lunes, 26 de octubre de 2009

De los econogángsters a los abogángsters





Escrito por Abraham García Ibarra

LA REPÚBLICA COMO MANADA ACÉFALA


De los econogángsters a los abogángsters


* Panistas anestesiados, repiten crímenes que antes condenaron


Después de nosotros, el diluvio.
Luis XV


ABRAHAM GARCÍA IBARRA
(Exclusivo para Voces del Periodista)


Entremeses
* Puesto que está alquímicamente comprobado, que el PAN es una perversa trasmutación de lo más viejo y podrido del PRI, la pregunta que nos inspiró alguna vez el extinto Armando Labra Manjarrez sigue siendo válida en estas horas de desolación y postración nacional: ¿Por qué el gobierno, en lugar de un combate sin gloria a la pobreza extrema, no cambia la oración por activa y se aplica al combate contra la extrema riqueza? Acaso porque resulta más fácil ampliar la producción de miserables para luego, desde la Secretaría de Desarrollo Social, ofrecerles -como respuesta electoralmente más rentable-, la caridad teresiana. A Morelos, lo siguen demonizando los riquitos, los ricachos y los ricotes. A Tartufo, pocos. Al contrario: muchos lo continúan adorando e imitando. Culpas son del relativismo moral, que no del tiempo. Ay, Alberto Einstein, qué buena coartada nos legaste.


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* El pasado 28 de septiembre, se cumplieron 15 años del asesinato de un hombre de excepción, joven y jovial a sus 48 años, José Francisco Ruiz Massieu, postulante de una nueva política que acotara “la dictadura de las mayorías” y tuviera respeto a la razón de las minorías. El 5 de octubre de 1994, en la edición 3768 de Jueves de Excelsior, al comentar ese atentado que segó la vida del guerrerense -sucedido apenas siete meses después del crimen de Estado contra el candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio-, escribimos:

“Casualmente en Acapulco y Chilpancingo, ciudades donde nació y desde donde gobernó Ruiz Massieu, don Jesús Reyes Heroles pronunció dos discursos, jugosos y proféticos en varia medida, para advertir sobre los peligros de un gobierno pusilánime y sin ideas propias, rehén de las policracias -los muchos grupos de poder o que pretenden tenerlo por encima del poder institucional- y, fundamentalmente, alertó contra el despertar del México bronco (…) una expresión que se volvió clásica en el análisis del desarrollo de la sociedad nacional, sobre todo a partir de que la crisis económica se convirtió en una patología colectiva que ha permeado la vida toda y las relaciones en el sistema político mexicano”. Violencia: Sociedad a ciegas, fue el título de portada de aquella edición. Voces que nadie escuchó. Y ahí están las sanguinarias y ensangrentadas consecuencias.

* El pasado 30 de septiembre, acompañado del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, y de la presidenta del PRI, Beatriz Paredes Rangel, el presidente designado Felipe Calderón estuvo en Morelia, Michoacán, para presidir el desfile anual en memoria de los insurgentes. Pero, para entonces, ya los paisas estaban requeteemocionados con el anuncio de la presencia de Quentin Tarantino que, como ocurrió tres días después, llegó a presentar su película Bastardos sin gloria. Sin agraviar a los presentes.

Papeles al viento

En septiembre de 1999 (se cumplieron, pues, diez años), el Partido Revolucionario Institucional, con crédito a la Fundación Colosio, publicó un precioso libro titulado La Agenda del PRI en el México del Siglo XXI. No podía faltar el retrato de Ernesto Zedillo Ponce de León ni su “democrática” incitación: “La ciudadanía prefiere y apoyará a quienes actúan razonada y prudentemente: a quienes trabajan para dar certidumbre y estabilidad a los hogares y a las fuentes de empleo, y para ampliar las oportunidades de las personas y las comunidades”. Otro retratazo nos nubla la vista con las imágenes, manos entrelazadas y en alto, de Roque Villanueva, Roberto Madrazo Pintado, Francisco Labastida Ochoa y Manuel Bartlett Díaz, aspirantes a la candidatura presidencial de dicho partido para la sucesión de 2000.

