Solicita la Cooperación Nacional
Carstens “Sin Rubor”, pero con Mucho Cinismo
Por Eduardo Ibarra Aguirre
En cualquier país democrático, no del llamado primer mundo sino del segundo y hasta del tercero, se hubiese producido la renuncia inmediata de un secretario de Hacienda que hace 18 meses pronosticó un “catarrito” para México por primera vez en la historia, frente a la “pulmonía” hipotecaria estadunidense, mutada en financiera y que introdujo a la aldea global en una recesión sin precedente.
El mismo Agustín Carstens Carstens que despacha campantemente en la Secretaría de Hacienda, aseguró al periodista estrella del canal que dice tenerlas en abundancia, que bajo ningún concepto renunciará, excepto que su jefe, “el señor presidente me lo pida”.
Y Felipe de Jesús Calderón Hinojosa no lo destituirá. En primer lugar porque es la mejor carta de presentación gubernamental ante los dueños de la aldea y, además, por la sencilla razón de que el economista y abogado fue el autor intelectual de las conductas abúlicas y saturadas de soberbia frente a la debacle económica y financiera que padece el orbe desde hace 26 meses. Para la historieta, no para la historia, sirvió uno de los “mejores equipos económicos del mundo” y el “hasta un poquito” de gusto que le suscitan los retos al michoacano de Morelia y que generaron un retroceso sin precedente en el producto interno bruto, millonarios ejércitos de nuevos pobres y multitudes desempleadas.
Para algunos comentaristas las ocurrencias, las gracejadas de Vicente Fox Quesada eran insuperables. Se equivocaron. El Elliot Ness mexicano –Barack Hussein Obama dixit -- dictaminó muy temprano que la muerte de Michael Joseph Jackson “se debe al uso indebido de drogas en lo que sería también la plenitud de edad”, mientras que los médicos legistas tardaron meses en la investigación.
Tampoco sorprende, en consecuencia, que el doctor Carstens dictamine: “El gobierno puede solicitar sin rubor la cooperación nacional en esta hora difícil”. Hora que se precipitó con la borrachera petrolera, de la que no participó la mayoría de los mexicanos pero pagarán la cruda por el dispendio de los blanquiazules en Los Pinos y su tenacidad para acentuar la dependencia comercial respecto de Estados Unidos.
Si de cooperación voluntaria se tratara, el gobierno del decálogo para el cambio tendría una excelente oportunidad para corroborar que las mayorías no están dispuestas a cooperar con él, entre otras cosas porque no tienen con que. Y las abundantes y costosas encuestas quedarían exhibidas en sus justos términos mercantiles.
Es una receta demasiado sufrida durante 27 años, pero nunca con una recesión económica tan fulminante, el propósito de imponer, como pretende el grupo gobernante --previa negociación con el Partido Revolucionario Institucional en la Cámara de Diputados--, el paquete económico para 2010, que aplica sin ningún rubor toda la carga impositiva sobre las capas medias, la micro, pequeña y mediana empresas, sobre los asalariados, mientras se mantienen intocados los regímenes especiales para las empresas gigantes y los grandes capitales en sus transacciones en la Bolsa Mexicana de Valores.
El secretario de Hacienda pretende salir una vez más de pesca y al mismo gran lago de siempre. Mas por sus dimensiones físicas no pasa desapercibido que nunca pesca en los múltiples lagos vecinos, abundantes en todo tipo de peces, mientras que en el primero, pese a su tamaño en extensión, está demasiado sobrexplotado.
Con el “impuesto para combatir la pobreza” --nombre primitivamente demagógico--, el tributo en el consumo de telecomunicaciones, las nuevas tasas impositivas y los incrementos generalizados en los energéticos, se pesca en el mismo lago de siempre, pero se corre el grave riesgo de agotarlo sin el menor rubor.
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