JAIME HERNÁNDEZ ORTIZ
La iniciativa del gobierno federal para reformar la Ley Federal del Trabajo (LFT) y que presentó ahora a través de las siglas del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI), amenaza con ser aprobada a espaldas de la sociedad y constituirse en una medida regresiva en contra de los derechos de los trabajadores de México.
Parece que no han bastado innumerables violaciones impunes a la LFT, sino que ahora pretenden legalizar los atropellos.
Iniciativa patronal
La propuesta del PRI, evidente calca de la presentada por Javier Lozano a través del Partido Acción Nacional (PAN), hace justo un año, pero incrementada en abusos autoritarios, revela que ambos partidos han estado juntos en todo, e irán juntos, aunque con candidatos por separado, para tratar de alternarse en la presidencia de la república.
Desde los últimos dos sexenios, se ha venido insistiendo en la necesidad de reformar la LFT con los mismos falsos argumentos de siempre: aumentar las inversiones, mejorar la competitividad y elevar la productividad.
Pero en realidad no existe la intención de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores: se mantiene la precariedad salarial, el mismo esquema de subordinación de la juntas de Conciliación y Arbitraje, tuteladas por el Ejecutivo; el mismo control corporativista de los trabajadores y la corrupción sindical con los llamados contratos de protección.
La iniciativa presentada por el PRI cuenta con el beneplácito y el aplauso del PAN. Tiene además el respaldo de las cúpulas empresariales del país, quienes en realidad la afinaron en sus oficinas. De manera que ya negociada, podrá ser aprobada en la Cámara de Diputados en cualquier momento, sin discusión o debate. Sería un golpe más a la clase trabajadora.
Las iniciativas del PAN y el PRI representan una propuesta claramente a favor del empresariado mexicano y trasnacional que, para invertir, aun antes de crear una fuente de trabajo, deciden qué sindicato habrá de controlar y someter cualquier intento, por leve que sea, de formación sindical libre y autónoma.
Recuento de atropellos
Son numerosas las propuestas lesivas en contra de los trabajadores:
–La existencia de un contrato de trabajo dependería exclusivamente de la voluntad del patrón y no de la existencia de la materia de trabajo. Con ello se rompería el principio de bilateralidad y estabilidad en el empleo.
–El patrón podrá rotar ilimitadamente a los trabajadores que despida, en acuerdo con otros patrones, para nunca otorgar base, al crear contratos de prueba, inicial y de labores discontinuas; sin indemnizaciones de ningún tipo.
–Los despidos injustificados por falta del aviso al trabajador serán ahora justificados, pues el patrón estará eximido de dicha obligación. Los avisos se harán ahora en las juntas de Conciliación y Arbitraje para que las entreguen a los despedidos, si es que lo hacen.
–Las causales de despido se incrementan en favor del patrón. Por ejemplo, los clientes podrán pedir que despidan a ciertos trabajadores, alegando mal servicio o atención.
–Se legitiman ahora las renuncias “en blanco”, dando por válidas renuncias que antes eran nulas de pleno derecho.
–Legaliza la subcontratación, el outsourcing, que hoy es ilegal, permitiendo que los patrones no asuman obligaciones laborales. Con ello se reducirá el costo de la fuerza de trabajo y permitirá que en una misma empresa existan trabajadores con mismas funciones pero con diferente salario y prestaciones, según el número de subcontratistas operen, pisoteando el principio de trabajo igual, salario igual.
–Se formalizará el trabajador polivalente, que por un salario bajo permita al obrero ser utilizado en diversas actividades, desde las más simples a las más tecnificadas.
–La certificación de los trabajadores permitirá imponer condiciones unilaterales que romperán la unidad gremial y los contratos colectivos de trabajo. Con ello se permitirá la fijación de bonos, premios, estímulos, incentivos y comisiones al margen de una contratación colectiva para liquidar la unidad sindical, más si es independiente.
Más y más atropellos
–Se pulveriza el salario mínimo, regresando a una especie de nuevo destajismo al crear el salario pagado según el tiempo laborado, con la base del salario mínimo diario; de tal forma que los permisos para faltar o llegar tarde serán ahora descontados, pagándose sólo las horas trabajadas en el día; de tal forma que si un trabajador trabaja medio día le pagarán 29.90 pesos diarios.
–La tabla de enfermedades que contemplan los artículos 513 y 514 de la LFT dejarán de observarse para ser una clasificación meramente administrativa y no vinculante.
–Se deja intocado el control sindical corporativo, la rendición de cuentas, y cancela la existencia de los sindicatos gremiales. Se impide todavía a los universitarios formar federaciones.
–Se reduce el pago de los salarios caídos a un año, independientemente del tiempo que dure el juicio laboral. Al alargarse los juicios todo será en perjuicio del obrero y sin costo para el patrón.
–En recuentos de emplazamientos de huelga y titularidad de contratos colectivos se tomará como base un listado de trabajadores sindicalizados que reconozca sólo el patrón, lo que permitirá su injerencia.
En conclusión: de aprobarse la propuesta empresarial calderonista, impulsada por el PAN y confirmada por el PRI para reformar la LFT, generará más pobreza, problemas sociales y una grave afectación a los derechos humanos de los trabajadores. No debemos permitirlo.
Fuente: La Jornada de Jalisco
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