Las autoridades de la Comunidad Indígena Wixárika de Tatei Kié (San Andrés Cohamiata), Municipio de Mezquitic, Jalisco, representamos en esta ocasión las aspiraciones de todo el Pueblo Wixárika para que se respeten las tradiciones milenarias de nuestro pueblo, así como los lugares sagrados que nuestro pueblo ha cuidado desde tiempos inmemoriales, cantando, orando y peregrinando por la vida y por todo el mundo como nos enseñaron nuestros antepasados.
Sobre esto, queremos manifestar nuestra profunda preocupación, porque estamos viendo como se está avanzando en la destrucción de nuestros principales lugares sagrados; denunciamos que las políticas seguidas por el gobierno mexicano son muy incoherentes, pues mientras firma todo tipo de convenios internacionales de protección de los derechos indígenas y del medio ambiente, firma pactos con nosotros para la preservación de nustros lugares sagrados, como el de Hauxa Manaka, en abril de 2008 e incluso dedica pequeñas cantidades presupuestales para que supuestamente se atienda a nuestros pueblos, otras entidades de gobierno están comprometiendo proyectos, sobre todo empresariales, que aseguran la destrucción de nuestros santuarios y el medio ambiente que los rodea.
Así está pasando en Aramara en San Blas Nayarit, con proyectos inmobiliarios y turísticos, en Hauxa Manaka en el Estado de Durango con la deforestación, y en Xapa Wiyemeta en la laguna de Chapala con la gran contaminación que sufre el lago con la inacción desesperante de las autoridades responsables.
En esta ocasión queremos centrar nuestra denuncia en lo que está ocurriendo en Wirikuta en el desierto de San Luís Potosí, en los alrededores de Real de Catorce en donde sabemos que el gobierno ha otorgado 22 concesiones mineras adquiridas por una empresa canadiense llamada First Silver Majestic Corp. Justamente en uno de los lugares en donde desarrollamos nuestras principales ceremonias, este proyecto minero amenaza con la afectación irremediable de la flora, la fauna y los manantiales sagrados del lugar.
Lo anterior resulta mucho más grave porque La zona de Wirikuta es por decreto estatal un área natural protegida desde 1994 y abarca 140,211.85 hectáreas en 7 municipios cuenta con su plan de manejo de ley desde el 6 de junio del 2008. En él se establece la prohibición de las actividades mineras en la mayor parte de la reserva, y en las zonas donde se permite, se hace con grandes restricciones como las de no permitir el vertido de desechos contaminantes o alterar los cursos de agua superficiales o subterráneos. Como será necesario la extracción de agua para poder realizar sus trabajos, el proyecto de excavación de túneles para la extracción de minerales, que pretende hacer la empresa minera, resultará en la devastación irremediable de los mantos acuíferos de la región.
Del total concesionado para la minería, más del 60% de la superficie concesionada a la minería se encuentra dentro del área natural protegida, con la clasificación de zonas de aprovechamiento sustentable de agricultura, de recuperación, de aprovechamiento especial y uso tradicional.
Además, la zona está dentro del Área de Importancia para la Conservación de Aves (AICA) número 81 y se encuentra registrada en la lista UNESCO de sitios sagrados prioritarios para su conservación.
En la campaña de desinformación emprendida por la empresa minera, sus voceros aseguran que la zona de explotación está a más de 2 kms de distancia de los lugares sagrados. Con esto, pretende difundir información engañosa al público, que lo sagrado corresponde exclusivamente al espacio donde son depositadas las ofrendas, cuando lo sagrado dentro de nuestra cosmovisión, es todo el cerro y en general toda la zona de Wirikuta, que abarca desde la región del bajío hasta la Sierra de Catorce.
Por otra parte comprendemos la situación de los habitantes de la zona, que por su gran pobreza y el abandono que sufren están siendo orillados a aceptar el proyecto minero a cambio de la esperanza de empleo. Este empleo peligroso afecta a su salud y su vida, además de que cancela el futuro para las generaciones venideras de campesinos por la gran erosión, afectación de los escasos acuíferos y por los contaminantes que la minera utilizará en la extracción de los metales que ambiciona. En este sentido, el pueblo Wixarika está en diálogo con los habitantes de la región para buscar soluciones de desarollo y actividad economica sustentable. Buscamos el mejoramiento efectivo de las condiciones de calidad de vida de las poblaciones campesinas que habitan el semidesierto del altiplano potosino, y la disminución de las alarmantes cifras de migración.
Declaramos el rechazo y oposición total de nuestro pueblo a la minería en Wirikuta; como pueblo nos hemos unido para defender el lugar donde nació el sol y en donde cuidamos la vida misma, no nos detendremos ante nada en esta lucha por la vida, y convocamos a todo el mundo a que se sumen a evitar esta terrible destrucción de nuestro territorio sagrado, oponiéndonos decididamente a los obscuros intereses que están detrás que busca nuestra muerte espiritual.
PETICIÓN
Solicitamos la intervención de las autoridades competentes para revisar y revocar las concesiones mineras otorgadas de manera ilegal e irregular. Recordamos a ellas su responsabilidad de asegurar el cumplimiento de las leyes del país en general, y en particular los compromisos internacionales que el Estado Mexicano ha firmado en materia de preservación ambiental y derechos de los pueblos indígenas, así como de los compromisos del Pacto de Hauxa Manaka’a, firmado por el Presidente Felipe Calderón el 28 de abril del 2008 en el Estado de Durango, en el cual se comprometió a preservar los lugares sagrados wixárika y expresamente Wirikuta.
A T E N T A M E N T E
Las autoridades y comisionados de Tatei Kié
México, D.F. marzo 3 del 2011
Fuente: Notas Rebeldes
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