martes, 19 de enero de 2010

EXPRESARSE EN LIBERTAD

EXPRESARSE EN LIBERTAD


Por: Claudia Rodríguez
Nadie niega que en México, cualquiera de nosotros puede decir, comentar, escribir o manifestarse por distintos medios; lo que en los hechos y en la legalidad, nada tiene que ver con una verdadera libertad de expresión.



Sin ser reduccionistas, ni tampoco individualistas, es fácil recordar como a cada uno de nosotros se nos ha educado en lo socialmente correcto para no molestar a un tercero con un comentario real pero “fuera de lugar”.

Desde pequeños, se nos enseña a no llorar cuando recibimos un golpe. Las frases recurrentes para aliviar el dolor y la pena a un pequeño que ha sufrido un accidente físico, tienen que ver con frases engañosas como el que no ha pasado nada o que no hay porque llorar. Cuando en lógica consecuencia, la mitigación verbal del dolor debía reconocer que se ha sufrido un accidente que duele y que es consecuente el llanto.

Se nos inculca desde niños, un respeto acrítico y sin sentido hacia nuestros mayores, como si por el simple hecho de su edad se les deban pasar por alto todos los equívocos y a veces hasta atropellos, que cometen hacia terceros.
Desde nuestra infancia, a los mexicanos nos inculcan un patrón sobre de lo que sí se puede hablar y de lo que es mejor dejar de lado para no ser mal vistos, o relegados, y hasta en muchos casos, encasillados.

Hablar en México con la verdad, no es un asunto fácil, porque en primera instancia, no estamos acostumbrados a la crítica y a enfrentarla con frases e ideas. En general, cuando somos criticados, recurrimos a la descalificación de quien o quienes nos señalan, y si se puede y es el caso, hasta a la fuerza física para infringir una revancha o una venganza que deje en claro, quien tiene el poder.

En las escuelas de educación básica --no sólo en las privadas, incluso en las públicas-- hablar de dogmas, de fe y de religión, es meterse en asunto de “once varas”, pues nunca se sabe quien muestre su intolerancia, desde el que no acepta la diversidad de creencias hasta el que señale a otros como fanáticos.

Es así, que en nuestra etapa de adultos, los mexicanos corremos graves riesgos si nos expresamos en contrario en muchos terrenos. En la familia, en el trabajo e incluso en el ámbito social y el contexto político.

Sin embargo, no está bien que desde pequeños se nos cuarte a decir lo que vemos y lo que pensamos. La verdad y el respeto hacia un tercero pueden ir de la mano.

La libertad de expresión no sólo es de quienes tenemos un espacio comercial cotidiano para expresarnos.

WIKIO


Fuente: Indice Político
Difusión: AMLOTV

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