domingo, 13 de febrero de 2011

Pueden servir para ese propósito el despliegue militar antinarco, señala despacho





Pueden servir para ese propósito el despliegue militar antinarco, señala despacho
Washington intentó incluir en el plan Mérida un acuerdo contraterrorista

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Robert Gates, secretario de Defensa de Estados Unidos (izquierda), recibió en abril de 2008 un documento en el cual el ex embajador Tony Garza afirma que México no concede demasiado énfasis a la amenaza potencial que representan grupos como Al QaedaFoto Ap y José Carlo González
Blanche Petrich

Periódico La Jornada
Sábado 12 de febrero de 2011, p. 3
Estados Unidos vio en abril de 2008 la oportunidad de introducir en el contexto de la Iniciativa Mérida un acuerdo contraterrorista, alegando la posibilidad de que grupos del crimen organizado que ya utilizaban tácticas terroristas pudieran ser instrumentalizados por las organizaciones terroristas globales. El tema fue incluido como punto de agenda para una visita oficial del secretario de Defensa Robert Gates, el 29 y 30 de abril de ese año, en una carpeta informativa que le preparó el embajador Antonio Garza, tal como figura en uno de los cables filtrados por Wikileaks, cifrado como confidencial.

En ese comunicado, Garza advierte al jefe del Pentágono que el gobierno mexicano no concede demasiado énfasis a la amenaza potencial que representan grupos como Al Qaeda en la región. Y la diplomacia de Irán, que intenta tener más influencia diplomática, económica y política en la zona, no los pone tan nerviosos como a nosotros.

A pesar de que en el texto se admite que en México no residen ni operan integrantes de las redes terroristas internacionales (idea que repetiría el embajador Carlos Pascual en un despacho posterior, en enero de 2010, publicado por La Jornada el pasado jueves), el representante del gobierno de George W. Bush sugiere que se aproveche la oportunidad de esta visita para programar el uso inmediato de los fondos del rubro 1206 del año fiscal 2008 para incrementar el potencial militar antiterrorista. Esto comprende un apoyo de 30 millones de dólares.

En la información periodística que generó aquella visita del jefe del Pentágono, sólo se mencionaron los temas de cooperación en el combate al narcotráfico. No se habló públicamente de terrorismo. Incluso hubo un intento por desviar la atención de este asunto, en una alusión del propio Gates, quien declaró a la prensa que el proyecto de financiar equipo para la Iniciativa Mérida no está relacionada con las operaciones (militares) en Irak y Afganistán, según lo reportó un despacho de la agencia American Forces Press Service (30 abril, 2008).

Atentados del EPR

La preocupación de hacer a México partícipe de dichas ideas sobre antiterrorismo aparece ampliada en un despacho informativo de la embajada estadunidense a la Subsecretaría de Asuntos Hemisféricos en Washington, con fecha 4 de enero de 2008, en el que se informa que el año anterior, 2007, la Marina y el Ejército mexicanos reforzaron su potencial para combatir el terrorismo.

Lo anterior, a pesar de que en el mismo texto se reitera que no hay ningún terrorista internacional residiendo u operando en México, ni se han registrado ataques contra intereses o personal estadunidenses.

El cable menciona los atentados del Ejército Popular Revolucionario contra los gasoductos perpetrados en julio y septiembre de 2007 como hechos que despertaron el fantasma del terrorismo local.

La amenaza que representa para México esa prática violenta se centra básicamente en el tránsito de terroristas. Ahí tenemos que enfocar nuestros esfuerzos bilaterales, apunta.

El gobierno estadunidense expresa su aprecio por la forma en que el gobierno de México ha facilitado la cooperación bilateral, particularmente con la constitución de una nueva fuerza de la Armada ya desplegada para controlar los puertos.

El considerable despliegue de militares para combatir la violencia del narco puede servir en un futuro para esfuerzos contraterroristas, señala.

Hay también progreso sostenido en el área de la seguridad fronteriza para la detección de extranjeros de atención especial (special interest aliens, SIAS, les dicen) en el contexto de la Alianza para la Seguridad y el Progreso de América del Norte (ASPAN), vigente desde marzo de 2005.

El comunicado reconoce que, en el pasado, el despliegue del Ejército a gran escala despertó preocupaciones por los antecedentes de abusos de soldados del año anterior (2007). Todo esto eventualmente salió a colación en las conversaciones de Gates con el general Guillermo Galván, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Heridas en la sique del mexicano

“Debe usted saber –advierte Garza– que aunque sus interlocutores tienen interés en reforzar lazos con nosotros, muchos en las fuerzas armadas son reticentes a identificarse demasiado con los intereses de EU”, ya que la historia de intervenciones entre los dos países dejó heridas en la sique de los mexicanos, generándoles un sentimiento de inseguridad nacional y suspicacia.

También lo previene: Muchos de sus interlocutores tienen una perspectiva muy bien definida sobre las cuestiones de seguridad global y regional que no necesariamente coincide con la suya. Por ejemplo, cita, México no comparte con nosotros la idea de desarrollar una defensa de nuestros intereses de seguridad robusta y preventiva en el Medio Oriente y el sur de Asia. Otro ejemplo: Los gobiernos de México, incluido el de Felipe Calderón, buscan mantener relaciones cordiales con Cuba y la actual administración intenta evitar conflictos con Venezuela.

Entre los rubros en los que Gates puede avanzar en la relación militar bilateral se habla de procurar el desplazamiento de personal de la Sedena y la Secretaría de la Marina en instalaciones militares estadunidenses, incluido el Comando Norte, ya que nosotros ya tenemos oficiales trabajando dentro de las instituciones homólogas mexicanas.

Sedena, suspicaz; la Armada, jugador entusiasta

El documento de preparación de la visita de Gates se distingue por algunos matices de otro documento similar, pero anterior. Es otra panorámica que preparó el mismo embajador Garza, pero para el ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld, uno de los políticos más identificados con el ala belicista de Bush, en abril de 2006, durante el sexenio foxista.

México es un socio esencial para la defensa interna estadunidense, y mientras que la Marina mexicana participa como un jugador entusiasta, la Secretaría de la Defensa apenas ahora empieza a admitir que esta cooperación puede ser benéfica, señala Garza.

Esta visita brinda la oportunidad de darle a nuestras estrategias de seguridad la estatura que merecen, pero también para que el gobierno mexicano acepte plenamente jugar el estratégico papel que le corresponde en América del Norte.

Repite, de manera menos sutil, la observación que dos años después haría a Gates: Tradicionalmente la Sedena es suspicaz y distante, en parte para disimular su incapacidad. Sin embargo en los últimos meses hemos visto una mayor apertura en su relación con el Comando Norte. Recuerda su participación como observador en los ejercicios navales y el apoyo brindado en Nueva Orleáns con motivo del huracán Katrina.

En los párrafos donde se analizan las perspectivas políticas de una elección histórica (la de 2006) en la que cualquiera de los candidatos de los tres principales partidos puede ganar, el diplomático explica a Rumsfeld que en ninguno de los tres escenarios se alterarían las relaciones militares. Pero que en cuanto a la posibilidad de que México deponga su histórica negativa de participar con sus fuerzas armadas en operaciones militares multilaterales en el extranjero, la diferencia la podría hacer el candidato panista, no el priísta ni el perredista.

En la edición digital de La Jornada hay una sección especial dedicada al tema de los despachos diplomáticos filtrados, que incluye los vínculos a los cables, videos, sitios de Internet relacionados y archivo histórico, entre otros.


Fuente: La jornada
Difusión AMLOTV

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