viernes, 27 de mayo de 2011

Llaman comuneros de Cherán a cerrar filas en la defensa de los recursos naturales

“De haber permitido que continuara la deforestación nos quedaríamos sin agua”, señalan

CARLOS F. MÁRQUEZ

Durante su participación en el coloquio organizado por la UNAM, campus Morelia, “Cambio Global, Seguridad Hídrica y Conflictos Socioambientales en México”, comuneros de Cherán hicieron un llamado a la comunidad académica y sociedad en general a cerrar filas en torno a su lucha por la defensa de los recursos naturales, pues advierten que la deforestación de los bosques en la Meseta Purépecha no es sólo un problema de los indígenas, puesto que afecta a diversos cuerpos de agua y ríos en la región.

A poco más de un mes de que los cheranenses decidieran atrincherarse en su comunidad y defender ellos mismos sus bosques, confiesan que “la situación que vive Cherán es de peligro y a todos nos da miedo, pero es más fuerte la dignidad, los valores que han dejado nuestros antepasados y la cosmovisión de que la única madre que tenemos es la madre naturaleza”. De ese saber ancestral es que el pueblo ha sacado fuerzas para mantener el movimiento de autodefensa que empezó con 65 fogatas de vigilancia en la comunidad, pero que ahora se ha fortalecido y ya son más de 200 los fogones que mantienen la vigilia.

Los comuneros que acudieron al campus Morelia de la UNAM, por invitación del Centro de Investigaciones en Ecosistemas (CIEco), aseguran que en los tres últimos años los talamontes han devastado 20 mil de las 28 mil hectáreas que conforman su territorio, de tal manera que la gravedad del problema va más allá de la deforestación, pues advierten que los bosques de la Meseta alimentan los caudales del río Cupatitzio y de El Duero, al lago de Camécuaro, las lagunas de Zacapu, así como a los lagos de Pátzcuaro y Zirahuén.

En su exposición, los comuneros de Cherán precisaron que la tala ilegal es un problema que han tenido que enfrentar desde hace 40 años, pero que el conflicto estalló el pasado 15 de abril cuando talamontes de la comunidad de Capacuaro derribaron parte del bosque donde se ubica el manantial La Cofradía, que es el principal distribuidor de agua potable en la comunidad. Por ello, mujeres, niños y jóvenes decidieron poner la vida por delante para defender sus recursos naturales, pues cayeron en razón de que “si nos dejan sin agua, prácticamente nos van a dejar sin vida”.

Señalaron que grupos del crimen organizado no sólo operan detrás de los talamontes, también practican la extorsión, el cobro de piso a los comerciantes de la región y los levantones que ya cuentan cinco víctimas de las que no se sabe nada hasta la fecha, “no sabemos si quieren rescate, si siguen vivos o si pasaron a formar parte de las estadísticas de muertos ya tan comunes en este país”, afirmaron.

Integrantes de la comisión de comuneros lamentaron la postura que han sumido autoridades de los distintos niveles de gobierno, como el alcalde de Uruapan, Antonio González Rodríguez, que, aseguran, sostuvo una mesa de negociación con “los delincuentes que bloquearon las carreteras para exigir madera al gobierno, porque dicen tener ya un mes sin trabajar”.

“De manera burda el alcalde de Uruapan dice que si la Meseta no les quiere dar madera a los artesanos de Capacuaro, que él ya tiene contactadas 40 mil hectáreas inútiles, sin servir, en la zona de Aquila y que si la Meseta no quiere dar, entonces se van a ir para allá. Un alcalde haciendo esas declaraciones nos hace pensar que se trata de una persona que ni siquiera conoce lo que es una planta, que no sabe de la recuperación de nuestros bosques”, manifestaron.

Finalmente, los comuneros exigieron que no se les siga viendo a las comunidades indígenas como el segundo México, y afirmaron que el problema que ellos enfrentan es de todos, “porque la seguridad no es un lujo, es una garantía que debemos tener todos por igual”.

Fuente: La Jornada de Michoacán

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