La agenda reproducía las proposiciones de la Plataforma Electoral Federal 2000-2006 del partido, emanadas, según se dijo, del Foro Nacional de Expresión del PRI y los correspondientes en los estados, en los que habrían participado más de 18 mil priistas. La plataforma, había asegurado previamente el presidente de la Fundación Colosio, Óscar López Velarde, no sería de escritorio ni respondería a una defensa ciega de las políticas públicas, ni se convertiría en camisa de fuerza para el candidato (presidencial). “El PRI no sólo pretende ganar el voto mayoritario de los mexicanos en las elecciones presidenciales del 2000, sino ganar el debate”. Estos fueron los temas: La nueva relación entre el Partido, la Sociedad y el Estado; México en el mundo del siglo XXI; La democracia y el Estado de Derecho; La justicia social y la calidad de vida, y La economía para la justicia social.

Habida cuenta que el PRI prepara las fanfarrias para su retorno triunfal a Los Pinos en 2012, vale -aunque sea en forma de recapitulación de enunciados y compromisos-, retomar algunas líneas de aquellas iniciativas casi nostálgicas, pues para entonces Carlos Salinas de Gortari ya había pasado en desenfrenado galope sobre la Constitución y la República, como un Atila calvo:

El PRI avisa contra peligros globales

* El Estado ha dado rumbo, orden y sentido al trabajo y los anhelos de los ciudadanos. Bajo su conducción se ha preservado la gobernabilidad fundada en una democracia cada vez más amplia y eficaz.


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* El PRI sostiene que, con la fuerza de nuestra cultura, de nuestros valores y principios, hemos de dar el paso para convertir la globalización en oportunidad, controlando sus riesgos y peligros. Rechazamos la imposición de políticas por encima de la voluntad de la nación. La crítica más severa de la globalización indica que ha producido un sistema aún más disparejo que el de la Guerra Fría, con crecientes contrastes entre las élites privilegiadas de cada país y los grandes sectores desposeídos. Por otra parte, la globalización ha incrementado la privatización de estructuras económicas, el desmantelamiento del Estado benefactor, la reducción de los espacios ideológicos de la lucha democrática, la concentración del ingreso en un número reducido de beneficiarios y, por último, la proclamación del fin de la historia, consagrando así el pensamiento único.

* En ese contexto, los priistas insistimos en que la soberanía de los Estados no es un concepto anacrónico ni abstracto superado por la historia. En un mundo caracterizado por las asimetrías y los profundos desequilibrios en las relaciones de poder, la globalización no puede significar pérdida de la identidad y mucho menos la imposición de nuevas hegemonías. Sin soberanía no hay autodeterminación. De la misma forma, el partido considera que es preciso reivindicar y reafirmar el papel del Estado como pivote de las decisiones políticas en el ámbito nacional.

* El PRI, sin ventajas pero con toda su fuerza, está decidido hacer que la democracia se convierta en la única referencia de la nueva política que reclama la nación. La democracia evita tanto los riesgos del autoritarismo y del caudillismo providencial, al hacer del sufragio el veredicto inapelable para elegir a gobernantes e integrar los órganos de representación popular.

* Las instituciones y las leyes en su conjunto son el marco de las libertades efectivas. El poder del Estado se instituye y regula mediante la Constitución y las leyes. Sin la legalidad, la vida pública puede caer en el cinismo y hasta en la injusticia al aplicar la ley. La legalidad es el valor que preserva la equidad de la norma. Somos el partido con el compromiso más alto con la legalidad.

* La justicia social nos compromete a superar la pobreza que es injusticia, parque margina y excluye, ofende la dignidad humana y deteriora la cohesión de la sociedad, al cancelar el futuro de los grupos que la padecen, Las cifras de la pobreza nos mueven a una permanente rebelión moral, razón histórica del PRI ante la inequidad, la miseria, los rezagos y las carencias. Cuando los muros se han derrumbado en el mundo, no podemos admitir que el país continúe dividido casi en su mitad por la línea de la pobreza. No estamos conformes con las distorsiones provocadas por la concentración de la riqueza y los privilegios.

El PRI, leal cruzado contra la corrupción

* Ser honesto se refiere a la integridad de sí mismo y al imperativo ético de observar un código de rectitud. El valor de la honestidad es fundamental para la política y el ejercicio de gobierno. La corrupción degrada la vida pública, no sólo porque es una bajeza moral, sino sobre todo porque es una de las expresiones más aberrantes de la ineficiencia y el mal uso de los recursos. Seremos intransigentes en la lucha contra la corrupción.

