domingo, 16 de mayo de 2010

Resurge práctica de la tortura en las corporaciones policiacas y el Ejército


La guerra contra el narcotráfico es el escenario donde “el fenómeno de la tortura se ha convertido en un método casi cotidiano en las policías y el Ejército, y es uno de los grandes retrocesos que en México hemos tenido en materia de derechos humanos”, afirmó Juan Antonio Cruz Parcero, miembro del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

Durante su visita a la capital del estado para impartir un módulo en el diplomado en Bioética que se realiza en el área de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), aseguró que la tortura, luego de que hubo un momento, a mediados de la década de los 90 del siglo pasado cuando, aunque no se erradicó totalmente, en que se logró disminuir en buena medida, ha regresado a México.

En ese sentido, Cruz Parcero dijo que con la guerra declarada contra el narcotráfico, por parte del gobierno federal, los cuerpos policíacos y militares han tenido una gran libertad para actuar en contra de los derechos humanos.

Los derechos humanos, explicó, tienen una dimensión moral y ética que defienden ciertos valores de los seres humanos, pero además hay un aspecto práctico en su aplicación que depende de los recursos financieros que se tienen en un determinado contexto, y de la cultura política, económica y social existente.

Traducir dichos valores al respeto y a la aceptación, entonces, implica muchas negociaciones, y por ello los derechos humanos adquieren facetas distintas en cada país o región del mismo. Por ejemplo, mencionó, en los países nórdicos existe una cultura de respeto entre las personas, de cierta igualdad económica

y social, poca discriminación, asimismo, los instrumentos legales, jurídicos y políticos destinados a proteger los derechos, son muy pocos, pero ello se debe a que se trata de una sociedad que por sí misma asume sus propios valores.

Por el contrario, en sociedades en las que hay pobreza, discriminación en sus diferentes facetas, racismo, y donde no existe la idea de que las relaciones humanas deben ser equitativas, expuso Cruz Percero, se necesitan más estrategias y mecanismos para proteger los derechos humanos, “y por eso hay países en los que necesitamos invertir mucho dinero en instituciones especiales para la protección de estos, y aún así fracasamos continuamente”.

Los avances que ha habido en México en materia de derechos humanos, afirmó, se han logrado en contra de la voluntad política de los gobiernos estatal y federal, es decir, hay una lucha social por el respeto a los derechos humanos que en gran medida ha posibilitado el progreso en el ámbito legislativo.

El problema, expuso el jurista y filósofo, es que lo anterior se ha dado con una reticencia constante por parte de los partidos políticos, los gobiernos en todos sus niveles y de algunos organismos civiles que se oponen al avance de los derechos humanos para continuar con las condiciones económicas y sociales imperantes. “Entonces, hay avances, pero esos han costado mucho trabajo, cuestan muchos recursos públicos y además hay grandes regresiones en muchos aspectos”, dijo.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), por ejemplo, se creó gracias a una gran inversión, y sin embargo, ha habido repliegues en la manera que funciona el mismo, pero a su vez cuesta mucho esfuerzo que trabaje con autonomía y que sea integrada por personas que realmente se hayan destacado por defender los derechos humanos y porque no se convierta en una oficina burocrática más.

En este contexto, el mismo estado y organismos dependientes de éste, como las procuradurías o el ejército, son quienes se conducen al margen de los derechos humanos y son impunes ante sus violaciones. Es decir, “la situación en México es precaria en ese sentido, con claroscuros”.

Fuente: La Jornada de Zacatecas
Difusión: soberanía popular

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