No es momento de retirar al Ejército de las calles, sostiene Calderón
DANIEL LIZáRRAGA
MÉXICO, D.F. El presidente Felipe Calderón advirtió que, en este momento, no es posible el retiro de los militares de las calles, al no existir policías locales capacitadas para combatir al crimen organizado. Calderón dijo lo anterior luego de haber escuchado fuertes críticas del presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), José Luis Soberanes, por los altos niveles de violencia y la constante presencia del Ejército en algunas zonas del país.
"Así como la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha actuado, incluso, a costa y a riesgo de sus críticos, nosotros también hemos actuado aun a costa de los riesgos, críticas e incomprensión que esto conlleva", dijo Calderón en el salón Adolfo López Mateos de la residencia oficial de Los Pinos.
Al presentar su último informe como presidente de la CNDH, Soberanes afirmó que los ajustes de cuentas, las pugnas entre miembros del crimen organizado, los secuestros y otros delitos, se han convertido en algo cotidiano. "Hay ciudades –puntualizó-- como Tijuana, Ciudad Juárez, Chihuahua y Culiacán, donde no es posible caminar sin el constante temor de que familias, hijos o amistades, sean presa de la ola delictiva".
En respuesta, Calderón comentó que, efectivamente, la presencia del Ejército en las calles será temporal. Sin embargo, aseguró que la violencia sí ha disminuido en algunas ciudades desde que el Ejército tomó el control de la seguridad pública. Puso como ejemplo a Ciudad Juárez donde, según sus cálculos, la criminalidad descendió hasta en 73%.
Para Calderón, las críticas sobre el hecho de que ahora el Ejército sea el encargado de la seguridad pública deberían hacerse a las autoridades locales, que en primera instancia son las encargadas de capacitar –técnica y operativamente-- a sus uniformados.
"Como presidente he tenido siempre la disyuntiva: o dejar a los mexicanos a su suerte y en estado de indefensión frente a la acción violenta del crimen, ignorar, como se hizo durante mucho tiempo y se hace un muchos lugares, lo que ahí ocurre, como asumiendo que de esa tolerancia vendrá mecánicamente la paz o, bien, asumir con la fuerza del Estado y con los riesgos que implica esta alternativa, asumir toda la autoridad a su plena capacidad para ponerse al lado de los ciudadanos", señaló Calderón.
Antes, Soberanes apuntó que es urgente poner un alto a la criminalidad desbordada porque está amenazando la paz social. Añadió que las situaciones que enfrenta el país, han obligado al Estado a hacer uso de las Fuerzas Armadas en tareas policiales que no son de su competencia.
"Esa presencia debe ser temporal, como lo ha señalado el propio titular del Ejecutivo federal. No hagamos de lo excepcional una rutina, a menos que aceptemos que se desdibuje el proyecto nacional trazado en nuestra Constitución, lo cual, estoy seguro, nadie desea", dijo Soberanes.
En respuesta, Calderón informó de la captura del presunto asesino de militares, Sigifredo Nájera Talamantes, El Canicón, y enfatizó las limitaciones que tienen las policías locales para hacerle frente a la criminalidad y proteger a los ciudadanos.
"Desde el primer momento de este gobierno en que vimos en su justa dimensión el problema que acuciosamente ha señalado el presidente de la CNDH como el más grave de la sociedad mexicana, el problema de seguridad pública", añadió Calderón.
Al final de su discurso, Calderón reconoció la "seriedad y valentía" con la que se señalaron las insuficiencias, pero también estimó pertinente en bien de la objetividad y la verdad que merecen conocer los ciudadanos, reconocer los avances de manera ponderada en la lucha contra la inseguridad.
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