CONSUELO ARAIZA DÁVILA/ COLABORACIÓN ESPECIAL
Estudios recientes de la perito dictaminador Diana García García demuestran que análisis del agua del río Choy, uno de los principales fuentes de abastecimiento de las actividades de la región de Tamuín, lleva en sus aguas la vibrio cholerae, el escherichia coli (causantes del cólera), la campylobacter jejuni y la yersinia enterocolitica, causante de gastroenteritis. Los miembros del ejido Las Palmas pagaron de su bolsa los estudios preocupados por las descargas de aguas residuales y también por la contaminación que provocan la Termoeléctrica del Golfo, Termoeléctrica Peñoles y a la cementera Cemex México, quienes descargan parte de su contaminación en el río y además tienen derramadas cenizas de coque en la zona.
Los estudios que presentó a La JornadaSan Luis Ernesto Márquez Torres, presidente del comisariado ejidal fueron muestras que los ejidatarios pagaron por su iniciativa propia desde julio, y repudiaron cómo las empresas están pavimentando las calles del ejido con las cenizas de coque combinadas con cemento.
Entre otros documentos que entregaron a este medio que datan del 2004 y 2005 muestran cómo el ejido Las Palmas inició un litigio contra las termoeléctricas Del Golfo S. de R. L. de C.V. y Termoeléctrica Peñoles S. de R.L. de C.V. y la Cementera Cemex México S.A. de C.V. para defender a los ríos Tampaón, Choy y la Sierra del Abra Tanchipa. Otros documentos muestran cómo el comisariado mantiene un ir y venir de solicitudes y respuestas con autoridades de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente, Profepa y la Secretaria de Ecología y Gestión Ambiental, SEGAM, quienes resuelven al ejido contestándole sobre la no peligrosidad de las cenizas, (DGGIMAR 720-002433, DOODGOEIA 003436 y ECO 06289-2005, de Segam) poniendo a las empresas condicionantes que no se cumplen como el almacenamiento en la vía pública o la exigencia de que las unidades de transporte estén cubiertas o evitar la dispersión de las cenizas por el viento.
Por ejemplo, en el documento PEPA-SLP SJ 765-06 del 20 de abril del 2006, el delegado de la Profepa Alfredo Sánchez Azúa emplazó al ejido a hacerse responsable de un incendio forestal y remediar el daño en un plazo de dos años “debiendo ser restaurada la cubierta vegetal mediante reforestación artificial, cuando la regeneración natural sea imposible poniendo especial atención a la prevención. De igual manera los titulares o poseedores de los predios afectados que no hayan sido responsables del incendio”, les manda la dependencia federal.
En el acta de inspección 06112070-2005 PFPA SLP 112010-2005 se constató que el incendio no fue provocado por ningún ejidatario, “Se señala fue provocado por los trabajadores de la empresa ferroviaria mexicana quienes prendieron fuego para calentar comida y no supieron apagarlo a tiempo”. El expediente es extenso y tiene el número 2004-04-066-24-40 de la denuncia ante la Profepa.
COLERA EN EL AGUA
La perito dictaminador Diana García es contundente y localizó también las bacterias cryptosporidium parvum,criptosporidiosis, giardia lambia y giardiasis, las cuales causan en el hombre mareos, diarrea, dolores de cabeza, dolor abdominal, problemas intestinales y la muerte. “Las aguas residuales no tratadas del ejido Las Palmas ponen en peligro la salud, urge que la Ssa y la autoridad municipal traten las aguas residuales en la población de dos mil a 15 mil habitantes. Los efectos de la contaminación de los cuerpos superficiales y subterráneos de agua provocados por las descargas de aguas residuales de origen municipal afecta al ejido Las Palmas debido a que es con lo que se surten todos los habitantes; es el medio indispensable para su actividad humana y no pueden prescindir de este vital líquido. Sin embargo, la contaminación, el tratamiento inadecuado de los desechos y la insuficiente infraestructura ha causado amenazas a su salud, reza el documento del perito.
Fuente: La Jornada de San Luis
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