miércoles, 9 de febrero de 2011

Un verdadero peligro


2 de febrero, día de la Candelaria y de sincretismos rituales festivos. En donde pueden hacerlo levantan las familias la figura del niño en los nacimientos navideños y lo llevan a bendecir.

Para el día de la Candelaria, Monterrey ya llevaba ocho muertes en lo que iba del mes. Antes, en enero, juntaron 121 asesinatos. Una marca que se convirtió en el mes más sangriento de la historia de la ciudad.

Por razones que no han trascendido, que las autoridades callan pero que se pueden deducir, en un solo día la ciudad de Monterrey fue bloqueada en ocho acciones consecutivas y algunas de ellas simultáneas; atentados aleatorios contra policías; la repetición del horror de cabezas separadas de sus cuerpos a la orilla de carretera.

En cuatro años han convertido a México en un despliegue de focos en desafortunada y caótica combinación. Entre el Beirut de la guerra civil religiosa, alguna población perdida en la Camboya de fines de los 60 dominada por el Khemer Rouge; y el Medellín colombiano de los 80.

Vienen al caso las palabras del coronel Kurtz, boina verde convertido en dios, que interpretó Marlon Brando en Apocalypse Now: “son imposibles las palabras para describir… para aquellos que no saben lo que el horror significa. Horror como destino… horror en terror moral”.

China, Nuevo León, convertido en pueblo fantasma a escasos 100 kilómetros de Monterrey, semitomada por bandas delictivas y baleado el 2 de febrero. Mismo día en el que murieron dos policías de la escolta del general Farfán, que apenas el 1º de enero había tomado protesta como director de la policía municipal de Nuevo Laredo. En la prensa del norte del país publican un video sobre un entrenamiento de grupos criminales similares a los de fuerzas de seguridad.

Mientras, en el Congreso permanecen paradas 192 iniciativas de ley que en su mayoría tratan los temas de seguridad y de las fuerzas armadas. Y el presidente Calderón, después de casi cinco meses, por fin manda una terna para ocupar la vacante vacía en la SCJN. Inaugura bulevares en Michoacán e insiste con empresarios que México es “por sus condiciones” destino natural para todo tipo de inversiones o declara el año como del turismo y alegremente recorre rutas turísticas chiapanecas.

No han pasado 30 días aún en que Acapulco amaneció con 15 cabezas colocadas a las afueras de un centro comercial. En cuestión de horas varios cuerpos aparecieron en diversas partes del puerto. 33 víctimas en un fin de semana dispersos en áreas no frecuentadas por el turismo.

Dos semanas después, el gobierno federal anunció que había capturado al líder de una banda criminal de la que se cree responsable de las mutilaciones y rapto de los michoacanos desaparecidos.

Los dos eventos, la matanza y la captura, simbolizan el juego pedestre entre el crimen y lo que presume el gobierno federal como capacidad para dar con los responsables de los hechos y por el que reclama el reconocimiento de sus victorias.

Pero 2010 fue el año más violento de la historia reciente del país. Ante el incuestionable incremento de la violencia, García Luna justifica que más de la mitad de los 37 jefes criminales más buscados han sido capturados o muertos y que, en el último trimestre del año más violento, las estadísticas muestran una disminución de la matanza. Las capacidades gubernamentales para ponderar lo irrelevante son sobradas y plenamente ejercidas. El deterioro y la pérdida de iniciativa son tan significativos que apenas iniciado hace una semana el periodo de sesiones en la Cámara de Diputados, ya hay previsiones de reformas constitucionales que apuntan a regular el estado de excepción, lo que significa la suspensión de las garantías.

Al inicio de la segunda semana de febrero, cinco días después de la Candelaria, se ha encontrado en Nuevo León a otros cinco cuerpos desmembrados; en Durango, durante el fin de semana, murieron cinco personas en hechos vinculados al crimen organizado. Tomas y bloqueos de calles por bandas criminales se han vuelto eventualidades probables en megalópolis tan importantes como Monterrey y Guadalajara.

Para el gobierno federal es imposible pensar en cualquier otra alternativa que no sea el enfrentamiento y el endurecimiento de una política probadamente errónea. Sus opciones se agotan y busca ahora cambios legales que justifiquen y profundicen lo hecho. Se trata nada menos que de garantías constitucionales ciudadanas. Dadas las características de este gobierno, los perfiles de sus integrantes y los datos duros acumulados sobre sus capacidades demostradas de gobierno, la noticia es del todo inquietante.

*Es Cosa Pública

Fuente: La Jornada de Veracruz

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