jueves, 5 de agosto de 2010

Lamenta Calderón que los políticos no se sumen a la lucha contra la delincuencia




Convoca a promover la denuncia y pide a religiosos alentar la cultura de la legalidad
Lamenta Calderón que los políticos no se sumen a la lucha contra la delincuencia
El problema no es sólo de su gobierno y su partido; buscará el apoyo de la sociedad, señala

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El procurador general de la República, Arturo Chávez Chávez; el presidente Felipe Calderón Hinojosa; el arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, y el arzobispo primado de Mexico, Norberto Rivera Carrera, durante el Diálogo por la seguridad. Hacia una politica de Estado, en el Casino Militar del Campo MarteFoto Francisco Olvera
Ciro Pérez Silva

Periódico La Jornada
Jueves 5 de agosto de 2010, p. 10
El gobierno federal no se quedará a esperar a ver a qué hora los intereses particulares de los partidos políticos y del Congreso dejan de estar por encima de los de la nación y deciden atender la convocatoria para enfrentar a la delincuencia organizada, señaló el presidente Felipe Calderón.

No busco resolver un problema sólo de mi gobierno y mucho menos del partido político al que pertenezco. Este es un problema del país, dijo ayer al continuar las jornadas del Diálogo por la seguridad. Evaluación y fortalecimiento.

Ante integrantes de la curia, pastores y ministros de diferentes confesiones, Calderón lamentó que los políticos no hayan respondido a su llamado a la unidad para enfrentar al crimen organizado.

Por eso voy a seguir hablando con la sociedad, para encontrar en ella el apoyo que necesitamos para movilizar a todo México para resolver este problema. Y sé que los partidos vendrán también. Si no lo hacen, advirtió, la sociedad y líderes como los ministros de culto serán capaces de hablar uno a uno con los actores políticos relevantes del país para que se sumen a esta tarea.

En sesión de más de tres horas, Calderón llamó nuevamente a promover la denuncia. Invitó a las asociaciones religiosas a impulsar la cultura de la legalidad en la que los ministros de culto, quienes conocen de cerca el potencial destructivo de la criminalidad, denuncien actividades ilícitas y a los delincuentes que las cometen.

Tenemos una delincuencia organizada y una sociedad desorganizada. Una sociedad de la que requerimos información puntual, incluso confidencial, secreta, de lo que están haciendo los criminales. A mí sí me interesa saber en dónde se reúnen, cómo actúan, quiénes los cobijan y se coluden con ellos: ministerios públicos, jueces, policías, alcaldes o gobernadores. Y la sociedad sé que lo sabe, dijo.

Reconoció que debe revisarse la ley, ya que coloca al denunciante en situación de vulnerabilidad enorme. Puntualizó que no se pide a la sociedad que lleve a cabo una labor que es competencia de las autoridades; no se pretende que los ciudadanos realicen actos de heroísmo y menos de martirio.

El Presidente manifestó que la dinámica que genera el crimen me provoca una reafirmación profunda de mi convicción de que eso no lo podemos tolerar y tenemos que hacer todo lo que tengamos que hacer para evitar que siga ocurriendo en México, y tenemos que pagar los costos que tengamos que pagar. Y esto que le quede bien claro a todo el mundo: no puede haber un resarcimiento de nuestra sociedad sin pagar costos.

Al comenzar el encuentro, Calderón reiteró que la inseguridad y la violencia que padece el país fueron desarrollándose durante varias décadas y por alguna razón no se supo o no se quiso hacerles frente en su momento.

Manifestó que en su análisis sobre la situación, se ve como un médico que llega a un pueblo y tiene un paciente al que otros doctores han tratado de curar dándole tecitos o hierbitas, cuando lo que tiene es un gran tumor.

“Yo así interpreto el problema de inseguridad que vivimos, ojalá hubiese habido esta acción tan fuerte, porque hubiéramos evitado muchas de las consecuencias nocivas, como el nivel de violencia que vive México, si se hubiera actuado a tiempo… pero también me congratulo de que hayamos intervenido a tiempo porque, de otra suerte, quizá el día de mañana hubiera sido imposible la cura”.

Calderón cuestionó a quienes objetan el uso de las fuerzas armadas para enfrentar a la delincuencia organizada y que suponen que así se acabaría la violencia. Yo lo dudo, enfatizó, y dijo que garantizar la seguridad y la tranquilidad de los mexicanos tiene un costo y éste es enfrentar a los criminales.

“Qué bueno fuera que no se requiriera el uso de la fuerza pública para combatir al narco, ¡sería un paraíso!”, dijo.

Insistó en que en la lucha contra los criminales se está produciendo un debilitamiento de sus estructuras, porque esta lucha para ellos es insostenible. Están perdiendo sicarios, cada vez sus niveles de reclutamiento son más pobres, son gente menos preparada. Por la acción del gobierno están perdiendo a operadores fundamentales.

Sostuvo que al clima de violencia que generan las bandas del crimen organizado contribuye también el crecimiento de los delitos del fuero común, que representan 90 por ciento de los ilícitos que se cometen en el país, así como el hecho de que se genere en la opinión pública la sensación de que no hay avance en la lucha contra la inseguridad.

Calderón mencionó que de los diálogos han surgido propuestas que demandan el fortalecimiento institucional, ya que sin mejores policías, ministerios públicos o jueces, no podrá avanzarse en la estrategia ni garantizar seguridad a los ciudadanos; destacan la prevención social, con acciones que recompongan el tejido social, que generen mayores oportunidades de educación, salud, esparcimiento, deporte para jóvenes y adolescentes; dar seguimiento y evaluación del programa de seguridad social y la exigencia de una corresponsabilidad en la seguridad pública, que, insistió, “no es función exclusiva ni preponderante de la Federación, sino concurrente de los tres niveles de gobierno… México requiere de una política de seguridad que trascienda a este gobierno”.

Fuente: La jornada
Difusión AMLOTV

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