Ejerce nivel epidérmico
de transparencia; debe el Congreso revisar ya operatividad del instituto
Bajo la dirección de Alonso Lujambio, el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI) ha entrado en conflicto de intereses con el gobierno federal en materia de seguridad pública, y lo ha convertido en un entecolaboracionista
que ejerce un nivel epidérmico
de acceso a la transparencia”, advirtió Irma Eréndira Sandoval, especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en temas de corrupción.
En entrevista, sostuvo que con el pretexto de salvaguar la seguridad nacional, salvo honrosas excepciones
, la mayoría de los comisionados está tratando de defender a los grupos de poder y los intereses enquistados en el aparato de gobierno, por lo que consideró necesario que los legisladores emprendan ya una revisión a la operatividad del instituto, para eliminar esas prácticas.
En su opinión, la cercanía directa del comisionado presidente, Alonso Lujambio, con Felipe Calderón ha afectado la operatividad del instituto, “que está teniendo una actuación muy poco orientada a la transparencia informativa, en contra del cumplimiento a la normatividad del artículo sexto constitucional.
Me atrevería a decir que de colaboracionista directo con el gobierno, por lo que el IFAI tiene que entender, con mucha claridad, que su papel no es colaborar con el gobierno, sino con la sociedad. Se debe pronunciar en favor de la exigencia ciudadana de acceder a la información, lo que cada vez es más lejano en México
, asentó.
Para la directora del Laboratorio de Documentación y Análisis de la Corrupción y la Transparencia de la UNAM, con la imposición de reserva a los temas vinculados con la seguridad pública federal, el organismo realiza una “transparencia de higiene pública, en la que busca quedar bien con las instituciones y hacerlas aparecer como modernas y eficientes, sin realmente tener un compromiso con la exigencia de la rendición de cuentas.
“La corrupción que padece México –insistió– es el mal más importante a combatir, como han externado también organismos y expertos mexicanos e internacionales, y el derecho público a la información tendría que empujar hacia ese sentido, pero eso no lo están viendo desde los planteamientos hegemónicos que se ven en el IFAI.”
Dijo que el país vive tres niveles de transparencia: la primera –detalló– es la que priva en los partidos políticos y los gobernantes, quienes utilizan el discurso de la rendición de cuentas para legitimar sus acciones, sin entender el fondo del significado del derecho al acceso a la información ni la obligación de informar.
La otra es técnica, que es en la que está cayendo el IFAI
. Hasta cierto nivel sí empuja el derecho a acceder a la información, “hasta que topa con intereses económicos y políticos, con los cuales abdica en sus obligaciones de defensa, auspicio y promoción de este derecho.
Se trata de una transparencia que se disfraza de técnica o tecnócrata, en la que el instituto toma un posicionamiento político muy claro, que no es meter en aprietos a los gobernantes, a los sujetos obligados.
La última es la que impulsan desde la sociedad las agrupaciones ciudadanas, los académicos y los medios de comunicación para combatir la corrupción y obligar a que haya transparencia y rendición clara de cuentas, advirtió.
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