jueves, 1 de abril de 2010

La otra cara: sin dinero para estudiar ni oportunidades de empleo por ser joven


En agosto del año pasado dejó la universidad, no le alcanzaba el dinero para pagar las colegiaturas y salió a la calle en busca de un empleo. Desde hace ocho meses, Francisco Javier Abarca, se sumó a los 174 mil jóvenes zacatecanos ninis (“ni estudian ni trabajan”).

A sus 26 años, Paco tuvo qué regresar a vivir bajo el techo y manutención de sus padres en su natal Sombrerete para engrosar así la estadística de la juventud nini, “no por gusto”, pues en el municipio no hay trabajo y sin dinero no puede regresar a la universidad.

En la entidad, 75 mil jóvenes de 20 a 29 años de edad atraviesan por esa situación, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) realizada en el segundo semestre de 2009 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Sin saberlo, Francisco Javier Abarca comenzó a ser catalogado como joven nini desde agosto del año pasado. La falta de recursos para solventar la colegiatura mensual de mil 300 pesos lo obligó a desertar de la licenciatura que cursaba en la Universidad de la Vera-Cruz (Univer) en la ciudad capital.

“No pude conseguir un empleo, los horarios de la escuela no me lo permitían y en la mayoría solicitaban gente con experiencia laboral, incluso en algunos pedían como escolaridad mínima, licenciatura”.

Ante el difícil panorama en su economía personal, al no poder solventar más sus gastos para permanecer en la capital, Paco optó por regresar al hogar paterno, con la esperanza de regresar a la escuela luego de colocarse en un empleo.

Después de ocho meses el joven aún no ha podido ocuparse en Sombrerete por la falta de oportunidades de empleo. “No hay trabajo para nadie, las constructoras que reconstruyen en el centro de la cabecera no ocupan gente, y por esas obras, en los comercios han caído las ventas”.

“A mis padres no les pido ni un peso, sólo me ayudan con el alimento y la habitación en la que vivo”, relató Francisco Javier, quien para retribuir el apoyo paterno ayuda en ocasiones en el negocio familiar, una taquería.

La rutina diaria de Paco no es sinónimo de ocio. A las 9 de la mañana comienza su día, se levanta y desayuna, una hora después ya está en la calle en su misión diaria de buscar empleo, revisa el periódico y visita a amigos que puedan ayudarle, a las 3 regresa al hogar a comer y pasarse ahí el resto del día.

En su círculo de amistades hay jóvenes con la misma problemática. Comentó que cuatro de cada cinco de sus amigos no estudia ni trabaja, es decir, son ninis. “tengo amigos de mi edad que ya terminaron su carrera y están titulados, pero sin empleo”.

Al dar a conocer las estadísticas de jóvenes ninis en Zacatecas, el diputado federal perredista Heladio Verver y Vargas, admitió que en la entidad son más “escasas” las expectativas laborales para los jóvenes profesionistas al egresar de las universidades.

Javier Abarca dedica algunas tardes a tocar guitarra, afición que le ha permitido ganar algo de dinero para sus gastos personales, pues es integrante de un grupo musical que ameniza fiestas.

De sus padres ha recibido apoyo “porque entienden la situación” y no lo presionan, “están felices de tenerte en casa”. No obstante, Paco se siente desesperado por su inactividad laboral y escolar, más por su edad, razón por la que eligió una carrera profesional a cursar en tres años.

El joven reconoce que es fácil acostumbrarse a la comodidad y al confort, aunque también esa situación conduce a la depresión y al alcoholismo, “pues se va muriendo la esperanza de conseguir un empleo”.

Abarca con gusto expresó que no ha vivido ninguno de los dos episodios, ni ha caído en algún vicio. Las expectativas de regresar a las aulas para concluir una carrera profesional y conseguir un empleo se mantienen vivas.

“Quiero regresar a terminar la escuela, así me tarde uno, dos o hasta cinco años, porque contar con una profesión y un título te facilita encontrar un empleo y tener un mejor sueldo”, aunque no descarta el tomar la batuta en el negocio familiar o salir a otros estados en busca de oportunidades.

Francisco Javier Abarca lucha diariamente por no ser un joven nini, un término con el que el oficialismo gubernamental y la academia buscan catalogar a la juventud que sobrevive sin estudiar un trabajar, aunque no precisamente por gusto como en este caso.

Fuente: La Jornada de Zacatecas
Difusión: Soberanía Popular

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