lunes, 14 de septiembre de 2009

¿No que Era un “Catarrito”?



¿No que Era un “Catarrito”?

El Torpe Ajuste Presupuestal Calderonista para el 2010

Por Alfredo Velarde

¡Es indudable que se volaron la barda! Poco a poco, las primeras respuestas de la gente de a pie, común y corriente (como usted o yo), van del azoro a la confusión y, no pocas, reflejan enojo y hasta indignación al conocer la auténtica cascada de aumentos e injustificables incrementos en materia de política tributaria en contra de los consumidores y los amplios sectores populares trabajadores del país, en medio de la peor recesión económica en 70 años, conque la torpe e impopular “administración” calderonista pretende resarcir el enorme déficit presupuestario en varios cientos de miles de millones de pesos, que ha dejado para el inminente ejercicio del 2010 en el país, la combinatoria que trajo consigo la caída en los precios del petróleo ; la gran evasión fiscal de las grandes empresas capitalistas , tolerada por el régimen desde la filantropía del desfalco ; y el absurdo boato dispendioso bajo los cuales han operado los cargos decisorios de toda la administración pública federal, durante los años de la dilapidadora pesadilla calderonista y que, a la mitad de su mandato impuesto formal, se antoja desfondada y hundida en el extravío de sus torpezas congénitas.

Sea como fuere, el anuncio referido al contenido de los múltiples aumentos en cascada que se vendrían si la propuesta del ejecutivo lograra pasar en el Congreso y que fueran dados a conocer por ese auténtico dolor de cabeza nacional al frente de la Secretaría de Hacienda , que se llama Agustín Carstens , llega en mal momento y empieza a ser recibido pésimamente por una opinión pública que ya no da para más y que empieza a advertir que los sorpresivos ajustes supondrán mil sacrificios adicionales para los trabajadores ya de por sí tan fuertemente maltratados, en lo salarial, al menos durante las últimas tres décadas.

Por mucho que el paquete de ajuste presupuestal para el ejercicio fiscal del 2010, se antoje como “de emergencia” ante la gravedad de la crisis económica antes diagnosticada como un “catarrito” , las propuestas del gobierno no dejan de ser formuladas por una tecnocracia reaccionaria e insensible que poco sabe de las vicisitudes reales de la gente, ya que, si lo supiera, ¿cómo plantear la auténtica provocación consistente en el hecho de que, hasta los pobres, sean condenados a pagar 2% más en todos sus consumos e ingresos, dizque “para abatir la pobreza”? El planteamiento es demencial, por mucho que aparezca Dionisio Pérez Jácome en los medios, un funcionario yuppie de Hacienda que seguramente tuvo problemas en la universidad privada en que estudió teoría económica , explicando la cuestión, como una iniciativa “de avanzada” (¡sic!).

Por eso, las palabras de Agustín Carstens en el lóbrego Palacio Nacional sonaron como de ultratumba, tras haber entregado en el Congreso de la Unión la impertinente “propuesta del ejecutivo” , cuando profirió con mala dicción y peor estilo literario que: “El gobierno puede solicitar sin rubor la cooperación de la sociedad en esta hora difícil” . ¿Todavía más pregunto yo?, ante el hecho que implicaría el incremento en los precios del mercado de alimentos y medicinas, licores, cerveza, cigarros, la gasolina que volvería a los odiosos incrementos mensuales, cosa que impactaría los precios de prácticamente todos los bienes y servicios, además del consabido incremento en el impuesto sobre la renta y las utilidades que las empresas reportan. Y frente a estas propuestas del (des) gobierno de la (semi) república, de fuertes connotaciones demoledoras para el ya de por sí vapuleado poder adquisitivo de las familias y su micro salarios; lo que la administración pública hará, será emplazar una conducta de “austeridad” reductora del gasto, que implica (ex-post facto) reconocer que vivían en el despilfarro , si de ello ahorrarán ahora ¡218 mil millones! En resumen: más y nuevos impuestos a la gente, pero que no gravan los circuitos financieros, ni son capaces de proponer una genuina reforma fiscal que grave crecientemente al capital nacional –y sobre todo al extranjero- en proporción a sus utilidades. ¡El colmo!

El único elemento positivo, de esta auténtica comedia de enredos tributarios, es que servirá para mostrar y demostrar de qué están hechas las nuevas representaciones a la Cámara de Diputados , del lado de la partidocracia no panista. En lo personal, dudo en grado superlativo que la nueva mayoría político-electoral conquistada por el priato a golpe de demagógicos desplantes populistas, esté dispuesta a acompañar al PAN en su torneo político partidario contra sí mismo, de ineptitud extrema; o que el ultra oportunista PRD, se atreva a ir tan lejos para suscribir no sin matizaciones, las pésimas alternativas del panato en quiebra política para salir de la crisis económica.

Pero ya veremos, dijo un ciego, pues en todo caso, el quebranto financiero del país es un hecho y el dinero, en medio de la crisis, de algún lado tendrá que salir. Ya empezaron a surgir las abiertas contradicciones del proyecto calderonista, que sólo los suicidas querrían aprobar. Por ejemplo, el que tres secretarías que serían desaparecidas de un plumazo, como por arte de magia, la SFP, SECTUR y la SRA que pareciera obligado mantenerla por la grave situación del sector agropecuario mexicano, ya tienen asignadas sus respectivas partidas presupuestales y que, en conjunto, asciende a la friolera de 10 mil millones.

¿Adónde irán ésos recursos si las secretarías ya no existirán? Muchas cosas son, todavía lo que los panistas debieran explicar a la nación, pero parece obligada la movilización de la sociedad, contra este crimen de lesa economía que preparan, dizque para “salir de la crisis” . No lo permitamos.

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