* Las bases económicas con que ahora cuenta el país deben servir para consolidar una economía para que nuestra gente viva mejor. Sin crecimiento económico no puede haber desarrollo social. Por esta razón, es prioritario que la economía crezca sostenidamente y que genere los recursos suficientes para atender y solucionar los requerimientos y necesidades de los mexicanos, particularmente de los que menos tienen.

* Para dar confianza y certidumbre al contribuyente, es necesario que la recaudación vaya acompañada de la transparencia en el gasto gubernamental y que éste se enfoque a objetivos precisos que tengan el menor costo y produzcan mejores resultados.

* El sistema bancario, y los intermediarios financieros no bancarios en lo general, deben ser regulados y supervisados con mucho mayor cuidado.

El PRI, por una gestión ética del petróleo

* El PRI es sensible a las opiniones y demandas de la sociedad para que los recursos y patrimonio de la nación se cuiden y administren con eficiencia ética, política y económica. Reitera sin reservas el compromiso de preservar la integridad de la propiedad social sobre nuestros hidrocarburos. El petróleo mexicano es para provecho de los mexicanos y con su explotación racional y eficiente tiene un instrumento para el bienestar de esta generación y las venideras. El sector energético es clave para la construcción del México del siglo XXI. Para asegurar la adecuada contribución de las empresas que hoy lo integran habremos de tomar las medidas necesarias para elevar su eficiencia y competitividad, conservándolas como empresas del Estado.

No nos cabía la menor duda de que, de vivir en 1999 y aun sin ser miembros del partido, ese tremendo documento de compromisos que iban -de haberse observado- para históricos, lo habrían suscrito desde Morelos, Hidalgo y Guerrero, pasando por Juárez, Melchor Ocampo y otros próceres de la Reforma, hasta los Flores Magón, Madero, Zapata, Villa, Carranza y los generales Lázaro Cárdenas del Río y Francisco J. Mújica. Pero hoy podemos decir que lo sentimos mucho: De más de 200 conspicuos participantes en la coordinación de tan patriótico empeño, muchos han muerto; otros desertaron hacia el PRD, el PAN, el PT o Convergencia; hubo otra que adquirió su propia franquicia partidaria; más de uno se convirtió en gober precioso; algunos prefirieron seguir sirviendo “al Estado”, buscando chamba con Vicente Fox o terminaron en aliados de Felipe Calderón Hinojosa.

Formaron legión los que se atrincheraron en la iniciativa privada, montando despachos de consultoría, no pocas veces a las órdenes de las trasnacionales -que para algo han de servir la información privilegiada y el tráfico de influencias. Los más correosos y cínicos, aun perteneciendo todavía al PRI, enquistados en el Congreso de la Unión han hecho lo mismo que hicieron en las tres décadas pasadas: Traicionar su propia palabra y legislar contra los intereses de México y sus clases más desvalidas. Il capo di tutti capi en turno, quien desde su “sana distancia” del partido dijo entonces que la ciudadanía prefiere “y apoyará a quienes actúan razonada y prudentemente; a quienes trabajan para dar certidumbre y estabilidad a los hogares y a las fuentes de empleo…”, antes de que el gallo cantara tres veces ya estaba al servicio de los consorcios extranjeros a los que favoreció con las privatizaciones del patrimonio nacional.

Lo más catastrófico de esa comedia de simulaciones es que, de los cuatro personajes de aquel mural que ilustra la agenda priista para el siglo XXI, dos de ellos, Francisco Labastida Ochoa, primero en el 2000, y Roberto Madrazo Pintado, segundo en 2006, fueron arrojados por los electores mexicanos al basurero de la historia, aunque el sinaloense llena tripa de mal año con la dieta del Senado, donde funge como componedor en la Comisión de Energéticos, órgano que, por supuesto, nada quiere saber de aquello de que, las del sector energético, deben conservarse como empresas del Estado. Madrazo Pintado, de su lado, se estrena como sedicente escritor, diciendo verdades que en su tiempo de vino y rosas prefirió callar. Ese es el PRI que, según su actual dirigente nacional, la diputada repetidora Beatriz Paredes Rangel, espera que los compatriotas le den una segunda oportunidad para recuperar la presidencia de la República.

