Orizaba, Ver.- La caída del poder adquisitivo popular restringe las ventas del mercado del país y de paso ocasiona que la crisis en la mediana y microeconomía se agrave. La economía de México entró en una etapa que puede terminar en una descomposición social. Si se reforma la Ley Federal del Trabajo “va a ocasionar que problemas sociales, como la prostitución, delincuencia juvenil y desempleo, se disparen”, plantea Jorge González Rojas, dirigente del Frente Ricardo Flores Magón.
En este contexto, el dirigente de la organización no gubernamental expone que hay datos que indican que los comerciantes, de diversos productos, enfrentan serios problemas de venta, por la contracción del mercado: “Los productos prácticamente se quedan en las bodegas y generan pérdidas económicas. La restricción salarial y la eliminación de prestaciones sociales, económicas, legales y contractuales de la clase trabajadora ha disminuido considerablemente la circulación de dinero en las masas de trabajadores. Debilitando su poder adquisitivo”.
“Todas las prácticas de explotación laboral, que se han enriquecido en el gobierno de Felipe Calderón, son el origen de la descomposición social, causa principal de la inseguridad pública, la violencia en las calles, los ninis y los suicidios”.
Si el Congreso Federal, en especial los diputados del PRI y del PAN, deciden reformar la Ley Federal del Trabajo se desatará una mayor descomposición social: “la prostitución y otros tipos de fenómenos sociales se incrementarían. El terrorismo laboral y la inseguridad jurídica del trabajo serían la característica del México actual”.
Indicadores, explica, señalan que estas condiciones, que ya existen en el mercado nacional, “han hecho que México ocupe el segundo lugar de estrés laboral en el mundo. La política laboral de Felipe Calderón y de su más fiel operador Javier Lozano Alarcón, secretario de Trabajo y Previsión Social, es la de reducir al mínimo el salario y de poner en manos del sector patronal a la clase trabajadora para la explotación laboral, que demanda el libre mercado”.
Asimismo, advierte que en este escenario hay cómplices de la construcción del actual país: “La Comisión Nacional de Salarios Mínimos, a través de su Comisión Técnica, manipula los índices de la economía real, sobre todo de los precios finales al consumidor. Los precios reales de servicios, transporte y de la canasta básica, son manipulados perversamente para que cuadren con el indicador macroeconómico de la inflación que, finalmente, es la que determina el porcentaje del microaumento a los salarios mínimos profesionales y contractuales”.
“Esta situación, se le revierte al capitalismo y al mercado. Aunque se invierta en la generación de bienes y servicios la producción se queda en las bodegas y en los aparadores, porque no circula dinero en las masas de trabajadores, que somos las grandes mayorías.
“Hay un abandono en la aplicación de la Ley Federal de Trabajo, como mecanismo distributivo de la riqueza trae como consecuencia la acumulación del dinero en una minoría que, por su tamaño, le impide consumir la suficiente producción de bienes y servicios que circulan en el mercado y, por lo tanto, no se genera crecimiento económico”.
A lo largo de la historia, dice, la actual Ley Federal del Trabajo ha sido generadora de riqueza, “siempre y cuando se aplique de manera correcta”, aclara.
“Es importante señalar que el artículo 123 de la Constitución de 1917, y publicado como Ley Federal de Trabajo el 18 agosto de 1931, trajo grandes beneficios al país, después de su publicación y del proceso de instalación de sus figuras jurídicas y legales en la esfera productiva de la Nación.
“Sus efectos benéficos, tanto económicos como sociales, se reflejaron 10 años después. A partir de 1940 y hasta 1982, la riqueza nacional, es decir, el producto interno bruto, creció en un promedio anual del 6.5 por ciento, como resultado de la sinergia económica que generó el equilibrio entre el capital y el trabajo. La Ley Federal de Trabajo como mecanismo distributivo de riqueza generó estado de bienestar en la clase trabajadora. Esta etapa se le conoce como el milagro económico mexicano.
“Sin embargo, en 1982 Miguel de la Madrid implanta el neoliberalismo, modelo económico que es la causa principal de la crisis social y económica que padecemos millones de mexicanos.
“De 1982 a la fecha, es decir, en 29 años se destruyó lo que con la Ley Federal de Trabajo se construyó en medio siglo. Este escenario nos regresó a condiciones de inseguridad, violencia, explotación laboral, pobreza, marginación peor que en los tiempos de Porfirio Díaz”.
Hoy los los diputados federales del PRI declaran de manera pública, a través de los medios de comunicación, que la reforma laboral no sería aprobada en este periodo ordinario de sesiones.
“Sin embargo –refiere–, el peligro está latente, y aunque el PRI ya valoró los costos políticos que tendría al aprobar esta reforma laboral, los grupos de poder económico tanto nacionales como trasnacionales, que están detrás de estos dos partidos, siguen y seguirán presionando hasta que sea aprobada.
“La reforma laboral del PRI y del PAN afectará gravemente no sólo a la clase trabajadora del país. También la economía nacional se verá afectada severamente. Sus repercusiones negativas no serán sólo en lo económico, sino que se agudizará la descomposición social que hoy padecemos”.
Lo que el PRI y el PAN, recuerda, pretenden asentar en la Ley Federal de Trabajo ya se da en el terreno de los hechos. La subcontratación a través de la outsourcing, los contratos de prueba, el pago por horas sin tiempo extra, que son tasados con la base del miserable salario mínimo, son una práctica permanente del sector patronal. “Vacaciones, aguinaldo, utilidades y la seguridad social son letra muerta en las relaciones laborales”, concluyó.
Fuente: La Jornada de Veracruz
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