La PGR instala carteles que dibujan un probable reacomodo en el mando de La Familia
ARTURO CANO (Enviado)
Apatzingán, 15 de diciembre.- El Doctor ha sido borrado. Aunque la Procuraduría General de la República meta dudas sobre lo dicho por el presidente Felipe Calderón y diga que no se puede dar por hecho su muerte, la foto de Nazario Moreno se ha esfumado de los carteles de “se busca”.
En la carretera, la victoria parcial (no confirmada) del gobierno cobra la forma de un anuncio nuevo, sostenido por dos postes de metal: lo acaban de poner las dependencias federales que integran el gabinete de seguridad y en él ofrecen “hasta 30 millones de pesos” por la “denuncia anónima” que lleve a la captura de cuatro jefes de La Familia: Servando Gómez, alias El Profe o La Tuta; Dionisio Loya Plancarte, El Tío; Gregorio Abeja Linares, El Güero, y Samer José Servín Juárez (éste último nunca había sido mencionado en los comunicados oficiales como jefe del grupo, según reporteros locales, también extrañados por la desaparición, en la breve lista, de Jesús El Chango Méndez).
No es la primera que vez que el gobierno federal coloca anuncios espectaculares para ofrecer millonaria recompensa por información sobre los jefes del cártel mexicano, según la DEA. La mañana del 10 de noviembre pasado colocó dos en el puente que comunica a Michoacán con Guerrero. Para hacerlo, según información de diarios locales, movilizó a 30 policías federales a quienes, además, escoltaron soldados. Por la tarde, los anuncios ya habían sido arrancados.
En Morelia, otro espectacular colocado en julio también fue arrancado (entonces sólo se ofrecían 2 millones de pesos). A otros colocados en las semanas siguientes les prendieron fuego.
Las fuerzas comandadas por Felipe Calderón han tomado revancha a su manera. En 2007, un año después del inicio de la Operación Conjunta Michoacán, el Ejército destruyó un busto de Nazario Moreno que había sido erigido en la población de Guanajuatillo.
El “cálculo político” de Calderón
Genaro Guízar, alcalde de Apatzingán, es dueño de una historia personal igual a la de miles de migrantes exitosos. Se fue joven y sin un peso, cruzó la frontera sin papeles y después de mil peripecias y sufrimientos llegó a tener un montón de casas, ocho restaurantes, una estación de radio y tres licorerías en San José, California.
Tras varios matrimonios que le dejaron ocho hijos y luego de un “cruento divorcio”, decidió volver a México, donde se casó con su novia de juventud. Un compadre lo metió a la política. Fue primero diputado local y luego, a pesar del rechazo de otros grupos del PRD, presidente municipal (le ganó por 71 votos al candidato del PAN).
El 26 de mayo de 2009, su foto, esposado y camino a un helicóptero del Ejército fue la viva imagen del michocanazo (con él cayeron otros diez alcaldes, 16 altos funcionarios del gobierno estatal y un juez). “Me acusaron de que La Maña me daba dinero”.
Once meses después, Guízar fue liberado sin el consabido “usted disculpe” y hace unas semanas se tomó otra foto con la que cerró el ciclo: en la gráfica, portada en varios diarios nacionales, saluda de mano al presidente Felipe Calderón. “Si me hubiera abrazado, lo hubiera abrazado”, dice.
A pesar del saludo presidencial, Guízar dice que “en cualquier momento me pueden volver a involucrar, porque lo que quieren, a fuerza, es involucrar al PRD”.
Acosado por medios nacionales y extranjeros, Guízar dedica la mayor parte de su tiempo en estos días a explicar, una y otra vez, que él no organizó una marcha de apoyo a La Familia, que se retiró cuando vio los primeros carteles que expresaban pesar por la suerte de El Chayo y que con el gobierno federal ha tenido una fluida colaboración desde que retomó el cargo.
Pero no suelta su tema. Para él, Apatzingán fue elegido como centro de las operaciones contra el grupo delincuencial simplemente por un cálculo político: “Aquí está Los Galeana, el rancho de la familia Cárdenas, y parece que tienen la obsesión de quitarle Apatzingán al PRD”.
En el centro del “cálculo político” está el deseo de la hermana del presidente, Luisa María Calderón, quien se mueve en el estado siempre rodeada de decenas de escoltas.
El jueves 9, se cuenta en los portales de Morelia, los Calderón asistieron al informe mañanero del alcalde moreliano, Fausto Vallejo, pero después “toda la familia fue concentrada en un punto para ponerla a buen resguardo”.
El reino del miedo y la “reacción muy violenta”
Fuera de los integrantes de las fuerzas federales, Apatzingán tiene muy pocos visitantes en estos días. A esos pocos los recibe, a la entrada de la cabecera municipal, un letrero de Acción Juvenil del PAN, con la frase atribuida a Manuel de Jesús Clouthier: “Lo importante no es cambiar de amo, sino dejar de ser perro”.
Nadie ha tocado esa manta ni los carteles del cancelado concierto de la Banda del Recodo, pero afuera de los bancos hay largas filas de ciudadanos que quieren sacar efectivo antes de que se acabe el dinero, porque las sucursales han cerrado tras la ola de asaltos en la región. Lo mismo ocurre, según una fuente del gobierno estatal y medios locales, en varios municipios del Oriente de la entidad, incluido Uruapan.
De todas partes del estado llegan reportes que dibujan la parcial paralización de la actividad comercial, mientras los maestros reciben amenazas que los conminan a entregar sus aguinaldos.
El miedo crece cuando habla La Tuta. La divulgación del contenido de una cinta de audio donde el profesor Servando Gómez Martínez se dirige a sus seguidores alimenta la ola de rumores y el miedo que se ha apoderado de muchos municipios michoacanos.
“Todos pónganse listos, estén listos con las armas, ténganlas a un ladito, no las abandonen, no abandonen las armas, por favor. Háganlo saber a todos los compañeros que se encuentren en todas partes, todos los encargados de área, son responsables de su área”, dice La Tuta a sus sicarios.
“¡Hasta la victoria, compañeros!”, dice otra voz, cuando Servando Gómez termina su arenga.
La divulgación del discurso coincide con reportes de inteligencia del Ejército según los cuales se avecina una “reacción muy violenta” delcártel al comunicado del gabinete de Seguridad Nacional. La Familia, dice una fuente, habría interpretado el mensaje como un rompimiento de la “tregua” que creía tener con el gobierno.
“No son más que criminales cuya intención es atemorizar y atentar contra la sociedad”, dice el comunicado oficial.
La Familia, susurran aquí, está esperando un reabastecimiento de parque. La "pequeña" aportación del gobierno estatal a las fuerzas federales de 9 mil municiones en los días de los más violentos choques, da una idea de cuántas balas habrá invertido también el cártelen esa batalla.
¿Hay nuevos jefes en La Familia? Unos kilómetros adelante del flamante anuncio del gobierno federal, hay otro igual, pero diferente: a pesar de que a cada rato pasan por aquí caravanas de soldados y policías, los rostros de “los más buscados” ya no se ven, porque les prendieron fuego.
Fuente: La Jornada de Michoacán
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