MARGENA DE LA O
Ayotzinapa, 23 de marzo. Durante su visita a la normal rural de Ayotzinapa, Jacobo Silva Nogales, el comandante Antonio del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), señaló que los hechos del crimen organizado que aquejan al país, son cortinas de humo que el gobierno federal provoca para mantener el temor en la sociedad, con el fin de que no se movilice.
Puntualizó en que la violencia de México es provocada y solapada por el presidente Felipe Calderón, a través de su presunto combate a los cárteles de la droga.
El comandante Antonio estuvo hoy en la normal rural de Ayotzinapa para celebrar con una conferencia los 85 años de su creación, y ahí destacó el rol del gobierno federal respecto a la violencia: “lo que hay en realidad no es una guerra contra el narcotráfico, sino una guerra entre el narcotráfico, en donde uno de los cárteles tiene todo el apoyo del Estado, es el cártel oficial, y combate a los otros. El gobierno participa en esa guerra de parte de uno de ellos”.
La situación actual del país, “está llevando al hartazgo a la sociedad, que de repente va a descubrir el poder que tiene, y puede llevarnos a escenarios como los que se viven en Egipto o Libia”.
Antonio encabezó una de las escisiones del Ejército Popular Revolucionario (EPR), el ERPI, por lo que estuvo diez años de su vida en la cárcel.
En la ponencia con los estudiantes normalistas, Jacobo Silva señaló que el Estado está aprovechando la violencia del país para asesinar a los luchadores sociales, y hace “a través de gente ligada a grupos de narcotraficantes, lo cual se ve perfectamente en el estado de Guerrero. Aquí el Ejército ha detenido a luchadores sociales, los tortura y luego los entrega a los narcos para que los mate, y al revés, donde el narco captura a gente, la torturan y luego la entregan a las autoridades, hay esa interrelación mutua”.
Aunque, reconoció que el narcotráfico “es una válvula de escape para tanta pobreza” que existe en el país.
No dejó de lado que la situación actual en México a causa de la violencia provocada por el Estado, puede originar un levantamiento de los pueblos, tal como sucedió con la Revolución mexicana, pues consideró que la sociedad está dispuesta a luchar, pese a que en algunas ocasiones son los propios líderes quienes los detengan.
Por ejemplo, “acordémonos de lo que pasó en 1988, cómo estaba la gente dispuesta a pelear cuando Cuauhtémoc Cárdenas era el candidato”, sin embargo no pasó porque como en muchos otros casos, se retractaron.
Mencionó otra situación similar, con el movimiento del ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, después del fraude electoral, cuando sus simpatizantes concentrados en el mismo lugar, estaban listos “a lo que propusiera El peje, y resulta que los mandó a sus casas, desmovilizó a la gente”.
Fuente: La Jornada de Guerrero
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