Entre “empresarios” y abogángsters te veas

Más catastróficos aún, han sido para México los resultados de las derrotas presidenciales priistas. Si con Fox la divisa fue la un gobierno de empresarios, por empresarios y para empresarios, con Calderón Hinojosa parece ser la del mandato de los abogangsters egresados preferentemente -como él- de la Escuela Libre de Derecho (ELD), donde puede que se lea a los clásicos de las leyes, pero la opción predilecta es por las doctrinas economicistas patentadas por la Sociedad Mont Pelerin y su fundador (1947), el austriaco Friedrich von Hayek, simpatizante en una etapa del régimen nacional-socialista hitleriano.

Para deslumbrar a los rastacueros nativos, la Mont Pelerin no es cualquier academia patito, aunque los buscadores de prototipos en el extranjero lo sean: Con el propio von Hayek (1974), otros compadres: Milton Friedman (1976), George Stigler (1982), James Buchanan (1986), Maurice Allais (1988), Ronald Coase (1991), Gary Becker (1992) y Vernon Smith (2002), han sido gratificados por el benemérito comité del Premio Nobel con el correspondiente a Ciencias Económicas, qué mejor patente de Corso. Ludwig von Mises no paladeó ese galardón, pero igual es gurú de los mecsicanos idólatras del mercado, pupilos poco creativos de los conocidos como padres del neoliberalismo.

Si bien los tecnoburócratas disfrazados de priistas, robotizados en Harvard y Yale (Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo) abrieron en México la brecha neoliberal, los de la ELD disfrazados de panistas, en una típica división del trabajo, hicieron por su lado sorda labor de zapa. Desde la ELD (fundada en 1912 como Sociedad de Amigos, entre los que estuvo Demetrio Sodi, ministro de la Corte que le brindó su beneplácito al usurpador Victoriano Huerta) tendieron los cables de alta tensión hacia la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), a la que sirve diligentemente otro egresado de ese plantel: el secretario del “Trabajo y Previsión Social”, Javier Copelas o cuello Lozano Alarcón. De ahí al patrocinio de otros nuevos y rimbombantes membretes al uso de audaces francotiradores, todo parece juego de párvulos crueles.

No es casual ni gratuito, entonces, que Ernesto Zedillo diera en 1996 su consentimiento para que en los paradisíacos balnearios de Cancún se estableciera como cabeza de playa una especie de capítulo mexicano de tan ilustrada e influyente secta fundamentalista; conexión en la que se formalizó la matrícula de la ELD, por cuya rectoría transitó recientemente otro de sus ilustres egresados, el ex procurador salinista-zedillista Ignacio Morales Lechuga, amigo y notario del célebre aventurero argentino Carlos Ahumada, ingrato novio de la ex presidenta del PRD, Rosario Robles Berlanga.

Si de von Hayek se trata (la Mont Pelerin, dijeron los convocados al aquelarre de Suiza, no se propuso crear ortodoxia o alinearse a partido político alguno, sino estudiar el funcionamiento, las virtudes y defectos de las técnicas del mercado), puede citarse su tesis de que, en épocas de auge económico, hay una expansión de crédito bancario que genera inversión excesiva sin el soporte de ahorros voluntarios, incluso en condiciones de estabilidad relativa de los precios. Esa sobreabundancia y oferta de capital, afirma, tarde o temprano provocará una crisis originada, no por la falta de demanda, sino por su exceso, desatando la inflación y el desempleo. Insistía tercamente en la localización del riesgo: gasto a tontas y locas, sin ahorros sostenibles= a crisis. Esa elemental pero juiciosa advertencia no fue atendida, sin embargo, por sus queridos saltamontes mexicanos. Para dar a los compatriotas la sensación de falsa prosperidad y ganar las elecciones de 1994 (PRI) y de 2006 (PAN), nuestros brillosos financistas, unos subordinados a Salinas de Gortari y otros manipulando al locuaz Fox, soltaron a placer las amarras del crédito bancario. Resulta un acto de masoquismo repetir las depredadoras consecuencias que desencadenó el espejismo del plástico. ¿Y no es lo mismo que pasa ahora en los Estados Unidos, que ya buscan su repechaje en el Tercer Mundo?

