México SA
¿Recuperación?
Bolsillos vacíos
IVA: el PRI recula
Carlos Fernández-Vega
El discurso oficial sostiene que la recuperación de la economía nacional comenzó en el segundo trimestre de 2009, con la salvedad que aquella aún no se siente en los bolsillos de los mexicanos. Cada vez que pueden, y pueden seguido, desde Los Pinos y la Secretaría de Hacienda repiten tan espléndida noticia, no sin subrayar que la prioridad es la relativa a los bolsillos vacíos. Dieciséis meses después de aquella buena nueva –ficticia, a todas luces– las condiciones socioeconómicas de quienes heroicamente sobreviven en este país lejos de mejorar han empeorado, y cada día que transcurre lo hacen aún más, a pesar de la machacona propaganda de que en algún momento lloverá maná.
Desde mediados del año pasado por demás recurrente ha sido la referencia oficial a la sólida recuperación económica y (¡lástima Margarito!) a los bolsillos vacíos. Lo han repetido hasta el cinismo y cada que lo hacen aseguran que ya casi, que ya mero. Para no ir más lejos, lo dijeron en enero de este año, aunque todavía no se empieza a sentir en todos los mexicanos, pero esto va a ser poco a poco conforme vaya avanzando el año (Ernesto Cordero); la prioridad es la recuperación económica y no sólo en los números, sino que también la puedan sentir las familias mexicanas en su monedero y en sus bolsillos (Calderón). Lo refrendan un día sí (signos claros de recuperación, que se reflejará lo más pronto posible en el bolsillo de los mexicanos) y el siguiente también (vamos por el camino correcto, aunque falta mucho por hacer y por eliminar el rezago acumulado por la crisis).
Lamentablemente los mexicanos no comen discursos, ni pagan sus deudas con las bellas cuan variadas piezas oratorias del inquilino de Los Pinos. Requieren algo más tangible que eso para mejorar su precaria condición socioeconómica. Pero al de los discursos y jilgueros que lo acompañan le vale. Por lo mismo, el secretario calderonista de Hacienda, Ernesto Cordero, fue a Washington a repetir la cantaleta: el mundo reconoce el esfuerzo de México frente a la crisis, (pero) la recuperación tardará en verse en los bolsillos; las familias tardarán en percibirla. Bien, entonces ¿qué es lo que se ha recuperado, según la versión oficial? Lo anterior, porque lejos está el país de retomar siquiera los precarios indicadores de 2008, cuando desde Los Pinos alegremente se difundían las tesis del catarrito y del navío de gran calado, mientras otros 6 millones de mexicanos obligadamente engrosaban al ejército nacional de pobres (con Ernesto Cordero al frente de la Sedesol).
Qué mejoría presumen, cuando el propio Cordero del señor reconoce que “las familias mexicanas deberán esperar un tiempo antes de que la recuperación que se observa en la economía mexicana se refleje en su situación personal… Nos va a llevar un tiempo salir de la crisis (¿no la habían superado?)… Hay que reconocer que todavía no acabamos de consolidar la recuperación económica, pero tampoco es buena idea ver todo medio vacío y pensar que todo está muy mal, porque eso lo único que va a ocasionar es que tomemos decisiones equivocadas… México es recibido en el ámbito financiero internacional con respeto por haber tomado las decisiones correctas en el complejo marco de la crisis, aunque la percepción internacional puede no ser similar a la de los propios mexicanos… Ningún país del mundo es capaz de traducir una recuperación de inmediato a sus familias, pero el hecho de que eso sea así no significa que no estemos avanzando” (La Jornada, Roberto González Amador). Y se quedó tan tranquilo.
Transcurridos 16 meses desde que el propio inquilino de Los Pinos comenzó a cacarear que la recuperación económica es un hecho, ninguna mejoría reporta el nivel de vida de los mexicanos quienes, de acuerdo con el mensaje transmitido por el secretario de Hacienda en Washington, tendrán que seguir en lista de espera. Entonces, no es un asunto de percepción, como aduce Calderón y repite Cordero, ni se trata del vaso medio vacío o medio lleno, sino de un delicadísimo cuan explosivo problema social que nadie en el gobierno calderonista está dispuesto a resolver, salvo con discursos, tal cual procedieron sus cuatro antecesores. Si la recuperación no llega a los bolsillos y tardará en hacerlo, entonces simplemente no existe tal recuperación.
Otro asunto que alegremente puede esperar, como el de la recuperación en los bolsillos de los mexicanos, es el efímero compromiso priísta de recortar la tasa del IVA en un punto porcentual. También en el tricolor se les hizo bolas el engrudo, por mucho que tal recorte sea parte de su agenda legislativa. El pasado 7 de septiembre la fracción parlamentaria del PRI en la Cámara de Diputados presentó formalmente su iniciativa de reforma a la Ley del Impuesto al Valor Agregado, con el fin de reducir de 16 a 15 por ciento (de 11 a 10 en la frontera) la tasa de dicho gravamen, porque el gobierno federal cuenta con recursos suficientes para hacer frente a la caída en la recaudación, que se calcula en 30 mil millones de pesos.
Pues bien, todo indica que los aguerridos diputados tricolores ya recularon, y dejarían intocada la referida tasa impositiva (la cual, dicho sea de paso, aprobaron junto con el voto panista y el perredista con carácter de temporal), aunque cuando presentaron la citada iniciativa subrayaron su carácter solidario con los mexicanos a quienes la recuperación económica no les ha hecho justicia. En Los Pinos están felices con tal recule, porque permite dejar intocada la tremendamente injusta estructura fiscal imperante en el país.
Un punto más o menos en la tasa del IVA no cambia el panorama. Recortarla en la proporción citada aligeraría mínimamente, sí, el efecto en los bolsillos de la mayoría, y su efecto contrario, en caso dejarla tal cual está. Pero con la decisión que se tome en tal sentido de ninguna manera se resolverá la permanente crisis fiscal del país. El problema del fisco no son 10 mil o 30 mil millones de IVA, sino los alrededor de 600 mil millones de pesos que en 2011 dejará de percibir por los regímenes especiales de los que goza el gran capital. Por esa razón el erario dejó de percibir alrededor de 5 billones de pesos en la primera década del nuevo siglo, y habrá que sumar cerca de 600 mil millones en 2011. Esa sí es una sangría de película de terror, y ese sí es un monto que resolvería muchísimos problemas.
Las rebanadas del pastel
Todo listo para que mañana miércoles comience el rescate de los 33 mineros chilenos atrapados desde el pasado 5 de agosto… Igualito que en Pasta de Conchos, donde Fox y Larrea hicieron hasta lo asquerosamente impensable para dejar enterrados a los nuestros.
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Fuente: La jornada
Difusión AMLOTV
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