010 el 60 por ciento de ellos coincidió en que el referido ingreso reportará una mayor disminución con respecto a los seis meses previos.
En materia de precios al consumidor, los especialistas estiman que en 2010 la inflación general y la subyacente serán de 5.04 y 4.67 por ciento, o lo que es lo mismo, una tendencia alcista. Sería hasta 2011 cuando, de acuerdo con sus estimaciones, estos indicadores reportarán, cierta reducción, aunque en niveles menores a los de 2009 (3.98 y 3.81 por ciento, respectivamente). Para 2012, consideran que la inflación sería de 3.7 por ciento.
En fin, la perspectiva indica que las únicas proyecciones ociosas (Ruiz Mateos dixit) corresponden a las cuentas alegres del gobierno calderonista, porque en los hechos no se recupera el ingreso, tampoco el empleo y el raquítico crecimiento económico en 2010 no alcanzaría ni de lejos para resarcir el desplome de 2009, con lo que todo apunta para que el calderonista sea un sexenio económica y socialmente perdido. Todo ello reforzado con la coincidencia de los analistas encuestados por el Banco de México, en el sentido de que el consumo y la inversión privadas reporten caídas de 6.5 y 12.4 por ciento, respectivamente, mientras que el consumo y la inversión del sector público crecieron 1.2 y 8.6 por ciento, en cada caso. Para 2010, su proyección es de un aumento de 2.7 por ciento para el consumo privado; 3.8 por ciento para la inversión del mismo sector; 2.2 por ciento para el consumo público y 7.6 por ciento para la inversión pública.
Los analistas entrevistados por el Banco de México consideran que entre los principales factores que podrían limitar el ritmo de la actividad económica en México durante el próximo semestre, se encuentran, en orden de importancia: ausencia de avances en materia de reformas estructurales (24 por ciento de las respuestas); debilidad del mercado externo y de la economía mundial (18 por ciento); debilidad del mercado interno (15 por ciento); política fiscal que se instrumentan y presiones inflacionarias en nuestro país (10 por ciento para cada uno de estos dos factores); e incertidumbre sobre la situación económica interna (6 por ciento). Estos factores absorbieron el 83 por ciento del total de respuestas recabadas.
Las rebanadas del pastel
Reconforta saber que la tragedia en la ABC de Hermosillo sensibilizó al gobierno calderonista: el IMSS, con Daniel Karam a la cabeza, decidió resolver de fondo el problema de la subrogación de guarderías, pues su nuevo contrato para el otorgamiento o renovación de este tipo de concesiones a particulares incluye una cláusula que compromete a los beneficiarios a eximir y liberar al instituto de cualquier responsabilidad civil, laboral o de cualquier índole legal que se llegaran a suscitar con motivo o durante la prestación del servicio de guardería (La Jornada, Ángeles Cruz Martínez), es decir, hagan lo que quieran con los niños, pero no me involucren.
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Fuente: La jornada
Difusión AMLOTV
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