No obstante, von Hayek (partidario de las privatizaciones a ultranza, hasta la de emisión de dinero) proponía más: dejar la rienda suelta a los mercados, que suponía autoequilibradores. Nunca cualquier intervención expansionista del gobierno para sacar a la economía de las recesiones o las depresiones, receta que no ha aceptado el acorralado Barack Obama y, a regañadientes, parecen rechazarla los Carstens, porque no tienen otras alternativas eficaces, salvo la acción confiscatoria.

El anticatecismo del panismo neoliberal

En lo que sí han resultado alumnos adelantados del maese von Hayek y socios nuestros tecnoburócratas ultralibrederecheros -que, diciéndose católicos, reniegan hasta de las encíclicas de los papas cuando de las miserias del proletariado hablan), es en otras proposiciones, a saber: Hacer del Estado añicos, de la justicia social negación y, de los sindicatos obreros, presas a exterminar. ¿O no, Lozano Alarcón?. Pero más adhesivos han resultado a una consideración de von Hayek que, siendo de denuncia y condena, la han tomado como credo. Dice el austriaco, nazi arrepentido:

“En un Estado totalitario, la situación es permanentemente y en todos los campos como la de un Estado de guerra: Se oculta a la gente todo lo que pueda provocar dudas acerca de la competencia del gobierno o crear descontento: las bases de comparación desfavorable respecto de otras experiencias; el conocimiento de posibles alternativas frente a la dirección tomada por el gobierno; la información que pueda sugerir fracaso del gobierno en el cumplimiento de sus promesas o en el aprovechamiento oportunidades de mejorar la situación. Todo se suprimirá. Por consecuencia, no habrá campo donde no se produzca una intervención sistemática de la opinión y no se fuerce la uniformidad de criterios. (Camino a la servidumbre.)


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Si se requiriera prueba de esa tentación totalitaria de los gobiernos panistas, van unos cuantos datos, cuya fuente original es el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI): Al interés de la sociedad por obtener información del gobierno federal, se responde con lo que ya se ha convertido en lugar común: La declaración “de inexistencia” de la información solicitada. En 2003, la negativa fue al 2.6 por ciento de las demandas; en 2004, 3.2 por ciento; en 2005, 3.9 por ciento; en 2006, 4.6 por ciento; en 2007, 4.8 por ciento; del 14 de noviembre al 4 de diciembre de 2008, 5.9 por ciento y hasta el 23 de abril de 2009, 6.2 por ciento. (El largo y sinuoso camino de la transparencia. José Antonio Gurrea. Investigación/ Cuadernos de El Financiero). Para convertir a números absolutos esos porcentajes, hay que tener como referencia obligada que, entre 2003 y abril de 2009, el número de solicitudes de información fue de 398 mil. Si la media porcentual de ese periodo es de 4.15, estamos hablando de más de 16 mil 500 solicitudes denegadas, con independencia de la calidad y de la gravedad de la información requerida, que mayoritariamente se relaciona con contratos y gestión de recursos públicos.

A’i les va la despedida

* El Estado que, según el PRI, preservaba la gobernabilidad, ha devenido Estado fallido. Conjunción copulativa arbitraria: estallido;
* México no fue capaz de esquivar los peligros de la globalización;
* el ingreso ha sido superconcentrado por una rapaz plutocracia;
* se aprietan las tuercas para implantar el pensamiento único;
* la pretendida democracia no ha vencido las tentaciones del autoritarismo y del caudillismo providencial; ni ha hecho del voto popular veredicto inapelable;
* la vida pública se ha enfangado en el cinismo:
* la “permanente” rebelión moral blasonada por el PRI contra la inequidad y la miseria, resultó una carcajeante mascarada;
* la corrupción se ha convertido en la empresa más rentable de la economía criminal institucionalizada;
* el sistema bancario, extranjerizado, continua medrando con sus prácticas depredatorias; y
* de la administración con eficiencia ética del petróleo, el saldo es el monstruoso despilfarro de más de 600 mil millones de dólares durante los gobiernos panistas.

