TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (apro).- La Diócesis de San Cristóbal se solidarizó con el movimiento magisterial e invitó a los feligreses y al pueblo en general a que se involucre en la lucha de los mentores.
Luego de analizar la Ley General de Servicio Profesional Docente en una reunión que tuvieron con la Vicaría de Justicia y Paz de la Diócesis de San Cristóbal, los participantes señalaron que en realidad no se trata de una “reforma educativa”, sino de una reforma laboral-administrativa, como lo ha señalado en reiteradas ocasiones la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
“Nos damos cuenta que la mencionada ley solo tiene por objetivo ‘regular’ el servicio profesional docente, y no se propone revisar las orientaciones pedagógicas y políticas privatizadoras a las que está enfocada la educación mexicana. Es una reforma laboral administrativa, no es una reforma propiamente educativa”, puntualizaron.
En un comunicado suscrito por el vicario de Justicia y Paz, José Avilés Arriola, la Diócesis de San Cristóbal establece:
“Nos preocupa especialmente el conjunto de disposiciones en cuanto a ingresos, promoción, reconocimiento y permanencia de los maestros que, a través de procesos de evaluación, implantan mecanismos que dejan sin seguridad laboral a los maestros, además de que derogan derechos ya adquiridos”.
De acuerdo con el documento, el enfoque privatizador de la orientación educativa afecta gravemente los intereses generales de la sociedad, sobre todo si se toma en cuenta que la reforma educativa va acompañada de las reformas energética, financiera, política y laboral, que favorecen particularmente a los intereses de los grandes inversionistas nacionales y extranjeros, puntualiza.
Por ello, los asistentes a la reunión hicieron una invitación “al pueblo en general a que se informe e involucre en la defensa de los derechos de los maestros, y a que se manifieste en contra del proceso privatizador de la educación. A los medios de comunicación les demandamos que informen de manera veraz y objetiva sobre la reforma en curso”.
A nombre de los religiosos que participaron en el encuentro, Avilés Arriola manifestó la solidaridad de la Iglesia católica con la lucha de los maestros, “por medio de la difusión de sus demandas y en la defensa de las generaciones futuras para procurar una sociedad justa en la que se respeten los derechos humanos y de la madre tierra”.
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