A siete días que se decretara la alerta epidemiológica por la cepa del virus porcino, se ha demostrado que la ineptitud, corrupción y negligencia, del gobierno espurio de Felipe Calderón, es más grave de lo que parece.
Conforme avanza el tiempo salen a la luz más datos que ponen en entredicho las declaraciones de los integrantes del gabinete, las cuales se aprecian improvisadas, desinformadas e inventadas.
La ineficiencia, incapacidad y desabasto del sistema de salud nacional ha quedado al desnudo a raíz de la epidemia. Las muertes causadas por esta epidemia solo se han dado en personas pobres. La miseria es cómplice del virus. Infraestructura deficiente y escasez de medicamentos, son las constantes en el sector salud.
Nuevamente el tema de la corrupción gubernamental brota, peor que la misma epidemia viral, cuando se hace del conocimiento público los contratos que firmó el titular del ejecutivo con laboratorios extranjeros para suplir las vacunas, específicamente con los laboratorios Sanofi Pasteur. ¿Cuánto le tocó de comisión por firmar dichos contratos?
La negligencia de las autoridades sanitarias del país ha propiciado que el problema se les haya salido de control. En un principio, cuando se detectaron los primeros brotes del virus en Perote, lo desestimaron argumentando que era un simple “catarrito” (Carstens dixits) y no tomaron las medidas precautorias pertinentes. Ahora, una vez que se ha declarado la fase 5, no tienen una política definida para enfrentar la situación.
Las consecuencias de la ineptitud, corrupción y negligencia, del gobierno espurio, ya están creando estragos en todos los sectores productivos del país. El desempleo, por los cierres de fuentes de trabajo, principalmente del sector turístico, se ha disparado de manera alarmante. Las estimaciones de crecimiento del PIB se han agudizado y se prevé que éste sea de menos 5 %. La paranoia de la población ha originado compras de pánico, incertidumbre, encierro, depresión y autolimitación.
Todo lo anterior ha sido producto del modelo económico neoliberal que adoptaron los gobiernos del PRI y el PAN en las últimas tres décadas. Este modelo depredador desmanteló la industria nacional y nos hizo dependientes en casi todos los rubros. El abandono en la inversión, para educación e investigación en ciencia y tecnología, nos han hecho más vulnerables.
¿Sabías que el gobierno financia proyectos de investigación de la IP con recursos públicos? Efectivamente, el año pasado destinaron más de 500 millones de pesos para las investigaciones que realiza Ford de México, entre otras. Mientras que para el CINVESTAV, UNAM, etc. no destinan mayores recursos, incluso hubo recortes al presupuesto en el ejercicio actual.
El país está a la deriva. No es el navío de gran calado que aseguraba Felipillo. La piara político-empresarial es indolente con el pueblo, solo buscan el beneficio económico o de poder.
¿Habrá alguien, en su sano juicio, que vote por el PRI o por el PAN?
Conforme avanza el tiempo salen a la luz más datos que ponen en entredicho las declaraciones de los integrantes del gabinete, las cuales se aprecian improvisadas, desinformadas e inventadas.
La ineficiencia, incapacidad y desabasto del sistema de salud nacional ha quedado al desnudo a raíz de la epidemia. Las muertes causadas por esta epidemia solo se han dado en personas pobres. La miseria es cómplice del virus. Infraestructura deficiente y escasez de medicamentos, son las constantes en el sector salud.
Nuevamente el tema de la corrupción gubernamental brota, peor que la misma epidemia viral, cuando se hace del conocimiento público los contratos que firmó el titular del ejecutivo con laboratorios extranjeros para suplir las vacunas, específicamente con los laboratorios Sanofi Pasteur. ¿Cuánto le tocó de comisión por firmar dichos contratos?
La negligencia de las autoridades sanitarias del país ha propiciado que el problema se les haya salido de control. En un principio, cuando se detectaron los primeros brotes del virus en Perote, lo desestimaron argumentando que era un simple “catarrito” (Carstens dixits) y no tomaron las medidas precautorias pertinentes. Ahora, una vez que se ha declarado la fase 5, no tienen una política definida para enfrentar la situación.
Las consecuencias de la ineptitud, corrupción y negligencia, del gobierno espurio, ya están creando estragos en todos los sectores productivos del país. El desempleo, por los cierres de fuentes de trabajo, principalmente del sector turístico, se ha disparado de manera alarmante. Las estimaciones de crecimiento del PIB se han agudizado y se prevé que éste sea de menos 5 %. La paranoia de la población ha originado compras de pánico, incertidumbre, encierro, depresión y autolimitación.
Todo lo anterior ha sido producto del modelo económico neoliberal que adoptaron los gobiernos del PRI y el PAN en las últimas tres décadas. Este modelo depredador desmanteló la industria nacional y nos hizo dependientes en casi todos los rubros. El abandono en la inversión, para educación e investigación en ciencia y tecnología, nos han hecho más vulnerables.
¿Sabías que el gobierno financia proyectos de investigación de la IP con recursos públicos? Efectivamente, el año pasado destinaron más de 500 millones de pesos para las investigaciones que realiza Ford de México, entre otras. Mientras que para el CINVESTAV, UNAM, etc. no destinan mayores recursos, incluso hubo recortes al presupuesto en el ejercicio actual.
El país está a la deriva. No es el navío de gran calado que aseguraba Felipillo. La piara político-empresarial es indolente con el pueblo, solo buscan el beneficio económico o de poder.
¿Habrá alguien, en su sano juicio, que vote por el PRI o por el PAN?
POR SALUD MENTAL APAGA LA TELEVISIÓN
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