México, Distrito Federal, a 27 de octubre de 2013
Discurso de la senadora Ana Gabriela Guevara, en la asamblea nacional por la defensa del petróleo y la economía popular, realizada en el Zócalo
Reforma Fiscal.
Cada gobierno tiene un origen, un carácter, propósitos y destinos específicos. Mucho dicen de qué está hecho cada gobierno cuando se trata de hablar de los impuestos. Presentar una propuesta fiscal no es cualquier cosa, Una propuesta fiscal es hablar del dinero que usted gana, que su familia gana, de cómo se va obtener y en qué se va a gastar. Eso lo sabemos porque todos llevamos una casa, un presupuesto y un gasto.
Cuando un gobierno nos presenta su idea fiscal, nos presenta su verdadero rostro. Está hablando de nuestros recursos, no de dinero de ellos. Por ello el rostro que ahora se nos presenta, en la propuesta de los impuestos es engañosa, esconde mucho, nos quieren vender un México próspero con la idea de sacar mucho más de nuestros bolsillos.
La Reforma Fiscal del gobierno federal viene sucia; primero se trataba de limpiar todo lo que quedó sucio. Nunca se nos ha presentado una limpieza en el cobro de impuestos, a muchos se les permite eludir impuestos; a muchos se les perdonan miles de millones de impuestos y a muchos ni siquiera se les cobra impuesto, además que hemos visto cómo se les regresa una gran cantidad de impuestos a los más adinerados.
Claro, todos los demás tienen que cumplir, a usted sí. Y no se le perdonará ni un quinto y si no paga se le señala y se le persigue como delincuente. Mientras tanto las transacciones multimillonarias se van libres de impuestos sólo porque recurren a la transa de ser operadas en la Bolsa. Así es, vivimos en un país de privilegios fiscales para quienes viven en la más grande de las riquezas. Por eso somos el país de mayor desigualdad social en el mundo.
Y nos amagaron con IVA a alimentos y medicinas, cambiaron los estatutos de su partido pero no se atrevieron. Vieron que la gente se irritaría y que no la podrían controlar; entonces improvisaron impuestos aquí y allá. Y naturalmente quieren afectar más a las fronteras, aumentar el IVA en las fronteras.
Afectarán su vida, al aumentar el IVA en las fronteras. Esto nos perjudicará profundamente a millones de mexicanos que vivimos en las fronteras ya que provocaría el cierre de empresas, desempleo y la fuga masiva de consumidores.
El IVA menos costoso de las fronteras norte y sur del país no es un privilegio de los residentes fronterizos, sino una necesidad para darle competitividad a esas regiones.
De aprobarse el incremento nuestro estado se vería en desventaja frente entidades estadounidenses como California, Arizona, Nuevo México y Texas que tienen tasas de impuestos menores al 8%. Aquí será de 16%.
En Baja California se vería afectado el 43 por ciento de la población y que el Producto Interno Bruto (PIB) caería hasta en 2%. Se dice que la aprobación del 16% del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en las fronteras vendrá a repercutir directamente en el bolsillo de los empresarios. La homologación nos dejará totalmente fuera de competencia con el mercado estadunidense, pues en Texas cobran un IVA de 8.25 por ciento, y en Nuevo México 7.56.
Está el aumento de impuestos para la industria maquiladora, lo que a corto plazo generará la salida de México de muchas empresas y habrá más desempleo. Se estima una caída de 3.5 del producto interno bruto (PIB) en esta frontera, tan sólo como efecto del alza al IVA, por lo que habrá menos empleo y menor inversión.
Las economías de la frontera están vinculadas al ciclo económico tanto de Estados Unidos en el norte como en el sur con los países vecinos, a los cambios en los precios relativos internacionales.
El art. 2do de la ley del IVA se refiere a la tasa diferencial de impuestos para la Región y Franja Fronteriza “la taza se a aplica a los actos o actividades que se realicen por residentes en la región fronteriza, siempre que la entrega de los productos o la prestación de los servicios se lleve a cabo en la zona fronteriza”
Según la tesis jurisprudencial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, “el trato diferencial tiene el fin extra fiscal de no afectar la competitividad y de estimular el comercio nacional en la frontera, desalentando el consumo de bienes y servicios del extranjero”.
Por lo tanto tendremos una segmentación para la población fronteriza, donde los más pobres dedican al consumo todo su salario y en general no tienen una visa de no inmigrante que les permita discriminar entre el mercado interno y el externo, por tanto todo lo que ganan y consumen pagara IVA en cambio los que gozan de solvencia y Visa tienen acceso al mercado externo, esa parte de sus ingresos y consumos no pagara IVA, es una medida totalmente regresiva.
Son así las fronteras las zonas menos capacitadas para producir un esfuerzo fiscal con una especulación que lo único que generara una consecuencia grave al detener la actividad económica.
La actual visión adoptada por el gobierno federal no considera en su totalidad los efectos económicos y sociales negativos y acepta implícitamente la pérdida de competitividad y la concentración del bienestar que resultara de la homologación del IVA en las fronteras.
Petróleo.
Cuando el general Morelos dio a conocer los sentimientos de la Nación, el país vivía un periodo en el que era necesario expresar, nada menos, que el sentir de un pueblo que pretendía reconocerse a sí mismo en la liberación de su dependencia: ser independiente era una urgencia nacional y poner en palabras su carácter independiente una forma de definir su naturaleza.
Hoy, ese espíritu, sentimientos, identidad y soberanía nacional, padece una afrenta de las mismas dimensiones. La ineludible tendencia del poder y el dinero extranjeros nunca han quitado los ojos del petróleo mexicano. Hoy siguen los megáfonos mediáticos, un discurso que sólo puede convencer a mexicanos débiles, sin entendimiento histórico, sin convicción patriótica, sin la educación profunda, del pueblo, los héroes y las acciones que nos dieron y nos dan Patria.
Hoy está de vuelta en nuestro país ese conflicto que en el fondo no es de energía, no es de inversiones ni de jerga financiera, es un conflicto en el que se pretende atentar contra nuestra identidad, contra nuestra soberanía; se pretende humillar, engañar y ofender íntimamente a nuestro origen, a nuestros antepasados, a los actos de voluntad superior que definieron, defendieron e hicieron nuestras las posesiones del territorio mexicano.
Hoy están de vuelta las empresas extranjeras con su fingida buena cara, tratando de convencernos de que sólo vendiéndoles nuestros recursos, podemos ser un país con presencia en ese mercado mundial que se desploma. Y ellos se han encontrado con individuos sin sentimientos, sin emociones y carácter nacional que, desde la administración pública, les están abriendo la puerta para que puedan pisar lo que no se debe de pisar.
Sonrientemente, abren las puertas, como en muchas fechas históricas en las que el país ha estado en vilo, para dejarlos pasar. Cambian sus rostros pero son lo mismo, en la Conquista, Independencia, Reforma, Revolución, Intervenciones Extranjeras, siempre han abierto las puertas a la comodidad extranjera para hacer lo mismo, apropiarse de territorios, riquezas nativas, recursos y energía.
Citando a Lázaro Cárdenas: “No me dediques un minuto de silencio, mejor dedícame un minuto de trabajo“.
Si somos mexicanos, si somos patriotas, si nos han educado las acciones de nuestro pueblo, si tenemos espíritu mexicano, si han gritado ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México! , hoy nos toca ponernos en nuestra puerta para no dejarlos pasar; hoy nos toca llamar a nuestra familia, a nuestros paisanos; sacudir a los que se encuentran distraídos, despertar a los que se encuentran dormidos para que esos gritos adquieran vitalidad y frescura.
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