En fin, con la coartada de la alternancia partidista maquinada, salimos de Guatemala para entrar a guatepeor. Robar o no robar, esa es la cuestión, mientras que el abismo llama al abismo: La noche no ha quedado atrás.
MÉXICO, ¿SIEMPRE FIEL?


Muerto el papa ¡Viva el papa!


AGOBIADO POR LA HONDA crisis moral y material a la que lo ha empujado el neoliberalismo, ahora de factura panista, el atribulado pueblo mexicano -reputado de católico-guadalupano- dejó pasar sin mayores aspavientos el XXX aniversario de la primera visita que hizo a México Juan Pablo II, quien, en oración previa, rogó a la Virgen de Guadalupe, “Madre de las Américas”, para que los obispos condujeran a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas. Vino el Papa, en 1979, a inaugurar en Puebla la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (CELAM), donde proclamó el nuestro como Continente de la esperanza.


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De su mensaje en el Seminario Palafoxiano, retenemos las siguientes reflexiones: No es por oportunismo ni por afán de novedad que la Iglesia, experta en humanidad, es defensora de los Derechos Humanos. Es por un auténtico compromiso evangélico el cual, como sucedió con Cristo, es compromiso con los más necesitados. Fiel a este compromiso, dijo el sumo pontífice, la Iglesia quiere mantenerse libre frente a opuestos sistemas, para optar sólo por el hombre. Cualesquiera sean las miserias o sufrimientos que aflijan al hombre; no a través de la violencia, de los juegos de poder, de los sistemas políticos, sino por medio de la verdad sobre el hombre camino hacia un camino mejor.

(La) voz de la Iglesia, eco de la voz de la conciencia humana, que no cesó de resonar a través de los siglos en medio de los más variado sistemas y condiciones socio-culturales, merece y necesita ser escuchado también en nuestra época, cuando la riqueza creciente de unos sigue paralela a la creciente miseria de las masas. Es entonces cuando adquiere carácter urgente la enseñanza de la Iglesia, según la cual sobre toda propiedad privada grava una hipoteca social.

Aquellos sobre los cuales recae la responsabilidad de la vida pública de los Estados y Naciones, deberán comprender que la paz interna y la paz internacional sólo estará asegurada, si tiene vigencia un sistema social y económico basado en la justicia. Cristo no permaneció indiferente frente a este vasto y exigente imperativo social. Tampoco podría hacerlo la Iglesia. En el espíritu de la Iglesia, que es el espíritu de Cristo, y apoyados en su doctrina amplia y sólida, volvamos al trabajo en este campo.


Cuando Paulo VI declaraba que el desarrollo es el nuevo nombre de la paz, tenía presentes todos los lazos de interdependencia que existe no sólo dentro de las Naciones, sino también fuera de ellas, a nivel mundial. Él tomaba en consideración los mecanismos que, por encontrarse impregnados no de auténtico humanismo, sino de materialismo, producen a nivel internacional ricos cada vez más ricos a costa de los pobres cada vez más pobres. ¿Quién puede negar que hoy en día hay personas individuales y poderes civiles que violan impunemente derechos fundamentales de la persona humana, tales como el derecho a nacer, el derecho a la vida, el derecho a la procreación responsable, al trabajo, a la paz, a la libertad y a la justicia social; el derecho a participar en las decisiones que conciernen al pueblo y a las naciones? ¿Y qué decir cuando nos encontramos ante formas variadas de violencia colectiva, como la discriminación racial de individuos y grupos, la tortura física y sicológica de prisioneros y disidentes políticos. Crece el elenco cuando miramos los ejemplos de secuestros de personas, de raptos motivados por afán de lucha material que embisten con tanta dramaticidad contra la vida familiar y trama social? ¡Respetad al hombre! ¡Él es la imagen de Dios! ¡Evangelizad para que esto sea una realidad¡ Para que el Señor transforme corazones y humanice los sistemas políticos y económicos, partiendo del desempeño responsable del hombre. Hasta aquí la rememoración.


En su eterna y merecida gloria, Juan Pablo II debe de estar sospechando que Felipe del Sagrado Corazón Calderón Hinojosa, Javier Lozano Alarcón y Fernando Gómez Mont dejaron ya de ser cristianos… para Vivir mejor.

Fuente: Voces del Periodista
Difusión AMLOTV

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